
El Juzgado de lo Contencioso-Administrativo número 1 de Mérida ha condenado al SES (Servicio Extremeño de Salud) a indemnizar con 100.000 euros a los cuatro hijos de una mujer que murió debido al retraso en el diagnóstico del cáncer que sufría al ser dada de alta sin que los médicos esperasen a confirmar los resultados del TAC que se le había practicado.
Tal y como explica el Poder Judicial en su página web, ha quedado acreditada la "deficiente asistencia sanitaria dispensada a su madre", admitiendo de forma parcial el recurso de los hijos de la fallecida, que pedían una indemnización de 200.000 euros en lugar de 100.000 como se han establecido.
El motivo de la negligencia es, de acuerdo con la sentencia, es que una doctora del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de Badajoz dio el alta a una mujer enferma de cáncer usando "incomprensiblemente" un "corta y pega" de un TAC realizado cinco meses antes, cuando la paciente se encontraba sana.
Los hechos se remontan a octubre de 2021, fecha en la que la mujer (con antecedentes familiares y sometida a revisiones periódicas) acudió a Urgencias con tos, fiebre y dolor en un costado, razones por las que días después se le somete a un TAC en pleno ingreso hospitalario.
En ese TAC, informa la sentencia, "el radiólogo informa de una imagen en el hilio pseudonodular que podría tratarse de un proceso neoformativo (es decir, un cáncer)", pero "en lugar de informar a la paciente de la realidad del TAC, la doctora realiza incomprensiblemente un famoso 'corta y pega' del Informe del resultado de un TAC del día 05/05/21" y se dio el alta a la paciente.
Mientras el tumor avanzaba, la mujer siguió con molestias y volvió a Urgencias a mediados de enero de 2022, fecha en la que se le volvieron a realizar pruebas que, esta vez sí comunicadas, diagnosticaron "un carcinoma no de células pequeñas (NOS) no escamoso con metástasis en el cerebro y en la mama".
Tan solo mes y medio después de este diagnóstico, y a pesar del comienzo urgente de un tratamiento oncológico, la mujer falleció. Fue el 27 de febrero de 2022 y a causa de "una hemorragia craneal masiva secundaria a sangrado de una de las metástasis cerebrales".
70 días de retraso que fueron determinantes
La sentencia realiza un relato pormenorizado de los hechos con el que acredita que el error y ausencia de diagnóstico supuso "una pérdida de oportunidad para la paciente en cuanto a calidad de vida y supervivencia".
De hecho, el juez explica en su sentencia que "ha existido un retraso en el diagnóstico del cáncer de pulmón que presentaba la paciente, estimado en 70 días, que ha influido, de manera casi segura, en la evolución del mismo, y en las probabilidades de supervivencias".