Barcelona
El Cercle d'Economia, uno de los lobis más influyentes de Cataluña, se apunta a la Gran Barcelona. En su última nota de opinión, titulada La hora de la Barcelona Metropolitana, la asociación propone ampliar el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) para diseñar políticas a gran escala en materia de vivienda, transporte y sostenibilidad.
La administración resultante gobernaría sobre 199 municipios y unos cinco millones de habitantes --actualmente, el AMB tiene a su cargo 36 municipios y 3,3 millones de habitantes--. Esta área, conocida como región metropolitana de Barcelona, incluye la veguería del Penedès (72 localidades) y agrupa las comarcas del Alt Penedès, Anoia, Baix Llobregat, Baix Penedès, Barcelonès, Garraf, Maresme, Vallès Occidental y Vallès Oriental.
¿Adiós a la Diputación?
No es la primera vez que el Cercle se posiciona sobre la gobernanza de la región metropolitana. Ya en 1973 la entidad publicó el informe Gestión o caos, el área metropolitana de Barcelona, donde apostaba por la creación de instrumentos de planificación y gestión en la conurbación de la Ciudad Condal.
Ahora se propone ir más allá y configurar una gran administración supramunicipal que, en buena medida, recortaría el poder de los ayuntamientos y la Diputación de Barcelona. "La consolidación de un ente local fuerte de gobernanza metropolitana podría (debería) suponer que asumiera gran parte de las competencias y recursos que tiene hoy la Diputación de Barcelona y que el resto de estas competencias y recursos pasaran a la Generalitat. Se trata de un cambio importante, que requiere un gran consenso político y que, por eso mismo, sería bueno que se hiciera de forma progresiva", razona el Cercle.
El ensanchamiento del AMB se ve más sencillo que la constitución de la veguería de Barcelona. Estas unidades territoriales, aprobadas por ley en 2010 e incluidas en el Estatut, aún no cuentan con políticas ni instituciones concretas en Cataluña. Por contra, el AMB lleva trece años en funcionamiento y presta servicios usados a diario por los ciudadanos como la gestión del ciclo del agua, el cobro de tributos y la movilidad interurbana.
Vivienda y transporte
Como suele ser norma de la casa, la nota subraya los retos a los que se enfrenta la Gran Barcelona pero se muestra prudente en las soluciones. Respecto a la vivienda, se critica que no exista un plan metropolitano de vivienda y se enfatiza que una visión metropolitana mejoraría la planificación y permitiría abordar una "política de vivienda protegida más ambiciosa". El pasado junio, el lobi ya expuso sus medidas para garantizar la vivienda asequible al criticar el control de precios y proponer alianzas con los grandes tenedores.
Por otro lado, la nueva AMB tendría ventajas para coordinar las diferentes zonas de bajas emisiones, extender las tarifas de la Autoridad de Transporte Metropolitano (ATM) al resto de municipios y financiar el transporte público.