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El debate en Mediaset: dejar vacante la presidencia o nombrar a Cristina Garmendia

Cristina Garmendia, consejera de Mediaset

La salida de Borja Prado como presidente de Mediaset, adelantada por este periódico y confirmada ayer, plantea el interrogante de quién sucederá al ex presidente de Endesa al frente del grupo audiovisual propietario de Telecinco y Cuatro. Mediaset mantiene un escrupuloso silencio al respecto, asegurando que es una decisión que se tomará en Italia, pero, fuentes del sector coinciden en que es posible que Berlusconi decida dejar la presidencia vacante y ahorrarse ese sueldo.

Con Alessandro Salem como consejero delegado y primer ejecutivo de la compañía, y teniendo en cuenta que la sociedad ha trasladado su sede a Países Bajos, hay quien considera dentro del grupo que no es necesario buscar un nuevo presidente, que tendría un coste elevado y cuyo papel sería solo el de llevar las relaciones institucionales. Prado, que fue nombrado presidente a finales de abril de 2022, recibió el año pasado una remuneración total de 1,57 millones de euros.

Hay otras opciones sobre la mesa y en las quinielas suena desde hace semanas el nombre de Cristina Garmendia, consejera de Mediaset, presidenta de la Fundación Cotec, exministra de Ciencia con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero entre 2008 y 2011 y y consejera de Caixabank y Logista. En el grupo audiovisual consideran que se trata de una profesional de reconocido prestigio, que daría una imagen más moderna a la empresa, favoreciendo la igualdad y permitiendo además reforzar sus lazos con el Gobierno. Otra opción que ha sonado Javier Díez de Polanco, consejero también de Mediaset desde finales de 2017 después de haber dejado su puesto en el máximo órgano ejecutivo de Prisa.

Sea cuál sea la decisión que se acabe tomando, el rumbo que quiere tomar Mediaset es completamente distinto al que tenía hasta ahora, especialmente en los últimos años bajo la gestión de Paolo Vasile.
El grupo está tratando de desprenderse de su antigua imagen y la semana pasada, como antició este periódico, rompió toda relación con La Frábica de la Tele, su productora "estrella" durante más de una década y de la que poseía un 30% del capital. La empresa se extingue este 31 de diciembre, aunque el proceso culminará con el cierre progresivo y ordenado de la productora.

Cambio editorial

Y del mismo modo, se ha producido también un cambio de rumbo editorial. Hasta las pasadas elecciones de julio, Mediaset estaba buscando un acercamiento al PP y llegó a tantear a Vicente Vallés como director de Informativos y sustituto de Pedro Piqueras por la noche. Pero después de que la opción de Gobierno de Alberto Núñez Feijóo fracasara, el camino ha sido otro.

En octubre, la empresa anunció el fichaje del periodista Francisco Moreno, hasta ahora administrador único del Ente Público Radio Televisión Canaria, en manos del PSOE, y que se incorporó como director de Informativos, con dependencia directa del consejero delegado. Una de las primeras decisiones que tomó Moreno fue, además, el fichaje de Carlos Franganillo, una de las estrellas de RTVE.
Desde hace ya varios meses Mediaset estaba sumida en una guerra interna entre el hasta ahora presidente, Borja Prado, y los dos consejeros delegados, Alessandro Salem y Massimo Musolino.

Las diferencias entre los tres se han manifestado incluso de forma pública, a pesar de que desde el grupo audiovisual han asegurado repetidas veces que "la relación es magnífica" y han negado el conflicto. Pero éste se evidenció, por ejemplo, hace unas semanas, cuando se habló de la intención de Mediaset de resolver el contrato de Jorge Javier Vázquez por deseo de Borja Prado, algo que la cadena negó. El conflicto y las tensiones venían porque Prado quería dar una imagen más política y los dos consejeros delegados primaban la rentabilidad.

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