
Juno House ya no es un recién llegado a Barcelona. El club social pensado por y para mujeres --no en vano su lema es woman to woman-- está a punto de soplar tres velas en la capital catalana. Además, la asociación se halla en plena fase expansiva, tanto de su comunidad como de su agenda de actividades. Su fundadora y CEO, Natalie Batlle, desgrana en esta entrevista con elEconomista.es lo que hace único a este espacio y avanza sus planes de crecimiento.
--En la génesis de Juno House tienen mucho que ver tus orígenes.
--Yo nací en Chicago, aunque mi padre es de aquí, de Barcelona, de la Cerdanya para ser más específica. Mi madre es estadounidense aunque también de familia mezclada, porque su madre era griega y su padre, polaco. Yo nací y me eduqué en los Estados Unidos y he seguido un poco el camino contrario de mi padre, que a los 25 años se fue a Estados Unidos para estudiar medicina, se quedó allí y se casó con mi madre. Cuando yo llegué a Barcelona, también con 25 años, descubrí el lifestyle de la ciudad y, literalmente, me enamoré y decidí vivir aquí.
--Luego volviste a Nueva York a trabajar para Edelman. ¿Fue entonces cuando cogiste inspiración para crear el club?
--Viví en Nueva York entre 2014 y 2017, en el momento del boom de los clubes privados. Realmente la meca de los clubes es Londres, donde todo el mundo tiene a la vez tres o cuatro membresías. En los Estados Unidos se vive un poco menos, pero es verdad que Nueva York tiene de todo. Mientras vivía allí estaba muy de moda Soho House y estaba ya en marcha The Wing, un club que sirvió como referente aunque ahora ya no existe. The Wing fue el primer club femenino y se creó a partir del movimiento metoo, de la primera campaña de Trump... aunque la pandemia les hizo mucho daño porque tenían un modelo de negocio costoso. Pues cuando volví a Barcelona echaba de menos esa parte energética de Nueva York, donde puedes salir un día y conocer a alguien muy alternativo y al día siguiente encontrarte con alguien más corporate tipo Wall Street. Esa mezcla me encanta, me emociona.
--Y a la hora de crear Juno también te influyó la maternidad.
--Sí, me inspiró muchísimo. Porque de golpe te encuentras en un momento de cambio donde quizás no tienes referentes de mujeres que también son ambiciosas, que han creado y liderado proyectos... y te sientes un poco sola. Y luego había una tercera parte que era la necesidad de crear comunidad entre mujeres.
--Te he leído que los soft skills también se aprenden. Obviamente necesitas un espacio para desarrollarlos en contacto con otras personas.
--Para hacer grandes cambios en la sociedad las mujeres primero deben empezar a recibir la información. Eso significa que tenemos que hablar de tecnología, de finanzas, de cuáles serán las tendencias en el futuro... En Juno House tenemos tres ejes: la parte más de big city como podría ser Nueva York, la parte más física enfocada en la conciliación y la parte más woman to woman de crear esa red de poder entre nosotras. Donde el hombre también tiene su papel porque somos gender neutral.

--¿Aceptáis hombres como socios?
--No como socios, pero sí para eventos, para venir a comer... En una ciudad como Barcelona hay muchas mujeres que son cracks. Tenemos socias que son grandes directivas, abogadas, financieras, creativas... pero no tenemos la práctica de hablar de dinero, hacer business, de mezclar el ocio con lo profesional. Y allí es donde veo que tengo la responsabilidad como CEO de Juno de que esto sea más normal.
--¿Por qué crees que se acercan las mujeres a Juno?
--Casi todas las socias buscan ampliar su red. Algunas socias más corporativas forman parte de otros grupos pero buscan en Juno un balance entre hard y soft skills. Quizás en otros ambientes solo trabajas la parte más dura, pero luego no se desarrolla el bienestar, la amistad o mentoría. Muchas socias han encontrado un espacio donde se combina la parte más profesional con los valores. Creemos en la ambición, pero en la ambición amable. Juno no viene para cambiar las dinámicas normales, pero sí a demostrar que el éxito se puede compartir. En esta visión integral, tenemos iniciativas como la serie Bold Conversations, donde traemos a líderes en educación financiera y empoderamiento económico femenino.
--¿Cuál es el tamaño de vuestra comunidad?
--Estamos por encima de las 600 socias y este año nos gustaría sumar 200. Estamos trabajando para llegar a un número que nos permita escalar, siempre hemos tenido un plan para ser internacional. Queremos consolidarnos en Barcelona para abrir en otros sitios. Madrid está ahí, pero siempre hemos pensado en el extranjero. Quizá lo que ha cambiado ahora es que no iremos solamente allí donde queremos estar sino también a aquellas ciudades donde necesitan empoderamiento femenino. Estamos estudiando oportunidades.
--¿Cómo funciona vuestro modelo de negocio?
--En su día pensamos que el B2C, la membresía individual, iba a ser la parte más importante de nuestro modelo de negocio, pero la rama B2B ha crecido muchísimo. Si inicialmente creíamos que la proporción sería de un 80-20 a favor del B2C, ahora estamos más equilibradas. Vemos un gran potencial de crecimiento en las membresías corporativas, ya que muchas empresas están apostando por Juno House no solo para empoderar a sus propias portavoces con membresías, sino también para patrocinar ciclos y eventos. Un ejemplo de ello es Juno Thrive, una iniciativa sobre geopolítica con Andbank. Además, ofrecemos packs corporativos que permiten a las empresas acceder al club como plataforma para organizar eventos, dar visibilidad a sus portavoces y fomentar el networking de sus equipos.

--Tengo entendido que también aprovecháis el espacio como lanzadera de marcas.
--La parte de brand experience es interesante porque nos hemos dado cuenta de que tenemos capacidad de ser como un nuevo canal de advertising. Tenemos comunidad, tenemos venue y tenemos content creation y marca. Muchas empresas o marcas vienen a Juno y nos dicen que les gustaría lanzar una campaña para llegar a nuestro target, que es la mujer actual. Así que a nivel más marketiniano hemos crecido muchísimo.
--¿Y es posible que una iniciativa como la vuestra sea rentable?
--Por supuesto, ser rentable y generar impacto social no son conceptos incompatibles. Lo fundamental es centrarse en aportar valor a tu comunidad, ya que el mercado es cada vez más exigente. Como negocio, es clave estar siempre a la vanguardia, explorando nuevas formas de optimizar el modelo y asegurando un crecimiento natural que esté alineado con las ambiciones y objetivos estratégicos de la compañía.
--Tenéis muchas socias llegadas de diferentes países e incluso continentes. ¿Qué piensas del debate sobre el papel de los expats en Barcelona?
--Creo firmemente en la diversidad y en el valor de que las ciudades sean más multiculturales. Si en Barcelona, o España en general, hay familias o personas que vienen aquí para aportar, para invertir, es positivo para la ciudad. Y diría que aquí en Juno nuestras socias trabajan. O sea, representamos un nicho de women who work. No es un club solamente para venir aquí y pintarse las uñas.
Consejo asesor
En octubre del año pasado, Juno celebró la primera reunión de su consejo asesor o advisory board. Además de por las fundadoras del club, este órgano está formado por la consejera delegada de Román, Sílvia Asina; la inversora y emprendedora Inés Urés; la directora de producción de Mediapro, Cecilia Gómez; la consejera delegada de Sita Murt, Montse Figueras; la socia en Grand Thornton, Isabel Perea; la SVP de Mina Foundation, Mollie Fehlig; la socia en Meridia, Cristina Badenes, y la directora de marketing de Salesforce, Mildred Laya.