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Juan Marín (CES Andalucía): "Los que nos gobiernan deberían tener el despacho en una plaza, en el mercado o en la peluquería"

  • El presidente del Consejo Económico y Social reivindica la aportación del máximo órgano asesor del Gobierno como instrumento de participación
Juan Marín, presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía.

Desde octubre de 2022 Juan Marín es presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía. Un puesto para el que lo rescató Juanma Moreno tras la debacle de Ciudadanos. En los años de Gobierno de coalición PP-Cs en Andalucía Marín fue el socio perfecto para Moreno. Los años en la política le dejaron cicatrices que le hacen mirar la vida de otra manera: dos infartos y un coste alto en su vida familiar, como él mismo recuerda en sus intervenciones públicas, de nuevo frecuentes tanto desde la presidencia del CES como de los platós de televisión que frecuenta como tertuliano y analista político.

¿Cómo se ve Andalucía desde la presidencia del Consejo Económico y Social?

El CES es un órgano objetivo, que no emite opiniones sino que analiza y valora datos. Basándose en esos datos, Andalucía es en estos momentos una comunidad autónoma llena de grandes oportunidades, aunque también enfrenta asignaturas pendientes, especialmente en el ámbito social. Avanzamos en lo económico, pero sería ingenuo no señalar la necesidad de mejorar en áreas especialmente sensibles, como la sanidad y la vivienda. Los retos actuales y futuros deben centrarse en la búsqueda de soluciones al problema habitacional, así como en la recuperación de las clases medias y de los sectores menos favorecidos que se encuentran en riesgo de exclusión.

¿Sigue siendo el CES un gran desconocido para la sociedad andaluza?

El CES de Andalucía, al igual que todos los Consejos de su ámbito en España y Europa, es un órgano de consulta y asesoramiento para los gobiernos. Sin embargo, lo que a menudo se desconoce es hasta qué punto influimos en el diálogo social y en la búsqueda de soluciones para los problemas reales de los ciudadanos. Los gobiernos y quienes nos gobiernan deberían tener sus despachos en plena calle, en una plaza de cualquier pueblo, en el mercado o en la peluquería, para escuchar lo que sucede y cuáles son las necesidades del día a día de las personas, dedicándose menos a los intereses de los partidos. Sí que hay un déficit en comunicación sobre el que estamos trabajando.

¿Cómo valora la producción de dictámenes del CES sobre la actividad legislativa andaluza? ¿Se les consulta todo lo que se les tiene que consultar? ¿Se atienden sus observaciones?

El Consejo Económico y Social de Andalucía es el órgano colegiado de carácter consultivo del Gobierno de la Comunidad Autónoma en materia económica y social. Su finalidad primordial es servir como cauce de participación y diálogo permanente en los asuntos socioeconómicos. Esto es lo que establece el Estatuto de Autonomía y constituye, por tanto, la razón de ser de esta institución. ¿Y cómo se materializa esto? Fundamentalmente, a través de la elaboración de dictámenes sobre los anteproyectos de ley y los proyectos de decreto que el Consejo de Gobierno somete a la consideración del CES de Andalucía. A través de estos dictámenes, la ciudadanía, mediante las organizaciones de la sociedad civil, participa en el proceso de elaboración de normas legales y reglamentarias de carácter económico y social que tienen un impacto significativo en la sociedad andaluza. La voz de la sociedad debe ser escuchada y valorada, de modo que el Gobierno está obligado a remitir al CES todas las normas de contenido económico y social que tramite y, además, a tener en cuenta las consideraciones que el Consejo emita sobre ellas.

El CES es el máximo órgano asesor del Consejo de Gobierno a la hora de la elaboración de las normas que nos obligan a todos los andaluces. Todo el acervo jurídico que se ha aprobado en el Parlamento andaluz, ya casi 190 leyes, ha pasado por aquí. Es decir, que todo lo que influye en la vida de los andaluces se debatido en este órgano.

