
La Unión Patronal Metalúrgica (UPM) celebró ayer su gala anual en un entorno de incertidumbre política en Cataluña. La cita reunió lo más granado de un sector que representa el 30% de la industria autonómica y da empleo a cerca 260.000 personas. Pese a su importancia, el protagonismo de la velada se lo llevaron un par de teloneros: el presidente del Parlament, Josep Rull, y el líder del PSC, Salvador Illa.
Ambos dirigentes compartieron primera fila con el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, el presidente de CEOE, Antonio Garamendi, y el presidente de la UPM, Jaume Roura. En sus parlamentos, los primeras espadas de la patronal exigieron un entorno de estabilidad institucional y seguridad jurídica a los representantes públicos.
"Es cierto que atravesamos una buena coyuntura económica y tenemos buenas expectativas empresariales de crecimiento y ocupación. Pero hay amenazas latentes por parte del Gobierno", advirtió Sánchez Llibre, si bien centró sus críticas en Sumar antes que en el PSOE.
La negociación sobre la reducción de la jornada laboral era el elefante en la sala. Garamendi se encargó de nombrarlo: "No puede ser que se esté atropellando el diálogo social por interés partidista. Hace un año firmamos con UGT y CCOO unos acuerdos de una duración de tres años y ahora resuelta que pasa un año y ya no valen". "Se está abriendo en canal todos los convenios colectivos del país", alertó.
En una de las intervenciones más aplaudidas, Roura no solo reivindicó la fortaleza actual de la UPM, sino que reclamó "cuanto antes una acción de gobierno en Cataluña". "No podemos estar paralizados con un Govern en funciones que ni hace ni deja hacer. Los políticas tenéis que resolverlo antes de llegar al extremo de ir a nuevas elecciones, que sería una pérdida de tiempo", argumentó. "A los parlamentos se va a trabajar y a veces las peleas dialécticas no nos llevan a nada", aseveró ante la atenta mirada de Rull e Illa.
Buenas palabras... ¿y los pactos?
En su turno de palabra, ambos políticos recogieron el guante tendido por el líder del metal... aunque cada uno a su manera. El líder socialista confió en que "pueda salirme bien la formación de gobierno" y confesó que "no haré ningún milagro, pero seré ambicioso".
De su lado, el presidente del Parlament y peso pesado de Junts recogió algunas demandas de los patronos, como la reducción de la burocracia y el fomento del talento profesional. Pero en la agenda estrictamente política declaró que la búsqueda de estabilidad "debe venir por parte de todos los poderes públicos". "No tiene sentido que las Cortes Generales aprueben una ley de amnistía y que haya un poder público que simplemente la revise", aseveró.
Como viene siendo habitual, la patronal del metal galardonó a cuatro empresas de distintas trayectorias por sus aportaciones al sector: José Combalía, Ficosa, Schneider y la Asociación de Empresarios Metalúrgicos del Alt Maresme.