El ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra, que se encontraba en el exilio tras abandonar el país hace 16 años después de ser condenado por corrupción, ha regresado a Tailandia, donde las autoridades le han detenido para que comience a cumplir con sus condenas.
Su hermana, Yingluck Shinawatra, también ex primera ministra, ha compartido el momento de su despedida a través de su perfil oficial en la red social Facebook, donde ha aprovechado la ocasión para desearle suerte y un buen viaje de regreso.
Thaksin, que ha llegado a primera hora de la mañana (hora local) al país, se ha visto recibido por un grupo de simpatizantes vestidos de rojo que se han congregado en el aeropuerto para darle la bienvenida.
Sin embargo, ha sido detenido a su llegada al país y ha sido trasladado a una prisión con estricta seguridad, después de que fuese trasladado al Tribunal Supremo para la lectura de los fallos. La Justicia tailandesa le ha condenado a un total de ocho años de prisión por tres casos.
El multimillonario Thaksin, que ocupó el cargo de primer ministro entre 2001 y 2006, fue derrocado ese año por la junta militar tailandesa y se marchó al exilio en Reino Unido, tras ser acusado de corrupción, abuso de poder, e incluso a ofensas a la monarquía, en un país en el que esta institución es venerada hasta el extremo y protegida con celo por las leyes.
En marzo, dos meses antes de las elecciones generales, concedió una entrevista a la agencia de noticias japonesa Kiodo, en la que reafirmó su intención de volver a Tailandia, independientemente del resultado de las elecciones y aunque ello supusiera tener que entrar en prisión. "He pasado 16 años en una gran cárcel porque se me ha impedido ver a mi familia", dijo en referencia a su exilio en Londres.
El país se encuentra bajo un boqueo político, después de que el vencedor de las elecciones, Pita Limjaroenrat, del partido progresista Avanzar, no haya podido encontrar los apoyos suficientes para ser designado primer ministro por sus intenciones de reformar la Constitución. Los senadores afines a la antigua junta militar querían evitar una potencial revisión del blindaje a la monarquía.