
El operador ferroviario Renfe calcula que el vandalismo grafitero en Galicia supuso un coste a la ciudadanía de más de 210.000 euros en 2023, tras registrar 42 ataques en sus trenes. La empresa ha explicado que fueron pintados más de 500 metros cuadrados de superficie de sus vagones, necesitándose más de 105 horas de trabajo para su limpieza en la Comunidad gallega.
Desde Renfe han recalcado que este tipo de actos vandálicos repercuten directamente en las personas usuarias, que sufren los retrasos y trenes suprimidos por carencia de visibilidad o grafitis en los elementos de seguridad de los trenes que impiden la circulación; frenazos de emergencia para pintar en medio de un trayecto o el olor de este producto químico que resulta muy molesto a los viajeros, entre otros efectos.
En el conjunto del país, Renfe ha destinado más de 25 millones de euros al vandalismo grafitero en 2023, cerca de 70.000 euros al día, con una superficie afectada de 80.000 metros cuadrados de superficie en trenes y otras instalaciones.
Los 25 millones incluyen no solo la limpieza, sino los gastos indirectos como la inversión en seguridad, tanto de personal como otros sistemas tecnológicos. Los trenes fueron detenidos 15.000 horas de forma no prevista por limpieza de grafitis, debido a las 3.977 intrusiones de grafiteros denunciadas en las instalaciones de Renfe, lo que representa una media de más de 11 actos vandálicos de este tipo al día.
La clave en cifras
En total, se malgastaron 10.500 horas de trabajo, ya que tuvieron que dedicarse a limpiar los trenes. A ello, hay que sumar que se generaron cerca de 16.000 litros de residuos tóxicos como el benceno o el 1,3-butadieno, sustancias de las que está compuesta la pintura utilizada por los grafiteros. Son unos 40.000 botes de pintura que generan efectos nocivos sobre el medio ambiente y las personas.
Otra de las consecuencias del vandalismo es el consumo eléctrico, pues malgastaron consumieron sin necesidad 400.000 Kw/h, debido al traslado de los trenes hasta los centros de limpieza. Se estima que es la energía necesaria para mantener 36 millones de bombillas encendidas durante 1 hora o abastecer el consumo de más de 44.000 hogares durante 1 día. A estas cifras habría que sumar otro tipo de gastos indirectos, como inversiones en seguridad, tanto de personal como de otros sistemas de vigilancia.