
En la tradición cristiana, los Reyes Magos son 3 majestades venidas desde Persia, la India y Arabia, según algunas narraciones históricas. Pero la Biblia no contempla ni la procedencia de cada uno de ellos, ni el número (según leyendas orientales podrían haber sido hasta 12), ni mucho menos la consideración de reyes. Lo único común entre el mito y las sagradas escrituras es la estima de magos, aunque referido a expertos y sabios en ciencias 'ocultas' como la astrología, y los presentes que llevaron consigo a Belén: la mirra, el incienso y el oro.
Y quizá la presencia de estos tres regalos es la culpable de la determinación de que sean también tres los Reyes Magos y no cuatro, seis o diez, o quizá ese número sea solo una reafirmación hacía la doctrina central de la religión cristiana, es decir, la Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
No obstante, el máximo común entre el mito de Sus Majestades de Oriente y los antiguos escritos son esos dones con múltiples interpretaciones a lo largo de la historia. Pero ¿cuál es la verdadera razón de esos obsequios? Según distintas leyendas el incienso, la mirra y el oro estarían estrechamente relacionadas con virtudes teológicas (pues también se cree que los Reyes Magos podrían haber sido reputados teólogos), como la fe, el libre albedrío y la caridad respectivamente. Aunque, de otro lado, también existen historias que los relacionan con la santidad, la pasión y la fe.
Si bien tampoco está claro el orden de los Reyes Magos, aunque históricamente se enumeran como Melchor, Gaspar y Baltasar, la Biblia si específica la jerarquía de los regalos: "entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra". Ya entonces, el oro presumía de la importancia como material precioso que tiene hoy en día
El oro de Reyes
Aunque la mayoría de las fábulas navideñas relacionadas con los Reyes Magos asumen el oro como el elemento químico aplicado a la orfebrería, joyería y numismática, existen algunos cuentos que lo aplican a la cúrcuma, llamada popularmente el 'oro de Oriente'; todo para completar el círculo de la mirra y el incienso como elementos característicos de Oriente.
Pero, ciñendo a la importancia del oro ya en tiempos de Herodes, el 'dorado' estaba reservado para reyes (debido a su alto coste y sus propiedades de conservación), y en este caso Jesús fue considerado Rey de Reyes, por lo tanto, se interpreta como un símbolo de realeza. Además de otras asociaciones entre el oro y la luz (podría ser la estrella de Belén), el sol, la claridad o la glorificación, entre otros.
Así, el oro es de los tres presentes el más importante por su significado tanto como elemento químico como el aplicado a la tradición cristiana. Con todo, no fue el único metal otorgado a Jesús, ya que según diversas fábulas junto al oro también se le entregaron 30 denarios acuñados en plata (la moneda romana de entonces) y que podrían haber sido las mismas 30 monedas que recibió Judas por su traición.
Incienso y Mirra: propiedades curativas
Además del oro, el incienso y la mirra también han tenido distintas interpretaciones a lo largo de la historia y dependiendo de las diversas fábulas. Y es que, aunque los Magos de Oriente tienen presencia en la Biblia y en la tradición cristiana, solo en pocos países como España Argentina, Uruguay y México, entre otros, existe la figura de los Reyes Magos a lo Papá Noel, solo que en vez de traer regalos el día 25 lo hacen el día 6 de enero, el día de la Epifanía.
Aun así, ambos presentes se relacionan con procesos curativos o asociados a la medicina. En el caso del incienso, se trata de una resina obtenida de un tipo de planta específica originaria de la península arábiga y usado históricamente en rituales religiosos y como ofrenda en las religiones politeístas. De ahí la creencia que este don fue entregado a Jesús como un reconocimiento a su divinidad por ser el hijo de Dios.
Por su parte, la resina era otro tipo de resina más oscura que ya utilizaban los antiguos egipcios en el proceso de embalsamiento y momificación, aunque otras civilizaciones también la empleaban para distintos ungüentos debido a sus propiedades antiinflamatorios. Pero, las distintas creencias al respecto han relacionado la mirra con la resurrección del Mesías y por tanto como reconcomiendo a su humanidad.