
La selección georgiana de fútbol está de enhorabuena, y no solo por disputar este domingo el encuentro de la Eurocopa de octavos de final ante España. El pequeño país, que ocupa el puesto 74 del ranking FIFA, tendrá además la posibilidad de ganar una de las mayores primas que se recuerdan por pasar a cuartos de final: 11 millones de dólares.
El ofrecimiento corre por parte de la persona más rica de Georgia, Bidzina Ivanishvili, que obsequiará a los integrantes de la selección con 11 millones de dólares por haber pasado por primera vez en su historia la fase de grupos, quedando por detrás de Turquía y Portugal. Y así será por cada ronda que superen hasta llegar a una hipotética final, donde recibirían la prima de todas las primas: 50 millones de dólares. Así lo aseguran los distintos rotativos de Georgia.
Quién es Bidzina Ivanishvili
Bidzina Ivanishvili, de 68 años, se graduó con honores en la Universidad Estatal de Tbilisi en 1980, donde obtuvo una licenciatura en ingeniería y economía. El magnate hizo gran parte de su fortuna en los años 90 gracias al holding Metaloinvest, que gestiona sus intereses inmobiliarios, bancarios e industriales. Ahora es considerado el arquitecto en la sombra de una Georgia que nada entre dos aguas, la influencia rusa y la occidental.
En 2012 establece el partido político Sueño Georgiano, e inmediatamente fue nombrado primer ministro tras la victoria de su partido. Sin embargo, un año más tarde dimite tras renunciar a su cargo.
Según se puede ver en Bloomberg, los ingresos de Ivanishvili se incluyen en una combinación de 27% de acciones, 36% de renta fija, 20% de efectivo, 12% de inversiones alternativas y 5% de materias primas. Todo esto hace que este magnate georgiano ocupe el puesto 372 de los más ricos con una fortuna estimada de 7.200 millones de dólares.
Una mansión fuera de lo normal
Como cualquier rico, Ivanishvili también tiene caprichos. Uno de ellos fue la casa que adquirió por valor de 45 millones de dólares, y diseñada por Shin Takamatsu, un arquitecto japonés, autor de varios edificios de estilo futurista/postmoderno, inspirados a menudo en motivos antropomórficos y mecánicos.
Pero lo más curioso fue que Ivanishvili se antojó de un árbol de más de 150 años de antigüedad, de 650 toneladas. Para ello, encargó a una empresa que se lo llevara. El árbol fue desenterrado de Ayaria, llevado hasta el Mar Negro y trasladado después por tierra hasta la mansión del magnate. Una decisión muy criticada por los ecologistas, que denunciaron que los árboles son de propiedad pública.