
La casa de Papel es una de las mejores series de la historia, o así lo confirman sus cifras en Netflix: 5 temporadas, 6700 millones de horas vistas y un legado rojo con cara de Salvador Dalí que se palpa cada 31 de octubre. Eso sí, también con un épico final que bien podría haber sido el futuro del Imperio Español y de la España de hoy en día.
Como bien recordarán los fans de Tokio, Río y el Profesor, el atraco al Banco de España, perpetrado tras el de la Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre, termina por un intercambio de las reservas de oro del país: la banda de atracadores se queda con los lingotes originales de oro y el organismo monetario decide aceptar unos nuevos hechos de bronce con tal de evitar la quiebra económica española. Pero la historia podría haber sido realmente así, y España podría tener, o al menos haber tenido en algún momento de su historia, grandes reservas de bronce en vez de del metal precioso.
El viaje de Colón a las 'Indias' en 1492 se hizo con el propósito principal de encontrar una nueva ruta de la seda, pero dirigiéndose esta vez desde Europa hacia el oeste. Pero, una vez en tierra firme y tras diversos viajes de comprobación (el propio genovés realizó hasta 4 expediciones), el objetivo de los navegantes españoles fue cambiando, y muchos cruzaban el 'charco' para encontrar el Dorado. Un mito que, sin embargo, no se popularizó hasta 1560 con el reinado de Felipe II, tiempo en el cual los españoles se dedicaron a buscar otro de los grandes metales: el bronce.

Y es que las civilizaciones precolombinas han sido reconocidas por el gran uso de la metalurgia, tanto para instrumentos musicales, como para uso ornamental, herramientas... Siendo el bronce uno de lo más abundantes. Pero, por suerte para los ibéricos, América también estaba repleta de oro, y lo que pudo haber sido una 'Casa de papel' hace más de 400 años, convirtió al Imperio Español en el más rico del mundo.
El Dorado: ¿ciudad o rey?
Según National Geographic, los españoles se llevaron de América casi 100 toneladas de oro, una cifra que equivale al 36% de lo que ahora mismo guarda el Estado Español como reserva nacional (280 toneladas, según los datos ofrecidos por World Gold Council). Y aunque las expediciones hacia el nuevo mundo se sucedieron a partir de 1492, no fue hasta algunos años después que el Imperio Español se inundó de oro.
Según ciertos relatos, muchos de los exploradores españoles marchaban hacía el continente americano en busca del Dorado: para algunos una ciudad perdida entre las montañas repleta de oro y para otros, sobre todo los nativos americanos, un mito ligado al rey del pueblo de los Muiscas y a un rito sagrado en donde lucía ropajes y ornamentos de oro.
En 1537, el explorador Jiménez de Quesada llegó a los Muiscas, hoy territorio peruano, quien pese al asombro por tanto oro acumulado no pudo añadirlo al Imperio de Carlos I. En cambio, gran parte del oro de la comunidad hallado en restos arqueológicos reposa hoy en día en el Museo del Oro, en Bogotá.
Con todo, las 100 toneladas de oro que acabaron en arcas españolas tuvieron origen suramericano, sobre todo de Colombia, aunque parte también se extrajeron de Norteamérica, sobre todo de minas en explotación de las que se hicieron cargo los castellanos.
Y como si de un boomerang se tratarse, el oro norteamericano llevado a España regresó de vuelta casi 500 años después; resulta que Estados Unidos es uno de los tres países del mundo que alberga parte de la reserva española de oro que el Estado guarda fuera de sus fronteras.
Estados Unidos, Inglaterra y Suiza
De los últimos datos ofrecidos por el Banco de España en 2022, se sabe que el país cuenta con una reserva de oro de 280 toneladas repartidas en 9 millones de onzas troy, cada una de poco más de 31 gramos. Una cantidad que implica el 17% de los activos del país y el 1% del PIB nacional.
Y así lo recoge el texto publicado: "En el activo del balance del Banco de España también se incluyen las tenencias de oro y derechos en oro. Para el período 2018-2022, las tenencias de onzas de oro fino han permanecido constantes (9,054 millones de onzas troy), mientras que su precio de mercado ha mostrado una tendencia creciente. Su valor de mercado a finales de 2022 era de 15.446 millones de euros".
Sin embargo, no toda esa cantidad se encuentra en las cámaras acorazadas del banco central, sino que el país ibérico tiene repartido su oro en otros tres países: en Estados Unidos (FED en Nueva York), en Inglaterra (Banco de Londres) y en Suiza (Banco de Pagos Internacionales de Basilea).
Durante la Guerra Civil el oro español también estuvo repartido por el extranjero, más en concreto entre Rusia y Francia. En un primer momento con el objetivo de salvaguardarlo del contexto guerracivilista para, posteriormente, venderlo: el 'oro de Moscú' representaba casi el 73% de las reservas españolas (más de 500 toneladas) y el 'oro de París' casi el 27,5% (193 toneladas).
Aun así, y contando con el valor del oro, el metal precioso resulta mucho más valioso para España, teniendo en cuenta que la última venta de oro fue en el año 2007, cuando liquidó casi 200 toneladas.