
Mercabarna-Flor prevé vender alrededor de siete millones de rosas para este Sant Jordi, cuya procedencia será mayoritariamente extranjera. Así lo han expresado este martes el presidente de la Asociación Empresarial de Mayoristas de Mercabarna-Flor, Miquel Batlle, y el presidente de Mercabarna y concejal de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Valls.
"Esperamos, desde el punto de vista de Mercabarna-Flor, que sea un buen Sant Jordi. Probablemente, estaremos alrededor de unos siete millones de rosas", ha pronosticado Valls en una rueda de prensa en la sede de Mercabarna-Flor, en Sant Boi de Llobregat. Ha vaticinado que unos 2,3 millones de estas rosas se venderán en este mercado mayorista.
Sobre la procedencia de las rosas, ha desgranado que un 68% de las rosas comercializadas en Mercabarna-Flor vendrá de Colombia; un 22%, de Ecuador, y un 10%, de Holanda, mientras que de producción española «no hay». "Puede quedar algún reducto de algún payés nostálgico que tenga, pero no hay. No las busquéis porque no las encontraréis", ha advertido.
El año pasado, se comercializaron unos 6,8 millones de rosas, lo que supuso un 13% más que en 2023, pero sin llegar a los siete millones registrados en 2019, antes de la pandemia de la covid-19. "Llegaremos a los siete millones de rosas, es nuestra intención y la cifra a superar", ha señalado Batlle, que ha recordado que este Sant Jordi, al caer en miércoles y ser un día laborable, puede ser "muy bueno y potente".
Además, la tradición de regalar rosas, que tendrán un "precio estable" que partirá de los cinco euros, ya no se reserva solo a las parejas, sino que se ha extendido a otras relaciones, como los compañeros de trabajo, y ha llegado a otros países. Valls ha explicado que algunas compañías de Alemania o Japón piden a Mercabarna-Flor que les preparen un ramo de rosas, un hecho "curioso, aunque simbólico" que Batlle ha relacionado con el aumento de personas extranjeras en Barcelona.
"Tenemos que tener en cuenta que, en la ciudad, una tercera parte de su población ya es extranjera, recién llegados, y están compartiendo nuestra tradición y la llevan a sus países", ha remarcado. Batlle ha detallado que la caída de rosas cultivadas en el Estado, cuya producción ya era reducida, se explica por la falta de relevo generacional entre el payesía, el "agotamiento" de los campos de cultivo o el cambio climático.
"Necesitas mucha tierra para producir la cantidad de rosas que se necesitan. Si todas las rosas se tuvieran que producir en el Maresme (Barcelona), prácticamente toda la comarca debería estar plantada", ha ejemplificado. Ha añadido que los rosales "cada vez padecen más enfermedades" y que los productos fitosanitarios utilizados en España "no son tan efectivos como los de antes", y ha asegurado que, pasada la pandemia, se empezaron a "arrancar" progresivamente los últimos rosales del país.
Mercabarna-Flor estima que el 80% de las flores que se venderán por Sant Jordi será de color rojo, algo que ha corroborado el cultivador y comerciante Josep Reig en declaraciones a los medios, quien ha augurado una festividad "óptima de ventas". Según los cálculos del mercado mayorista, se venderán cerca de un millón y medio de rosas de otros colores, donde dominarán el amarillo y el blanco.