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Tecnología y tradición se dan la mano para impulsar la actividad en el medio rural

  • La empresa BCM Agrícola ha desarrollado una abonadora y otras máquinas agrícolas con las que compite a nivel mundial
  • La iniciativa 394 Bodegas utiliza la tecnología para recuperar antiguas bodegas abandonadas subterráneas y situadas en cerro 
  • La otra vida del regaliz
La tecnología está ayudando a recuperar bodegas subterráneas y en el cerro de Torijo de la Cañaña.
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La tecnología suele asociarse a grandes desarrollos y grandes proyectos. Sin embargo, su aplicación, a través de diferentes soluciones e innovaciones, permite llegar a diferentes segmentos de actividad y a iniciativas más pequeñas, pero que tienen un importante valor, sobre todo social y también económico en su entorno, como sucede en la agricultura y en el medio rural.

Prueba de ello son iniciativas emprendedoras que se han puesto en marcha en pueblos de Zaragoza, con el fin de reactivar la actividad económica local aplicando la tecnología y la innovación a la agricultura, pero también poniendo en valor los productos de la tierra, aparte de preservar la cultura y mantener las tradiciones del lugar, generando un impacto positivo en los pueblos y el entorno rural al mantener población y activar la economía local.

Es el caso de iniciativas como 394 Bodegas, cuya actividad se centra en recuperar bodegas subterráneas y situadas en cerro en la zona de Torrijo de la Cañada, en la confluencia con el río Manubles, para que se vuelven a utilizar. La tecnología ha sido de gran ayuda para dar forma a este proyecto en el que se ha hecho una identificación del territorio y elementos patrimoniales con "una solución adaptada al siglo XXI y al patrimonio", apunta Yolanda Gimeno, de 394 Bodegas, quien también ha incidido en la importancia de esta iniciativa desde el punto de vista de la economía circular.

"El cerro está hecho migas y supone un reto desde el punto de vista del patrimonio y de la usabilidad, de convencer a la administración de que puede ser funcional" nuevamente, añade Yolanda Gimeno. Gracias a la tecnología, por el ejemplo el GIS, han podido geolocalizar las diferentes bodegas y hacer mediciones precisas de la superficie y profundidad, entre otros parámetros de estas bodegas subterráneas y en cerro.

El trabajo de 394 Bodegas no solo se centra en recuperar estas pequeñas instalaciones, sino también las viñas, especialmente las que están en proceso de desaparición. En ambas ocasiones, su utilización permite hacer pequeñas producciones de vino para autoconsumo de las familias. Además, las instalaciones se ofrecen a enólogos con el fin de poder elaborar diferentes vinos, aparte de facilitar que haya un punto de encuentro en torno a la cultura vitivinícola e impulsar el enoturismo.

De momento, ya se han recuperado 111 bodegas en las que también se hacen catas para mantener una relación directa con los posibles consumidores. Y, ahora, toca seguir trabajando para avanzar en el resto de bodegas y viñedos pendientes para lo que hay que plantear dentro de las políticas de recuperación y preservación del patrimonio, que hay elementos patrimoniales distintos, que son privados y con características especiales, pero que "son susceptibles de volver a estar en uso. Es conseguir la recuperación patrimonial por la línea del uso y de buscar nuevos productos. Se aplican nuevas tecnologías a algo tradicional", lo que da como resultado un buen maridaje de tecnología y vinos.

De Magallón a todo el mundo

La tecnología también ha sido clave para emprender y superar ya los 30 años de vida en el sector de la maquinaria agraria. Es la experiencia de BCM Agrícola, nacida en Magallón (Zaragoza), que ha incorporado importantes avances tecnológicos a la abonadora para cultivos. Un paso que tuvieron que dar ante la introducción de la tecnología en las principales marcas mundiales en el sector con las que compiten, ya que el 80% de sus máquinas se destinan a los mercados exteriores, porcentaje que, incluso, ha sido superior en algunos ejercicios.

