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Cómo destruir un equipo de fútbol en dos años: la gestión 'a palos de ciego' del Chelsea de los 1.000 millones

  • "Es un proyecto a largo plazo. Por eso creemos que encontraremos la solución"
  • El club lleva gastados en fichajes más de 1.000 millones de euros en dos años
Todd Boehly, actual propietario del Chelsea. Foto: Alamy

El Chelsea FC va camino de autodestruirse. La llegada del empresario estadounidense Todd Boehly a la Premier League sigue sin mejorar en nada la gestión anteriormente realizada por su antecesor Roman Abramovich, un presidente que dejó un legado en forma de títulos y marca.

Esta herencia es algo de lo que no puede presumir Boehly, un empresario que, a pesar de venir del mundo de los fondos de capital privado, como su socio, la firma Clearlake, sigue sin encontrar la tecla adecuada para que su nuevo capricho progrese tanto en lo deportivo como en lo económico.  

Lo más llamativo de su corta gestión (aterrizó en mayo de 2022) es que Boehly lleva ya gastados en fichajes más de 1.000 millones de euros. En concreto, 1.079. Un dato que contrasta con las ventas, cuyas cantidades ascienden a 334,8 millones, lo que se traduce en un balance negativo de 744 millones. Y solo en dos años. Equipos como PSG o City, los que más han invertido en fichajes en la última década, se quedan a años luz (357 y 271 millones, respectivamente) de la ruinosa gestión empleada por Boehly. 

Curiosamente, una cifra, la de los fichajes, que es tan solo cinco veces menor que la que pagó Boehly por hacerse con el control del club londinense (unos 5.000 millones de euros). De este dispendio, los fichajes más caros, según Transfermarkt, son: Enzo Fernández (121 millones de euros), Moisés Caicedo (116), Fofana (80), Mudryk (70), Cucurella (65), Lavia (62) y Nkunku (60), siendo los dos primeros los más caros de la historia de la competición doméstica inglesa. Y, como es lógico, muchos de ellos se están devaluando, como Mudryk (de valer 60 millones a 45), Fofana (de 65 a 40), Sterling (de 70 a 50) o Cucurella (de 55 a 28)

"Este es un proyecto a largo plazo y estamos comprometidos con el largo plazo. Por eso creemos firmemente que vamos a encontrar la solución"

Sin duda, la apuesta por lo joven y lo desconocido (para el aficionado medio) es la marca de este nuevo Chelsea. Pero su gestión está llamando la atención de propios y extraños, ya que los contratos de la mayoría de estos futbolistas superan los siete y ocho años de duración. Tan solo tres futbolistas sobreviven de la etapa pre-Boehly, como son: Thiago Silva, Ben Chilweel y Reece James.

"Creo que nuestra opinión es que este es un proyecto a largo plazo y estamos comprometidos con el largo plazo. Por eso creemos firmemente que vamos a encontrar la solución", declaró el actual presidente del Chelsea, Todd Boehly.

Un riesgo innecesario

Uno de los motivos de esta novedosa práctica es la de poder burlar el Fair Play Financiero de la UEFA. Para ello, el club londinense tira de estos contratos de larga duración y salario bajo. Sin embargo, la jugada no tiene pinta de que termine enseñándose en las escuelas de finanzas. Si el jugador no responde a las expectativas, las pérdidas están aseguradas; y si triunfa, está claro que  habrá que mejorar la ficha o venderle, por tanto parece solo una simple ampliación de los plazos. 

Hace unos meses, el Athletic Club renovó a Oien Sancet, una de las mayores promesas en la actualidad del fútbol español. Lo singular es que el joven centrocampista, internacional con la Selección, amplió su vinculación con los leones hasta el año 2032. La situación con el Chelsea es diferente, ya que Sancet es canterano del Athletic. Con esto, el club se garantiza un jugador franquicia y evitar que ningún equipo se lo lleve gratis. 

En lo deportivo, más de lo mismo

A la ruinosa gestión económica (en cuanto fichajes y ventas) también se le suma la deportiva. Abramovich dejó al Chelsea en lo más alto, conquistando en junio de 2021 la segunda Champions League del club londinense. Sin embargo, la salida del técnico Thomas Tuchel (con el que ganaron la Copa de Europa al todopoderoso Manchester City) no consiguió el efecto esperado.

Boehly apostó por su continuidad, pero al mes de iniciarse la competición le despidió para traer a Graham Potter, entrenador inglés que destacó por sus buenos años en el Brighton. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados y su periplo londinense finalizó en abril de 2023. Tras él, Bruno Saltor y Frank Lampard cogieron al club de forma interina hasta que en verano de este año vino Mauricio Pochettino, un entrenador consagrado en la Premier League, que firmó hasta 2025 con opción a otra temporada más.

Con todo esto, el resultado final fue que el Chelsea no pudo clasificarse vía Europa terminando en duodécima posición, con 11 victorias, 11 empates y 16 derrotas. "Hay que armar un equipo y, por supuesto, el entrenador es el conductor del equipo. Así que creo que aprendimos mucho. La afición es exigente. Ya sabes, quieren ganar y entendemos que queremos ganar", confesó Boehly en una entrevista pasada. En lo que respecta a esta temporada, la gestión de Boehly todavía sigue sin plasmarse en el terreno de juego, ocupando el undécimo puesto de la tabla, con tres victorias, dos empates y tres derrotas.

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