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Especial Medio Ambiente

En apenas dos décadas los migrantes climáticos superarán los 200 millones

  • Los desastres naturales causaron casi 265 millones de desplazamientos forzados en 210 países y territorios entre 2015 y 2024
  • Las tormentas e inundaciones provocaron el 89% de estos desplazamientos
Vehículos tras el paso de la DANA y la subida del cauce del río Turia, en octubre de 2024, en Valencia. EP.
Isabel Gaspar

Si actualmente más de 20 millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares cada año debido a un clima cada vez más adverso, según datos de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, las previsiones son, simplemente terribles. Atendiendo a las estimaciones del Banco Mundial, en 2050, es decir, en apenas 25 años, las personas que tendrán que desplazarse como consecuencia del cambio climático podrían alcanzar los 216 millones.

Por regiones, África al sur del Sahara podría llegar a tener 86 millones de migrantes internos por razones climáticas; Asia oriental y el Pacífico, 49 millones; Asia meridional, 40 millones; norte de África, 19 millones; América Latina, 17 millones, y Europa oriental y Asia central, 5 millones. "Con medidas rápidas y concertadas para reducir las emisiones mundiales y respaldar un desarrollo verde, inclusivo y resiliente, se podría reducir la escala de la migración por cuestiones climáticas hasta en un 80%", señala el organismo en su informe Groundswell.

En este sentido, según un según un reciente informe publicado por el Centro de Monitoreo de Desplazamientos Internos (IDMC), los desastres naturales provocaron casi 265 millones de desplazamientos forzados en 210 países y territorios entre 2015 y 2024. Las tormentas e inundaciones provocaron el 89% de estos desplazamientos, mientras que los terremotos, las sequías y los incendios forestales también obligaron a millones de personas a dejar su hogar.

Así, los números evidencian que la situación empeora cada vez más. El año pasado las personas se vieron obligadas a migrar casi 46 millones de veces por motivos climáticos, la cifra más alta registrada y el doble de la media anual en la última década.

"Si bien el cambio climático está provocando fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes e intensos, estos peligros por sí solos no obligan a las personas a huir. La falta de preparación, la infraestructura inadecuada y la alta exposición a riesgos, especialmente en países de ingresos bajos o medianos-bajos, aumentan la probabilidad de que los desastres obliguen a las personas a abandonar sus hogares", apuntan desde el IDMC. De hecho, más del 60% de los desplazamientos por desastres registrados en 2024 se produjeron en países o territorios de ingresos bajos o medianos bajos.

En este contexto, la migración climática debe reconocerse "no sólo como un problema humanitario, sino como un desafío para el desarrollo y la gobernanza que requiere inversiones a largo plazo".

De este modo, para prevenir, responder y resolver el desplazamiento por desastres, "los gobiernos deben integrar el desplazamiento interno en los planes nacionales de desarrollo, adaptación climática y reducción del riesgo de desastres. Es fundamental fortalecer los sistemas de alerta temprana, invertir en infraestructura resiliente al clima y utilizar datos y análisis de riesgos para diseñar políticas específicas que protejan a las personas en mayor riesgo y promuevan soluciones duraderas para los desplazados internos", sostiene el IDMC.

Falta legislación

Actualmente, no se han desarrollado mecanismos de protección internacional o nacional específicos que aseguren la adecuada protección de estas personas, como evidencia el estudio Migraciones climáticas. Avances en el reconocimiento, la protección jurídica y la difusión de estas realidades, de ECODES.

La diferencia entre el concepto de migrante y refugiado no es baladí. Mientras que el primero se desplaza de manera voluntaria por diversos motivos, el segundo lo hace forzosamente. En este sentido, los derechos que tienen los solicitantes de asilo y refugiados conceden la posibilidad de permanecer en el país de acogida y no ser devueltos a su país de origen, derecho a educación, asistencia en salud, vivienda, empleo y familia, entre otros.

En 2020 ACNUR reconoció que algunas personas que huyen en el contexto de los efectos adversos del cambio climático y de los desastres podrían tener demandas válidas para el estatuto de persona refugiada en base a la Convención de Ginebra.