La igualdad entre hombres y mujeres avanza, pero lo hace lentamente. Si nada cambia, la plena paridad de género no será una realidad hasta el año 2158, dentro de cinco generaciones. A este ritmo, las mujeres de hoy no verán la igualdad, ni sus hijas, ni las hijas de sus hijas. Así lo advierte el informe Global Gender Gap 2024 del Foro Económico Mundial, que alega que se necesita más de un siglo, en concreto 134 años, para cerrar la brecha de género en el mundo.
En este contexto, durante la reunión anual en Davos, se puso sobre la mesa un nuevo índice: el Global Gender Parity Sprint, con el objetivo de dar un acelerón de seis años hacia la paridad. Para ello, con el apoyo de gobiernos, empresas y ciudadanos, se pretende identificar las iniciativas que permitan impulsar la acción en materia de paridad de género y fomentar, a su vez, el liderazgo intelectual y proporcionar los conocimientos prácticos sobre temas innovadores.
A pesar de que el camino hacia la igualdad es largo, ha habido un cambio considerable a nivel económico y político desde 2006, cuando se empezó a utilizar el índice global de brecha de género. Así, la paridad se ha duplicado en general en los puestos de liderazgo, como son los ministerios y los parlamentos, aunque todavía queda camino por recorrer. "Las mujeres representan el 35,5% de los funcionarios del gobierno local, el 33% de los parlamentarios, el 24,4% de los ministros y el 15,5% de los jefes de Estado en todo el mundo", según apunta el Foro Económico Mundial. A pesar de esto, la contratación de mujeres en cargos de liderazgo está en decadencia, situándose el año pasado en un 36,4%, una cifra muy por debajo de los niveles de 2021, cuando el porcentaje se situó por encima del 37%. Según apunta una investigación de Linkedln, este descenso en la contratación femenina para altos cargos se debe a "las condiciones macroeconómicas desfavorables".
Asimismo, la falta de legislación que garantice la igualdad salarial contribuye a la perpetuación de las desigualdades. Según el informe Mujer, Empresa y el Derecho 2023 del Banco Mundial, en 93 de los 190 países analizados no existe una normativa que obligue a la igualdad salarial por un trabajo de igual valor. Esta ausencia de marcos legales robustos permite que prácticas discriminatorias persistan, afectando negativamente la participación económica de las mujeres y su empoderamiento financiero. En relación con esto y en palabras de Aline Masuda, profesora del departamento de Liderazgo, Estrategia y Personas de EADA e impulsora del estudio elaborado por EADA Brecha salarial y presencia de la mujer en puestos directivos, "las causas de la brecha salarial no son tan sencillas de explicar, como, por ejemplo, la discriminación implícita, pues es aquella que no nos damos ni cuenta. Hay un sesgo subconsciente que está ahí, y se debe educar a la sociedad".
El índice global de brecha de género estudia anualmente la evolución de la paridad de género, poniendo el foco en cuatro dimensiones: participación y oportunidades económicas; educación; salud y empoderamiento político. Tal y como destacan los últimos resultados, ningún país ha sido capaz de cerrar al completo la brecha de género. Sin embargo, el 97% de las economías incluidas en el informe (146 países) han logrado cerrarla más del 60%. El informe es claro, "para cerrar la brecha de género será necesario un cambio fundamental de mentalidad, en el que la paridad de género sea reconocida como un motor clave del crecimiento de alta calidad. De manera destacada, las políticas centradas en la economía del cuidado indican un creciente reconocimiento del cuidado como un factor económico importante".
Así, Islandia ocupa nuevamente el primer lugar, siendo la única economía que ha cerrado más del 90% su brecha de género. Países europeos ocupan los siete primeros puestos en este ranking global. Siguiendo a Islandia están Finlandia, Noruega y Suecia. Esto se debe a que en "los países nórdicos está más arraigada una cultura donde las mujeres están mucho más empoderadas", dicta Masuda. España, por su parte, ha cerrado su brecha género hasta casi el 80%, ocupando la décima posición en el ranking.
No obstante, dentro de Europa existen muchas diferencias. "Aunque 21 de las 40 economías de la región han cerrado más del 75% de su brecha de género, la distancia entre el primer y el último puesto indica amplias disparidades intrarregionales. Islandia, la economía mejor clasificada, lidera por 29 puntos porcentuales sobre Turquía, que ocupa el último lugar", explica el informe. Esta diferencia entre países se explica por las diferencias culturales. Ahora bien, "los esfuerzos por mejorar la paridad de género en los negocios están ganando fuerza, particularmente en América Latina, Oriente Medio y Asia Oriental".
En definitiva, la brecha salarial es muy difícil de romper, ante esto, algunos de los aspectos que destaca Masuda son "las expectativas socioculturales, la flexibilidad en los trabajos, la falta de transparencia salarial", por ello, la solución que plantea la profesora es "que se flexibilicen todos los trabajos, aunque es cierto que esto ahora ha mejorado con la pandemia, esto permitirá a los hombres y mujeres dedicarse al cuidado de la familia por igual. De hecho, la reducción de la jornada laboral ayudará en este sentido. También es necesario unas políticas que ajusten los salarios, porque existe una gran injusticia entre las profesiones de la industria femenina (más dedicadas al cuidado) y la industria masculina".