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Ali, una historia de superación: el poder transformador del acompañamiento

  • Cada año, Caixa Proinfancia ayuda a 62.000 niños y niñas a lograr un futuro mejor
Ali, de pequeño y de adolescente

En el corazón de la lucha contra la desigualdad y la transmisión intergeneracional de la pobreza, surge CaixaProinfancia, un programa de la Fundación "la Caixa" que trabaja para reducir las cadenas que atan a las generaciones venideras al peso de la vulnerabilidad económica y social. Su misión es clara: ofrecer a la infancia y adolescencia en situación de exclusión social las herramientas y oportunidades necesarias para un desarrollo integral. Cada año, más de 62.000 niños, niñas y adolescentes, junto con más de 38.000 familias, son acompañados por CaixaProinfancia, alcanzando la impresionante cifra de 360.000 infancias impactadas desde sus inicios.

Un caso de referencia

Detrás de estas estadísticas se encuentran historias de superación como la de Ali, un joven de 22 años que ha experimentado el poder transformador de este programa. Gracias al refuerzo escolar, proyectos de ocio educativo y apoyo psicológico, ha logrado superar diferentes obstáculos y convertirse en un referente para otros niños y niñas que se encuentran en una situación como la suya.

Actualmente, Ali se encuentra inmerso en sus estudios de psicología, al mismo tiempo que trabaja como portero por las noches, demostrando que el apoyo adecuado puede desencadenar un cambio significativo en la vida de quienes enfrentan adversidades.

Sus palabras reflejan la transformación que experimentó: "Recuerdo que era un chaval muy poco sociable cuando entre en el programa. La gente me hablaba muy agradablemente y para mí era algo bastante novedoso porque tenía problemas de sociabilidad. La verdad que no me gustaba el hecho de estar rodeado de gente y ser el centro de atención".

Esta metamorfosis no fue instantánea. Fue un proceso largo en el que tuvo que aprender a aceptar normas y pautas, y a adaptarse a su nueva realidad. En este proceso, "fue fundamental el papel de mi madre, quien me dió el empujón necesario para entrar en el centro". Su madre trabajaba durante muchas horas, no obstante, "fue la pieza clave para desarrollar mi confianza y seguridad con los docentes", subraya Ali. Así, el centro se convirtió en un refugio en el que desarrolló una vocación, guiada por el amor de ayudar a los demás. "Descubrí lo que yo quería hacer a los 16 años más o menos. A esa edad empecé con mi vocación (psicología). Antes de eso, había animadores que veían cosas en mí. Me veían dispuesto", afirma.

El papel de los formadores

Los animadores y docentes fueron cruciales, siendo la sombra persistente que guió a Ali hacia un futuro más prometedor. La relación con Paula Sanz, de la Federación de Plataformas Sociales Pinardi, una de las entidades con las que CaixaProinfancia desarrolla su actividad en Madrid, fue especialmente significativa. Paula, a través de diferentes roles, fue testigo del crecimiento de Ali, cumpliendo un papel educativo hasta llegar a tenerle como compañero más durante un campamento.

"Es un orgullo haber podido acompañarle en este proceso. Las dificultades más importantes son las propias vivencias de estos chicos y chicas que, a lo mejor por la edad, no comprenden qué les pasa y les cuesta digerir situaciones complicadas como pueden ser malas relaciones o de tensión en el ámbito familiar", explica.

"Lo más importante es la persistencia de no dejar solo y acompañar a estos jóvenes", destaca la formadora. Algo en lo que concuerda con Ali, que afirma que: "Los animadores fueron vitales. Son muy importantes porque la relación que tienes con ese docente es lo que te ayuda a mejorar o desarrollarte. Con Paula, por ejemplo, al principio tenía muchos líos porque me enfadaba mucho. Pero, ella seguía ahí y esa persistencia que tuvo conmigo al igual que otros animadores, me ayudó mucho".

El apoyo de CaixaProinfancia

En todo este proceso cobra especial importancia la ayuda, colaboración e impulso de CaixaProinfancia, tal y como explica Sanz: "Llevamos trabajando de manera conjunta desde el principio. Inicialmente, a través de ayudas que se empezaban a dar de alimentación, de equipamientos escolares y demás. Poco a poco, ese trabajo que ya llevábamos haciendo se fue reforzando y profesionalizando, en gran medida, gracias al apoyo de CaixaProInfancia". Añade además que "no solo proponían la financiación, sino un modelo de trabajo que también era muy acorde con cómo nosotros entendemos la educación".

La pandemia ha presentado nuevos desafíos, pero CaixaProinfancia, junto con entidades como Pinardi, ha demostrado adaptabilidad y resiliencia para continuar con su misión. Según afirma la docente, "a causa de la pandemia, hemos detectado que en las etapas primarias hay dificultades de aprendizaje, de metaescritura, que antes no existían.Los niños han sido los más afectados a la hora de aprender".
CaixaProinfancia no solo proporciona recursos financieros, sino que teje una red de apoyo integral que aborda las diversas necesidades de los niños y las familias en situación de vulnerabilidad.

La historia de Ali es un ejemplo elocuente de cómo este programa puede ser un catalizador para el cambio, reduciendo las diferencias económicas y allanando el camino hacia un futuro más prometedor.

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