Una farola que está a la vez en el plano delantero y en el trasero. Unas verjas que se transforman en vallas sin solución de continuidad. Unas columnas irregulares, de tamaños distintos. Unas cortinas que parecen recortes de papel. Y un edificio que no se parece en nada al Pentágono y que el autor ni siquiera sitúa en la misma ciudad en la que está el Ministerio de Defensa estadounidense (el texto decía que está en Washington, cuando el Pentágono está en la vecina Arlington, en Virginia). Cualquiera que dedicara más de un minuto a analizar un mensaje que saltó el lunes a media tarde en Twitter se daría cuenta de que era una imagen falsa. Pero la desinformación circuló durante minutos en la red social, amplificada por cuentas 'informativas' que preferían retuitear primero y hacer preguntas después.
El autor de la imagen manipulada, muy probablemente generada por IA, fue una cuenta falsa que imitaba a la de la agencia Bloomberg, y que estaba "verificada" aprovechando la oferta de Elon Musk, que vende los 'checks azules' de verificación por 8 dólares al mes. El fotomontaje fue inmediatamente propagado por cuentas afines a Rusia y otras de "información abierta" que comparten datos e imágenes de todo tipo sobre la invasión rusa de Ucrania. El hecho de que la cuenta original imitara a una agencia de noticias de prestigio confundió a muchos usuarios, y llegó a sacudir a Wall Street: las bolsas perdieron medio punto en los minutos posteriores al tuit, hasta que los inversores se dieron cuenta del engaño y borraron el susto sin dejar rastro.

Aunque la manipulación no duró demasiado, las señales de riesgo están ahí. La cuenta oficial del Pentágono, que desmintió inmediatamente el bulo, no está 'verificada', gracias a la decisión de Musk de vender esa marca a cualquier usuario en vez de usarla exclusivamente para certificar que una cuenta es verdadera. Las cámaras que apuntan a los grandes edificios del Gobierno estadounidense, y que mostraban que no estaba pasando nada, estaban activas y emitiendo en directo y en abierto en la web, pero muchas cuentas prefirieron retuitear la supuesta noticia sin ni siquiera comprobarla.
Y si esto ha ocurrido ahora, con las imágenes generadas por IA aún en su infancia, el peligro puede crecer en el futuro. En unos años, es muy probable que los múltiples fallos que hacían desconfiar de la imagen a simple vista sean corregidos y sea aún más difícil de distinguir de una real. Y si una imagen crea una manipulación sobre un lugar que no esté vigilado constantemente por cámaras y a la vista de millones de personas que viven y trabajan a su alrededor, será aún más difícil de verificar. El susto del lunes se quedó en nada, pero avisa de los peligros que pueden venir en el futuro.