
La familia del joven coruñés Diego Bello, asesinado en la isla de Siargao, en Filipinas, en enero de 2020, por disparos de agentes de la Policía, se ha mostrado esperanzada con que se haga "justicia" tras asistir los padres a una nueva sesión del juicio, que proseguirá el 13 de diciembre.
El portavoz de la familia, Federico Lafuente, tío de Diego, que ha explicado que la vista continuó con la declaración de una experta en balística, cuyo testimonio continuará en diciembre, cuando se dará por terminada la testifical de esta experta.
Posteriormente, habrá el testimonio de una nueva testigo. Se trata de la propietaria de la casa en la que vivía Diego y que escuchó los hechos que sucedieron, "que aunque dice que no vio nada, sí escuchó disparos y voces de los policías", ha apuntado.
Sobre la sesión ya celebrada, el protavoz ha remarcado el hecho de que los padres de Diego se viesen cara a cara con los policías que presuntamente lo asesinaron.
Además, ha incidido en que aprovecharon su presencia en Manila para reunirse con representantes de la embajada de España en Filipinas, así como de la delegación que la UE tiene en este país.
Expectativas
Sobre las impresiones de la familia sobre cómo avanza el proceso, ha aludido al hecho de que discurra como estaba previsto. Al respecto afirmó que "hay expectativa a nivel de medios de comunicación e institucionales" y afirmó que la sensación es buena.
En el juicio, se sientan en el banquillo de los acusados tres policías filipinos acusados de haber asesinado al empresario coruñés, al que inicialmente vincularon con el tráfico de drogas, algo que la familia negó desde un primer momento, así como de haber falsificado pruebas para justificar su muerte.