"Supuso un reto importante", afirma Marta Bes, gerente de BCM Agrícola, empresa que ya nació siendo internacional, dado que desde el principio el foco estuvo puesto en los mercados exteriores. "Hace cuatro años, pensamos que era necesario complicarnos la vida" para dar este paso en tecnología. "Veo ahora que mucha de nuestra competencia no está y nosotros hemos conseguido posicionarnos en el mercado de las abonadoras de alta gama y funcionalidad".

La empresa busca ahora ganar presencia en el mercado nacional, aunque tiene claro que para estar tanto a nivel local como internacional y, además desde un pueblo y siendo una pyme, es clave la escasa competencia, la especialización y tener máquinas específicas para, por ejemplo, la viña o los frutales, plantaciones estas últimas en las que se logra un ahorro del 40% de fertilizante gracias a la incorporación de la tecnología Sonar a la máquina.

No es la única maquinaria que han desarrollado, ya que también cuentan con una abonadora en campo abierto, que permite que el agricultor vaya a la velocidad que quiera y que la máquina aplique la cantidad de fertilizante justa. Además, los avances tecnológicos facilitan incorporar mapas para aplicar la cantidad determinada de abono sobre la parcela.

Preservar la tradición y cultura local

Otras iniciativas emprendedoras también permiten poner en valor el medio rural con toda su cultura y tradiciones. Es la propuesta sobre la que se basa Al Abrigo del Moncayo, impulsada por María Jesús Grávalos. Bajo este nombre hay un receptivo turístico, es decir, una agencia de viajes que atrae visitantes a la zona, en este caso, del Moncayo, trabajando no solo con la parte de Aragón, sino también de Soria.

Al Abrigo del Moncayo nació porque "lo que se recuerda del viaje son las experiencias en primera persona. La pandemia hizo que la gente viniera al Moncayo. Se quedaron impresionados de lo que hay porque no es solo subir a una cima y ya está", incide María Jesús Grávalos.

De hecho, su propuesta se basa en trabajar con empresas y entidades locales para ofrecer diferentes experiencias que, además, se disfrutan en familia para poder hacer planes con los niños. Es el caso de "Vendimiador por un día" en el que los turistas tienen la ocasión de vendimiar, así como de "Apicultura en familia" para conocer todos los secretos de la miel, las visitas al patrimonio monumental minero como el de Tierga, que además está en activo, o las visitas teatralizadas que se realizan a los pueblos para conocer su historia, entre otras.

"Elaboramos experiencias entre todos" con las que se ponen en valor estas tradiciones y cultura de "nuestros abuelos. Muchos las recordamos porque nos acordamos de ellos, pero esto se está acabando" conforme se avanza en generaciones. "Ahora, los niños pueden conocer cómo se hacían las cosas antiguamente porque actualmente está todo muy mecanizado".

La importancia del proyecto va aún más allá. Parte de los beneficios de Al Abrigo del Moncayo se destinan al Pinar Mágico de Tierga, que realizan las mujeres de la zona. De este modo, se les facilita la compra de los materiales necesarios para que puedan ampliar y hacer crecer este pinar.

Vinculada también a la tierra y a un producto como el vino está la vinoteca y sala de catas Buqué, de David Sanmartín, que ha dado forma a esta propuesta desde hace un año y medio, aunque ya llevaba anteriormente más tiempo trabajando en ella. Una iniciativa vinculada al enoturismo que se va abriendo puertas y realizando nuevos proyectos, además de superar fronteras ante el interés que ya ha suscitado en otras autonomías como Navarra.

Al principio reconoce que fue duro, incluso, en la propia zona, en la localidad de Borja, porque no se entendía bien el concepto, que se confundía con un bar, pero "podemos hacer diferentes catas: desde comerciales hasta de sumillería y maridajes con alimentos".

Son propuestas que se han dado a conocer dentro de la I Jornada Inspiradora EREA+ con el fin de reactivar e incentivar la actividad socioeconómica en zonas en situación de vulnerabilidad territorial. Un programa dentro del que ya se ha contribuido a impulsar cerca de 200 proyectos, con un alcance de más de 7.000 personas. En todas ellas, como han contado estos cuatro emprendedores, han sido necesarios paciencia, determinación, creer uno mismo en el proyecto, probar las ideas que pasan por la cabeza, pasión, curiosidad y también compañía y acompañamiento.

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