Lo más importante es que está garantizada la participación de la sociedad civil representada aquí por los sindicatos, por la patronal y por los representantes de universidades, Federación Andaluza de Municipios y Provincias, consumidores, cooperativas … y expertos nombrados por el propio Gobierno en todas las materias. Todos los andaluces participamos en la elaboración de las leyes a través del CES. Aquí no hay un debate político, sino jurídico y técnico sobre la conveniencia o no de una norma, o sobre cómo esa norma se tiene que articular. Más del ochenta por ciento de las conclusiones que de aquí emanan son incorporadas a los proyectos de ley que regulan la vida de todos los andaluces. Y esa es sólo una parte del trabajo que hacemos, pues además también actuamos por iniciativa propia en otras materias.

¿Y cómo se desenvuelve una persona que procede de dinámicas muy ejecutivas en una casa donde el consenso a veces hay que amasarlo sin prisa alguna?

Muy cómodo, prácticamente como pez en el agua. Siempre he sido una persona que antepone los intereses de los demás a los míos propios. El CES no es un órgano presidencialista; en él están representados todos los andaluces a través de las entidades que lo conforman. Por tanto, aplicar argumentos y sentido común son cualidades que manejo bien para buscar el consenso.

Sin embargo, permíteme decir algo que considero muy importante: el consenso no debe alcanzarse en detrimento de la calidad de los informes o dictámenes. Estamos en democracia y, en ocasiones, es necesario votar.

¿Cree que la Ley de Participación Institucional, que tiene previsto conceder un papel importante a los agentes económicos y sociales en la elaboración de leyes y decretos, pueda desplazar la labor al respecto que hace el CES?

Los sindicatos de trabajadores y las organizaciones empresariales son pilares fundamentales de nuestro Estado social y democrático de derecho. La Constitución Española y el Estatuto de Autonomía para Andalucía reconocen el derecho a la participación institucional de los agentes económicos y sociales, a través de sus organizaciones más representativas, para la defensa de los intereses que les son propios. Este derecho también está reconocido en el ámbito comunitario e internacional.

Como hemos mencionado, el Consejo Económico y Social de Andalucía es el cauce para la participación institucional de la sociedad civil andaluza. La ampliación de ese cauce, mediante la promulgación de la Ley de Participación Institucional, no puede sino reforzar su papel y relevancia. Yo creo que es positivo. No nos afecta para seguir haciendo nuestro trabajo. Sobre la Ley de Participación Institucional hay que señalar que es un cauce para señalar quiénes pueden estar en un determinado ámbito. ¿Por qué se ha tardado tanto en abordar este tema? Porque yo creo que se ha querido afinar mucho en quienes entran. Y estamos hablando de que una ley necesita financiación.

Se le ve como presidente del Consejo muy interesado en temas de infraestructuras como la Alta Velocidad Huelva-Faro, y con las posibilidades de captar inversión para ellas a través de entidades como macrorregiones europeas. ¿Hay buenas oportunidades ahí?

La existencia de una potente red de infraestructuras es una condición indispensable para el desarrollo económico y social de una región. Aunque se ha avanzado considerablemente, es fundamental seguir trabajando para que Andalucía cuente con una red de transporte eficiente y sostenible, que mejore su conectividad tanto interior como exterior, y que impulse el posicionamiento de las empresas andaluzas en los mercados nacionales e internacionales. Para ello, tratamos de aprovechar al máximo todos los recursos a nuestro alcance.

Por ejemplo, el CES ha desempeñado un papel destacado en la defensa y promoción de la Red Transeuropea de Transporte, en la que dos de sus corredores básicos, el Atlántico y el Mediterráneo, atraviesan España y Andalucía. En este contexto, el apoyo a la Línea de Alta Velocidad Huelva-Faro-Sevilla representa un paso importante.

Además, el CES ocupa la Vicepresidencia de la Red Transnacional Atlántica, desde donde lideramos un proyecto para la creación de una Macrorregión Atlántica. Este proyecto busca aprovechar al máximo el potencial de las regiones del Arco Atlántico europeo, abordando conjuntamente retos compartidos. No se trata de solicitar más financiación, sino de optimizar los recursos financieros disponibles en los distintos países implicados, fomentando sinergias con un enfoque intersectorial.

¿Debe tener el CES un papel relevante ante debates como el cambio climático en el Mediterráneo, tan de actualidad tristemente?

