
La economía aragonesa se prevé que cierre el año 2023 con un incremento anual del 2,2%, registrando una evolución que ha sido más positiva de lo inicialmente previsto.
Las previsiones de la organización empresarial son optimistas, pero dentro de la moderación del crecimiento, dado que en los últimos meses de este año se observa una desaceleración en el ritmo de crecimiento, que se considera que se prolongará en 2024. Un ejercicio en el que la mayor debilidad se concentrará en la primera parte del año, mientras que para la segunda parte se cree que se producirá una recuperación paulatina.
El presidente de CEOE Aragón, Miguel Marzo, ha destacado en la presentación del informe que el mayor peso de la industria y el menor del comercio, en comparación con el resto de España, ha hecho que Aragón aguante mejor la crisis asociada a la pandemia, así como unja recuperación más lenta. Ello, en consecuencia, "de cara al año que viene creemos que nos ayudará a crecer algo más que la media", según las declaraciones recogidas por Europa Press.
El presidente de la Comisión de Coyuntura Económica de CEOE Aragón, Félix Longás, ha señalado que "existen diferentes variables clave en la evolución actual y futura de la economía: principalmente, la inflación, el sector exterior, las dificultades en el mercado laboral y la regulación".
El comercio exterior, que en el conjunto de España se ha ido frenando, ha tenido, sin embargo, un crecimiento más robusto en los últimos meses en Aragón, con un destacable impulso de las exportaciones, en especial en el sector del automóvil y los alimentos.
Por su parte, la industria, con la automoción y la alimentación a la cabeza, ha tirado del sector exterior en la comunidad aragonesa. De este modo, ha sido "un año especialmente bueno, no tanto por ganar competitividad como porque ha podido repercutir márgenes, frente a la imposibilidad de hacerlo en años anteriores",.
Además, el mercado laboral mantiene su fortaleza, mostrando una positiva evolución del empleo, pero con importantes dificultades para cubrir vacantes en todos los sectores de actividad, que limitan la capacidad de crecimiento.
Como aspecto más negativo está el incremento regulatorio, tanto en el ámbito fiscal, "con continuas subidas impositivas" como en el laboral, con el aumento del Salario Mínimo y de las cotizaciones sociales o la reducción de la jornada.
Son factores que tienen una repercusión sobre el crecimiento de costes y en la reducción de los márgenes empresariales, que está afectando de forma directa a la capacidad de acometer inversiones. Un motivo por el que Miguel Marzo, ha puesto el foco en "la inseguridad jurídica" existente y en medidas anunciadas por el Gobierno central que pueden tener "efectos graves a medio plazo", como la reducción de la jornada laboral o el aumento del salario mínimo.
"Son medidas que se pueden tomar de forma unilateral y sin analizar sectores, provincias, empresas y sus diferentes situaciones", ha recalcado, puntualizando que los empresarios no están en contra de subir el SMI ni los salarios en conjunto, pero sí de hacerlo "sin cabeza". Así, su propuesta es incrementarlos en un 3% en 2024 y 2025, conforme a lo pactado por los agentes sociales el pasado mes de mayo.
Huesca y Teruel
El informe presentado también recoge la situación económica de Huesca y Teruel. En el caso de la primera provincia, la de Huesca, se pone el foco en el déficit de infraestructuras en carreteras nacionales y comerciales, así como de comunicaciones ferroviarias y de obras hidráulicas. Otros factores que impactan de forma negativa en el desarrollo de la provincia son la tecnología móvil, la fibra y el 5G que, además, son fundamentales para las empresas.
En Teruel, la organización empresarial ha pedido que se desatasquen en el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (INAGA) las autorizaciones pendientes por 6.000 megavatios de potencia para impulsar el sector de las renovables en esta provincia en la que han destacado proyectos tractores como el aeropuerto de Teruel, Dinópolis, Motorland y el Pico del Buitre.