
La puesta en funcionamiento de aerogeneradores o de cualquier otra renovable ha pasado casi a formar parte del recuerdo. El pasado 31 de diciembre finalizó el Registro de Preasignación y con él se completó el cupo de construcción de tecnologías verdes, tras la moratoria de renovables decretada hace ahora un año.
Fuentes del sector explicaron a elEconomista que ninguna planta que no esté en operación o inscrita en el Registro de Preasignación podrá acogerse al régimen económico del Real Decreto 661 de 2007, por el que se rige el sector, lo que deja un vacío legal.
Esta falta de regulación para los próximos ejercicios supone el cerrozajo para la construcción de nuevas renovables en un país que hasta el momento ha sido puntero en este campo.
Sin proyectos
En el caso de la eólica, la cartera de proyectos se ha quedado a cero desde hace meses y tan sólo quedan pendientes de construcción unos cientos de megavatios que han sufrido retrasos en la obtención de licencias y que de manera excepcional se construirán a lo largo de este año. Según cálculos del sector podrían rondar los 700 MW.
Esta situación ha provocado el declive de Gamesa o Vestas en España, que han tenido que poner en marcha fuertes reducciones de plantilla en el país, así como el cerrar algunos centros de investigación. Además, debido a la falta de pedidos para el mercado doméstico, algunas compañías se están decantando por la deslocalización o cierre de fábricas.
El sector lamenta que para este año no se vislumbre ningún futuro para el sector eólico más allá de los parques que están en funcionamiento (unos 22.000 megavatios). Y es que con la nueva tasa a la generación del 7 por ciento, en vigor desde el pasado 1 de enero, el sector ha dejado de ingresar de golpe unos 500 millones de euros, cuando su facturación asciende a unos 3.500 millones.
Situación crítica
Por su parte, el sector fotovoltaico se encuentra en una situación crítica por los fuertes recortes de un 30% decretados por el exministro Miguel Sebastián para intentar corregir el aumento de las primas, lo que está provocando la proliferación de fondos buitre que buscan comprar los proyectos incluso por debajo del valor de la deuda.
La termosolar también ha salido especialmente dañada de la reforma. Así, a pesar de que esta tecnología tiene un año más para completar el cupo del preregistro y las plantas se conectarán hasta 2014, algunos promotores ya han descartado continuar con los proyectos.
En concreto, entidades como RREFF o Antin han puesto de manifiesto que están estudiando si paralizan algunas de las plantas termosolares en construcción al no ser rentables con la exención de primas para la energía que se queme vía gas. Además, el sector renovable tiene varios pleitos abiertos contra el Gobierno e incluso ha iniciado un arbitraje internacional por los recortes a la fotovoltaica y está a punto de tramitarse otro por el daño a la termosolar. Desde la Comisión Europea se insiste en no dañar el clima de inversión con recortes retroactivos.