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La reforma de La Rambla de Barcelona terminará en enero de 2027 y obligará a cortar el tráfico 20 meses 

  • Collboni adelanta 3 años el final de la reforma, que costará 55 millones
  • Los trabajos se ejutarán de forma simultánea en cuatro tramos
La Rambla de Barcelona. Foto: Istock.

La reforma de La Rambla de Barcelona durará tres años menos de lo previsto. Así lo ha anunciado el alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, que ha explicado que las obras finalizarán en enero de 2027 tras reformularse el proyecto para su construcción.

"No nos podíamos permitir seis años de obras en el paseo más emblemático de nuestra ciudad" ha asegurado Collboni en una rueda de prensa ofrecida junto a los tenientes de alcalde Laia Bonet y Albert Batlle, y con el presidente de Amics de La Rambla, Fermín Villar.

El alcalde ha defendido que se trata de la actuación "más ambiciosa" del mandato y ha dejado claro que este nuevo proyecto no implicará un encarecimiento total de las obras. El Ayuntamiento de Barcelona ha cifrado el coste de la inversión en 55,6 millones de euros, incluyendo el alza de coste por el aumento de los precios en general. "La ciudad hace un esfuerzo muy importante. Es una inversión que pagamos con los impuestos de los barceloneses y las barcelonesas", ha subrayado Collboni.

Este martes la Comisión de Ecología, Urbanismo, Movilidad y Vivienda aprobará el proyecto ejecutivo actualizado, que plantea reducir el calendario de las obras a 32 meses, ya que los trabajos se ejutarán de forma simultánea en cuatro tramos y no de forma separada.

Actualmente, los trabajos de reforma se centran en la parte baja de La Rambla, entre Colón y Santa Madrona, y se prevé que terminen en verano de 2024. Cuando acabe esta fase, empezarán las obras en el resto del paseo: en junio de 2024 con los trabajos en la calzada Besòs, que durarán diez meses; continuarán en la calzada Llobregat durante el mismo tiempo; y, finalmente, incidirán en el tramo central durante un periodo de un año.

Cambios en la movilidad

El nuevo planteamiento prevé "mantener siempre" el tráfico en dirección ascendente, desde el monumento a Cristóbal Colón hasta plaza de Catalunya, para lo que cambiarán temporalmente el sentido de la marcha de la calzada Llobregat mientras el lado Besòs esté cortado.

Las obras afectarán al tramo central de la Rambla durante el último año en tramos alternos, cuando prevé que la circulación ya opere en ambos sentidos de la marcha.

El Ayuntamiento ha impulsado conversaciones con los operadores de los quioscos, floristerías y otros elementos ubicados en la vía: plantea que floristas y terrazas no queden afectadas por las obras y desplazarlas para que puedan seguir operando, mientras que las antiguas pajarerías quedan fuera del proyecto.

El consistorio presentará un plan de movilidad antes del inicio de las obras elaborado a partir de los requerimientos de los servicios de emergencias y de seguridad, de vecinos y de comerciantes. Ha asegurado que garantizarán durante toda la obra la entrada y salida de viviendas, edificios y comercios y, si bien ha convenido en que las obras tendrán implicaciones diarias, "el objetivo es afectar lo menos posible".

Negociaciones para su aprobación

Collboni ha augurado que está renovación "requerirá de mucho diálogo, muchas conversaciones, muchos pequeños acuerdos que vayan estructurando la transformación", en la línea de lo que el Gobierno municipal prevé impulsar un espacio para que la ciudadanía pueda estar al corriente en tiempo real de las actuaciones, ha dicho.

Ha argumentado que el avance de las obras "es una decisión ampliamente apoyada por los grupos municipales", ha agradecido la confianza de vecinos y entidades, y ha abogado por trabajar desde el diálogo y el consenso.

El presidente de Amics de la Rambla, Fermín Villar, ha defendido que "las obras son incómodas pero se tienen que hacer" y ha agradecido al Ejecutivo de Collboni su implicación en el proyecto.

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