
Un apagón nacional ha sumido este lunes a gran parte de España y a Madrid en el caos, especialmente en la zona centro. El tráfico, a la altura de la Plaza de Colón, se encuentra totalmente colapsado, y muchos madrileños han optado por volver a casa a pie, dejando imágenes de riadas humanas llenando las principales calles de la capital.
El apagón ha afectado gravemente a la circulación al dejar sin servicio a los semáforos, complicando aún más el tráfico en los principales puntos. Aunque agentes de movilidad urbana han sido desplegados para tratar de regular la situación, la tarea resulta casi imposible.
En Plaza de Colón, por ejemplo, sólo un agente intenta abrir y cortar el paso de vehículos, lo que provoca un avance extremadamente lento o, directamente, inexistente, tanto hacia el Paseo de la Castellana como en el Paseo de Recoletos.
El colapso no sólo afecta a las calles: la red de Metro y Cercanías también ha quedado fuera de servicio. En respuesta, numerosos trabajadores, incluidos los que se encontraban en organismos clave como el Tribunal Supremo o la Audiencia Nacional, han abandonado sus puestos ante la falta de electricidad.
Largas colas en cajeros de Madrid
En la zona de Alonso Martínez, las imágenes son similares: largas colas en los pocos cajeros automáticos que siguen funcionando. Muchos ciudadanos intentan retirar dinero en efectivo, ya que en las cafeterías y tiendas de alimentación abiertas solo se aceptan pagos en metálico debido a la caída de los sistemas de pago electrónicos.
Las colas se replican en varios puntos, mientras otros aprovechan para hacer una pausa en las terrazas de lugares como la Plaza de Santa Bárbara, a la espera de que la situación mejore.
La Puerta de Alcalá también ha registrado importantes aglomeraciones. Personas que han abandonado sus lugares de trabajo buscan opciones de transporte o simplemente se resignan a caminar. "Esto es como cuando nos desconfinaron en la pandemia", relataba una vecina a Europa Press, haciendo referencia a la gran cantidad de gente desplazándose a pie.
La Policía Municipal y los agentes de movilidad trabajan a contrarreloj para tratar de regular el tráfico en zonas críticas como la Plaza de Cibeles, donde coinciden vehículos privados y autobuses municipales. Sin embargo, la ausencia de semáforos y la gran cantidad de peatones hacen que la tarea sea tremendamente complicada.
Mientras tanto, en barrios como Ciudad Lineal, algunos supermercados han optado directamente por cerrar, avisando a sus clientes de que no pueden operar sin electricidad.
Otros locales han decidido seguir abiertos, pero sólo aceptan efectivo, generando nuevas colas de clientes que buscan abastecerse en medio de la incertidumbre.
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