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La adolescente que sufrió una supuesta agresión a manos de la Policía de la moral iraní está en muerte cerebral

  • La versión oficial dice que "se desmayó súbitamente cuando subía a un vagón del metro y cayó de espaldas"
  • Un tribunal condena a seis y siete años de cárcel a las dos periodistas que contaron la muerte de Mahsa Amini
Europa Press

La adolescente iraní Armita Geravand, que hospitalizada desde principios de octubre tras sufrir una supuesta agresión en el metro de Teherán a manos de agentes de la Policía de la moral por no llevar puesto el velo, estaría en estado de muerte cerebral, según medios oficiales iraníes.

La agencia de noticias Borna, dependiente del Ministerio de Deportes iraní, ha informado de que "lamentablemente su pronóstico no es prometedor a pesar de los esfuerzos del personal médico y se ha declarado que está en muerte cerebral".

Borna repite la versión oficial de que Geravand, estudiante de 16 años de la Universidad Técnica y Vocacional Arwa al Waghgi, "se desmayó súbitamente cuando subía a un vagón del metro y cayó de espaldas".

Fue trasladada en ambulancia con ayuda de personal del metro de Teherán. La información ha sido también recogida por la agencia de noticias Tasnim, dependiente de la Guardia Revolucionaria iraní, el cuerpo militar e ideológico de élite de las Fuerzas Armadas iraníes.

La joven, residente en Teherán, se encontraba en la estación Shohada del metro de la capital iraní cuando fue supuestamente agredida por miembros de la 'Policía de la Moral', el organismo encargado de velar por el correcto cumplimiento de la vestimenta islámica, por no llevar puesto el velo, según informaciones de medios afines a la oposición.

Los medios iraníes difundieron imágenes de las cámaras de seguridad en las que varias personas sacan a la joven del vagón "tras sufrir una bajada de tensión", si bien no hay rastro de los momentos previos, por lo que varias ONG, entre ellas Iran Human Rights (IHR), sospechan que las autoridades intentan encubrir el incidente.

En el marco del suceso, fue detenida una periodista del diario 'Shargh' enviada al lugar para cubrir los hechos, si bien fue liberada más tarde. La supuesta agresión de la joven recuerda a la muerte de la joven kurdo-iraní Mahsa Amini, que derivó en protestas multitudinarias contra el Gobierno de Irán.

Condenadas las dos periodistas que contaron la muerte de Amini

Por otra parte, Un tribunal iraní ha condenado en principio a seis y siete años de cárcel a las periodistas Elahe Mohamadi y Niloofar Hamedi por informar de la muerte bajo custodia de la joven kurda-iraní Mahsa Amini en septiembre del año pasado, supuestamente por llevar mal puesto el velo islámico, en un incidente que desató la mayor ola de protestas populares de la historia reciente de la república islámica.

Las dos reporteras han sido condenadas por una variedad de delitos en un caso que todavía pueden presentar ante el Tribunal de Apelaciones. Sin embargo, si esta corte falla en su contra, deberán cumplir la pena de cárcel más larga de las varias a las que han sido condenadas, especifica el comunicado oficial de este domingo recogido por la agencia iraní Mizan.

Así las cosas, Mohamadi cumpliría la pena correspondiente al más severo de sus delitos: seis años de cárcel por "cooperar con el hostil Gobierno de Estados Unidos. La periodista no obstante también ha sido condenada por conspirar para delinquir contra la seguridad del Estado (cinco años de cárcel) y por propagar actividades contra la República Islámica de Irán (un año de cárcel).

Niloofar Hamadi cumpliría siete años de cárcel por cooperación con EEUU, pero también ha sido declarada culpable de los otros dos mismos delitos que su colega: conspirar para delinquir contra la seguridad del Estado y por propagar actividades contra la República Islámica de Irán, según el dictamen del Tribunal Revolucionario de Teherán.

Hamedi fue la primera periodista en informar sobre el caso de Amini desde el hospital en el que permanecía en coma, difundiendo imágenes de la familia de la joven rodeando la cama del centro sanitario, según recoge el diario The Guardian.

Por su parte, Mohamadi escribió un reportaje sobre el funeral de la joven y ha sido acusada por el régimen de recibir entrenamiento como agente extranjero.

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