Por supuesto que sí. En el CES está representada la sociedad civil andaluza y, por ello, es imprescindible abordar los asuntos que preocupan y afectan a la ciudadanía. El cambio climático, causado por la actividad humana, es una realidad que impacta en todo el planeta y que se manifiesta de manera especialmente notable en regiones como el Mediterráneo. Su calentamiento no solo puede alterar los hábitats marinos, afectando negativamente actividades como la pesca, sino que también incrementa el riesgo de fenómenos atmosféricos extremos, como la tristemente famosa DANA, que recientemente ha devastado el levante español.

El CES de Andalucía no puede mantenerse al margen de este debate. De hecho, su trabajo en favor de la expansión de los corredores Atlántico y Mediterráneo representa una clara apuesta por la descarbonización del transporte. Además, en estos días se ha constituido un grupo de trabajo en el seno de la Red de CES del Arco Mediterráneo para llevar a cabo un estudio sobre el mejor aprovechamiento de los recursos hídricos en la agricultura, especialmente en el contexto de la actual crisis climática.

Desde su Premio de Investigación el CES está entrando fuerte en la búsqueda de soluciones para debates como los problemas de la juventud, el agua como recurso socioeconómico o el reto demográfico. ¿Cuál será el próximo tema?

La Comisión Permanente del Consejo, que es su órgano ordinario de gobierno y es la que decide, entre otros muchos asuntos, los temas sobre los que versarán los proyectos de investigación que se presentan al Premio de Investigación del Consejo en cada una de sus convocatorias, ha decidido que el tema de la edición de 2025 sea "Hacia un nuevo modelo de atención sociosanitaria en Andalucía: Salud, Bienestar y Políticas de Cuidados". Precisamente, el "Sistema de Cuidados en Andalucía" ha sido el tema de una jornada, organizada por el CES, que tuvo lugar el pasado día 15 de noviembre; así que, como puede ver, este Consejo tiene los pies firmemente arraigados en la realidad andaluza.

Ya a un nivel más personal, ¿cómo ve ahora los toros de la política desde la barrera? ¿Se siente cómodo en un organismo como el CES?

Me apasiona la política, entendida como la defensa de las ideas desde el respeto a las opiniones y a las personas que no comparten mi manera de pensar. Sin embargo, detesto la política de confrontación y los golpes bajos que buscan obtener resultados en beneficio de unos pocos. No me gusta lo que veo ni lo que escucho actualmente. En su momento, luché por cortar de raíz la corrupción; incluso algunos llegaron a llamarme chantajista cuando pedí que dos expresidentes de Andalucía renunciaran a sus actas para enfrentarse a la Justicia. Estuve dos legislaturas, desde 2015 hasta 2022, y durante ese tiempo los andaluces dejaron atrás una etapa en la que éramos noticia diaria por casos como los ERE, los cursos de formación y otros tantos escándalos. Lamentablemente, hoy los escaños vuelven a jugarse en España en los tribunales.

Su nombre suena cuando hay quinielas abiertas como la del Defensor del Pueblo. ¿Le pide el cuerpo cambios? ¿Más acción?

Siempre he estado al servicio de los ciudadanos, y el Defensor del Pueblo Andaluz es un pináculo desde donde defender los derechos y los intereses de los andaluces, y de los que no lo son y viven en Andalucía. Sería todo un honor, y soy consciente de que mi nombre circula por muchos ámbitos sociales, económicos e incluso políticos de Andalucía. Debo reconocer que la presidencia del CES me ha dado la oportunidad de aprender y compartir otras experiencias que en este momento me tienen ilusionado; porque lo importante no es donde esté, sino para qué se ocupa tan alta responsabilidad.

¿Le divierte seguir la actualidad política desde un plató de televisión?

Participar en una televisión o una cadena de radio, sea del ámbito local, autonómico o nacional, resulta interesante, e incluso a veces divertido, cuando tienes experiencia y un cierto conocimiento de la actualidad que puedes compartir desde una absoluta independencia. No suelo prodigarme mucho en este tipo de apariciones, pero de vez en cuando me permito esa licencia. Lo hago a título personal y sin ningún otro interés que atender la llamada de aquellos medios que valoran mi opinión como una visión neutral en un mundo tan polarizado

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