
Quizá no exista debate más extendido que el de si dejar propina o no en los establecimientos de restauración, aunque puede ser que la polémica 'tortilla de patata con o sin cebolla' gane en España.
Aun así, la cultura de la propina está bastante extendida, entendiéndose como un acto de solidaridad para unos o empatía para otros para con los camareros y demás empleados de restaurantes y bares, profesiones históricamente denostadas y mal pagadas.
En nuestro país no existe una regulación al respeto, por lo que el cliente no está obligado a dejar propinas. Y aunque en Estados Unidos tampoco lo es, resulta una norma no escrita para la mayoría de los hosteleros, que incluso llegan a incluir las 'tips' como parte de la factura consumida, y que suele ser un 20% del total.
En otros países como en Japón o China, las propinas pueden llegar a resultar incluso una ofensa para los trabajadores, y aunque tampoco existe una legislación propia, es bastante inusual ver este tipo de acciones en los restaurantes asiáticos.
Por su parte, en Europa también hay un país que no ve con buenos ojos la 'solidaridad' de las propinas, y eses es Dinamarca. El motivo principal son los sueldos. Si bien en países como España o Estados Unidos son costumbre las 'tips' como manera de 'completar' el suelo de los trabajadores debido a la baja remuneración en el sector, en Dinamarca los sueldos son bastante altos y los empleados no necesitan depender de la generosidad de los clientes para vivir.
Reuniones para desayunar y generosas 'tips'
Y aunque no sea ese el motivo principal, el Club de los 1.000 dólares es reconocido mundialmente por dejar generosas propinas en sus salidas gastronómicas.
El Club de los 1.000 dólares, como ellos mismos se han denominado, son un grupo formado por unas 10 personas que se reúnen de manera ocasional para desayunar o almorzar en algún restaurante. La principal motivación para estos estadounidenses de Massachusetts es poder bonificar el buen trato y servicio de los camareros allá por donde van.
Según las normas del Club de los 1.000 dólares, cada uno de los miembros, vaya o no, debe aportar 100 euros cada vez que tenga lugar una de las reuniones. En ocasiones, incluso, cuenta con la participación de personas desconocidas que también apoyan la causa, y han llegado a dejar propinas de hasta 1.600 euros
El origen de todo se encuentra en Richard Brooks, un aboga de 63 años quien siguiendo ejemplo de su hermano decidió realizar este tipo de propinas puntualmente si había recibido un buen trato y servicios para sorpresa de los empleados afortunados.
Propinas famosas
Si de 'donaciones' hablamos, conocida es la anécdota contada por el exbaloncestista Shaquille O'Neal, quien aseguró en una entrevista que ha llegado a dejar propinas de hasta 4.000 euros. Aunque más allá de la cifra, el de Nueva Jersey ha confesado en más de una ocasión que le gusta ser generosos con los empleados de los restaurantes donde acude, y que es normal para él abonar un plus extra al final de la cuenta.
Otro personaje conocido sensibilizado con las condiciones de los trabajadores del sector de la restauración es el rapero Jay-Z, de quien afirman que dejó una más que generosa propina de 50.000 dólares en una conocida discoteca de Miami después de generar una cuenta de lujo de más de 100.000 dólares.
En territorio nacional, hace unas semanas se dio a conocer la salida extraoficial que realizó el rey Felipe VI para cenar con unos amigos en Madrid, justo días antes de la jura de bandera de la Princesa Leonor en Zaragoza. Y aunque las informaciones indican que el restaurante en cuestión invitó al monarca al banquete, se sabe que el Rey dejó una propina de 50 euros.