El Festival de Málaga acaba de concluir su 25 edición, un aniversario de cine en el que este certamen ha recuperado la normalidad y ha vuelto a reencontrarse con la ciudad. La alfombra roja ha engalanado de nuevo las calles del centro haciendo ver que, tras dos años de pandemia, el evento retomaba también los actos más sociales.
La ciudad ha abrazado a su festival que ha recuperado los aforos al 100% colgando el cartel de completo en las principales galas, pero también en muchas de las proyecciones, conferencias y presentaciones que se han ido sucediendo en los distintos escenarios durante estos días de cine.
"Hacemos una valoración muy positiva porque se han cumplido tres objetivos estratégicos. En primer lugar en el área de industria, donde hemos logrado recuperar y dar mayor dimensión al mercado del cine español, también en la calidad de las obras presentadas y por supuesto en el público, la gente tenía ganas de festival y se han superado exponencialmente las visitas del año pasado", comenta a elEconomista Andalucía el director del Festival de Málaga, Juan Antonio Vigar.
Aún no se han publicado los datos oficiales, pero según avanza el director, el Festival se ha acercado este año a las cifras de afluencia que venía registrando antes de la pandemia y además ha logrado incluso superar la repercusión mediática.
Diez días en los que Málaga ha vuelto a convertirse en el epicentro del cine en español y es que, desde 2017, el festival cuenta también con un importante porcentaje de piezas iberoamericanas, un aspecto que desde la organización pretenden seguir potenciando.
En cifras económicas, el Festival ha albergado este año con un presupuesto municipal que ronda los 1,9 millones de euros, una cifra similar a la de años anteriores que, sin embargo, se ha visto notablemente incrementada gracias a una subvención de 1,6 millones de euros de fondos europeos.
El certamen, además, ha vuelto a contar esta edición con sus patrocinadores oficiales: Atresmedia, Fundación La Caixa, Cervezas Victoria y Diario Sur, a los que se suman numerosas entidades patrocinadoras e instituciones colaboradoras como el Ministerio de Cultura, la Junta de Andalucía y la Diputación de Málaga.
"Los grandes patrocinadores siguen confiando en el Festival, saben que la rentabilidad es máxima. El año pasado la proyección mediática generó un impacto de 53 millones de euros y esta edición incluso podemos decir que se ha superado esa cifra", apunta Vigar, considerando que el escenario ideal sería alcanzar una financiación público privada 50%-50%.
Impacto económico directo
En lo que se refiere al empleo, en Málaga Procultura, entidad encargada de la organización del Festival, trabajan durante todo el año unas 20 personas, pero para los días que dura el evento se contratan a más de 300.
Además, para el desarrollo de todos los eventos que forman la programación, el festival cuenta con los servicios de numerosas empresas de la zona. Según las cifras aportadas por el director, el año pasado se invirtieron 1,8 millones de euros en entidades malagueñas, datos que se esperan superar en esta edición.
Además de los actores, directores, equipos de rodaje y demás invitados que pasan en Málaga varios días participando en los diferentes eventos, la ciudad también recibe a miles de visitantes que de alguna u otra manera quieren disfrutar del Festival.
Aunque aún no se han contabilizado de manera oficial los datos de visitas en las fechas del festival (18-27 de marzo), desde la organización indican que muchos hoteles de la ciudad han estado al 100% de ocupación, sobre todo durante los dos días de la inauguración y la clausura.
"Ya no había alojamientos disponibles en la ciudad y muchos invitados se fueron a municipios limítrofes, así que el impacto económico ha llegado incluso a otros puntos de la provincia", destaca el director.
Además de los alojamientos turísticos, bares, restaurantes, taxis y tiendas también han notado estos días un incremento de su actividad gracias al Festival de Cine.
Según estudios de años anteriores, por cada euro que el certamen recibe del Ayuntamiento, la ciudad obtiene más de 21, lo que supone una rentabilidad del 2.140%, datos que también han aumentado ya teniendo en cuenta el crecimiento dimensional que ha experimentado el Festival en los últimos años.
En cuanto a la participación, este año se han inscrito un total de 1.949 audiovisuales, procedentes de 53 países, lo que demuestra el importante posicionamiento internacional del festival. Un total de 671 de las piezas presentadas han sido dirigidas por mujeres, lo que significa un 34,4% del total; mientras que de las seleccionadas, que ascienden a 187, 69 han sido dirigidas por mujeres, un 37% del total, un 2,6% más que el año pasado.
La Sección Oficial ha albergado 21 películas, 13 españolas y ocho latinoamericanas, de las cuales 19 han ido a concurso. A ellas hay que sumar seis películas españolas con pases especiales a modo de Sección Oficial no competitiva.
La sección Zona Zine ha vuelto a poner el acento más innovador y de cine de autor. Cinco películas latinoamericanas han dado forma a este espacio que esta edición ha cumplido 20 años.
Como novedad, el Festival ha contado este año con un espacio llamado +Málaga, Premieres Internacionales, donde se han proyectado películas no latinoamericanas que han cosechado importantes premios en festivales y que aún no han sido estrenadas en España.
Las secciones de cortometrajes y documentales y el espacio gastronómico Cinema Cocina han completado la programación de este año con proyecciones a diario en diferentes espacios.
"Han pasado por aquí unas 600 personas de más de 40 países que han venido a ver y a comprar cine español para proyectarlo en cines o festivales, eso ha sido un reto conseguido", apunta el director.
Vigar, que cumple diez años al frente del Festival, se marca como grandes retos consolidar las relaciones con el cine iberoamericano y afianzar Málaga como un referente para la industria cinematográfica.