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El Betis más verde se viste con una camiseta fabricada con alga asiática

  • El club sevillano llama la atención sobre el enorme problema ambiental y económico causado por la especie invasora
  • Biomasa, bioestimulantes, compost o energía, posibles usos para valorizarla
Presentación de la camiseta del Betis elaborada con alga asiática invasora bajo el agua.
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Viento de Levante y mar rizada frente al faro de Tarifa. Burbujas en las olas anuncian que emerge un buzo. En el fondo del mar ha hallado una camiseta verde. La que vestirá el Real Betis Balompié el próximo día 16 en un partido de Liga frente a la Real Sociedad. Es, además, la primera camiseta fabricada -entre otros componentes- con Rugulopteryx okamurae, el alga asiática. Una especie invasora detectada en 2015 que está arrasando el litoral andaluz, provocando una catástrofe medioambiental que afecta seriamente a pescadores y al turismo.

La camiseta salida de las aguas es fruto de la colaboración entre el Betis y Hummel -miembros de la red de impacto Parley For The Oceansy la marca de tejidos Pyratex, que la fabrica con fibra a base de algas, plásticos reciclados recogidos del océano y pulpa de madera. "Se trata de una propuesta con un profundo compromiso ecológico", aseguran desde el club verdiblanco. "Sin azul no hay verde", añaden.

"Ha venido para quedarse"

La iniciativa pone el foco en la importancia de aprender a convivir con el alga y aprovecharla, porque "erradicarla ya no es posible. Ha venido para quedarse. Las soluciones pasan porque se integre en el medio y conviva con el resto de especies, y también por valorizarla", asegura Félix López Figueroa, catedrático de Ecología y director del Instituto Andaluz de Biotecnología y Desarrollo Azul de la Universidad de Málaga, que lleva estudiando la Rugulopteryx okamurae desde 2015.

El Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (Ifapa) ya ha detectado posibles aplicaciones del alga asiática como biomasa, compostaje, biofertilizantes, fungicidas o bioestimulante. También ha demostrado que el erizo común puede ser un controlador natural.

Usos industriales

Fruto de esas investigaciones es el convenio firmado entre el Ifapa y Valoriza para probar la incorporación del alga asiática invasora al proceso industrial de compostaje de lodos de depuradoras. Desde noviembre pasado se está trabajando a escala semi-industrial en Jerez de la Frontera para obtener un producto testable en cultivos.

A nivel local hay empresas que ya están utilizando el alga asiática para cosmética, en productos como jabones. La startup Futuralga ha desarrollado un producto de embalaje obtenido a base de ribazos de algos, que está a la espera de permisos administrativos para pasar a la fase de comercialización. "Empezamos usando todo tipo de ribazos, pero cuando la invasión del alga asiática alcanzó unas dimensiones tan grandes nos centramos en ella", explica Sofía Tristancho, una de las socias de la cooperativa tecnológica.

La empresa se ha implicado con la iniciativa del Real Betis para llamar la atención sobre el alga, y ha preparado productos de merchandising para el partido del día 16 elaborados a partir de alga asiática. Una prueba de la versatilidad de la materia prima.

Daños a la pesca

Pendientes de todas las noticias en torno a la especie invasora hay miles de pescadores del Estrecho y el litoral mediterráneo en puertos como Conil, Barbate, Tarifa o Estepona. Los cálculos del sector sitúan las pérdidas de capturas entre un 60% y hasta un 90%.

La invasión está provocando la desaparición de especies de pesca, el desplazamiento de bancos de peces, la muerte de algas autóctonas de las que estos se alimentaban y como consecuencia una caída de las capturas que afecta especialmente a la flota artesanal. Hay días en los que los pescadores sólo recogen algas en sus redes.

En el puerto de Barbate, según datos recopilados por la Junta de Andalucía, los barcos que faenan con artes menores han tenido una disminución en capturas de algo más de un 60 por ciento, con un incremento del precio de más de un 28 por ciento.

En el puerto de Tarifa, la disminución para los barcos de artes menores a la pesca dirigida del voraz se calcula en un 70 por ciento, con una merma de más del 90 por ciento para la especie del pez sable.

En el puerto de Conil, que afecta a poco más de medio centenar de embarcaciones de arte menor o artesanales, la evolución de las capturas en kilogramos tan solo en el puerto de Conil es la siguiente: en 2021, 412.298 kilos; en 2024, 364.632 kilos.

"Desde la Junta de Andalucía, para compensar parte de estas pérdidas a la flota, hemos pedido en multitud de ocasiones al Gobierno de España una cuota de atún rojo (especie que está ocupando espacios abandonado por otras pesquerías desplazadas por el alga )para la pesca artesanal. De momento, sin éxito", aseguran desde la Consejería de Pesca..

Turismo

Los municipios turísticos también se están viendo afectados. Con montañas de algas, sus playas pierden atractivo. Así que están actuando. Estepona ha retirado de su litoral cerca de 10.000 toneladas de algas invasoras durante 2024. Estas labores representan un sobrecoste de un millón de euros al año.

El alcalde José María García Urbano también ha propuesto varias iniciativas sobre esta cuestión en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). García Urbano ha señalado que no tiene constancia de que el Gobierno central esté abordando con rigor y estudios esta situación a la que se está enfrentando el litoral español desde hace años, y considera "una auténtica irresponsabilidad esta dejación que puede tener efectos demoledores en la industria turística, en el sector pesquero y en la economía de nuestro país".

En Tarifa, de cuyas aguas ha emergido la camiseta más verde del Betis, han levantado una enorme montaña de 40.000 toneladas de alga asiática recogida de las playas y trasladada junto a la estación depuradora de aguas residuales del municipio. El consistorio no puede asumir el coste del transporte para su destrucción. En sólo dos semanas de verano recogió más de 11.500 toneladas. "Es una catástrofe medioambiental para un ayuntamiento. Como si el Prestige se lo hubiésemos dejado a los municipios", explica el concejal de Desarrollo Sostenible, Jorge Benítez.

La empresa valenciana Poplac les ha ofrecido una solución: un biorreactor que utiliza la materia orgánica para convertirla en metano que extrae para acabar creando energía. Se va a probar en una planta piloto.

La sensación local es de que están abandonados a su suerte. "Aquí no viene nadie" asegura el concejal, tarifeño, que culpa al Ministerio para la Transición Ecológica del estancamiento del problema por no autorizar la comercialización del alga. "Tampoco la Junta ha publicado planes de gestión, para lo que tiene competencias", apunta Félix López. Así que en localidades como Tarifa esperan que el mensaje de auxilio que viaja prendido de la camiseta más verde que ha vestido el Real Betis sirva para atraer la atención pública sobre el enorme problema del alga asiática, y haya al fin soluciones.

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