
El ministro de Energía ucraniano, Herman Galushchenko, denunció este jueves que Rusia está lanzando un nuevo "ataque masivo" contra el sistema energético del país, y anunció que la empresa eléctrica nacional, Ukrenergo, ha dispuesto cortes de electricidad de emergencia para reducir daños en sus infraestructuras en caso de impactos.
El ataque masivo ruso con misiles y drones ha dejado sin suministro eléctrico a más de un millón de personas en tres regiones del oeste de Ucrania, según han informado las autoridades locales.
En la región de Leópolis, fronteriza con Polonia, 523.000 abonados al sistema se han quedado sin electricidad por los daños causados por el ataque a infraestructuras eléctricas. El número de afectados es de 280.000 en la región vecina de Rivne, y 215.000 no tienen luz en la de Volinia, también limítrofe de Leópolis. El bombardeo -que es el décimo primer gran ataque contra el sistema eléctrico ucraniano desde marzo pasado- también ha provocado cortes de electricidad masivos en la ciudad de Jersón del sur de Ucrania y en la de Zhitómir, en el centro del país.
Según la Fuerza Aérea ucraniana, varios grupos de misiles rusos se dirigían durante las primeras horas de la mañana contra distintas regiones del norte, el centro y el sur de Ucrania. Medios ucranianos afirman que Rusia también ha utilizado drones en el ataque.
El alcalde de la ciudad nororiental de Járkov, Igor Teréjov, ha informado en sus redes sociales de que la ciudad ha sido atacada con varios misiles durante las primeras horas del jueves.
Las alertas antiaéreas ucranianas se han activado además en la capital, Kiev, y el Ejército ruso ha alcanzado infraestructuras situadas en la región nororiental de Sumi.
Desde el pasado mes de marzo, Rusia ha lanzado en una decena de ocasiones ataques combinados masivos contra el sistema eléctrico ucraniano. Como resultado de estos ataques numerosas centrales ucranianas han sufrido daños y el país ha perdido buena parte de su capacidad de generación y distribución.
El último de estos ataques tuvo lugar el 17 de noviembre y obligó a Ucrania a volver a introducir cortes programados de electricidad para ahorrar energía ante el déficit de generación causado por la destrucción de equipamiento en las infraestructuras atacadas.
Kiev ha advertido repetidamente de las intenciones rusas de dejar a los ucranianos sin luz durante el período del año de más frío para desmoralizar a la población y minar la economía del país.