
Son muchas las voces que reclaman que la educación financiera forme parte de la ciudadanía desde la etapa escolar. En el caso de España, no existe obligatoriedad en la enseñanza de esta materia, por lo que la formación en finanzas es muy dispar en todo el territorio, generando así desigualdades. Además, como explica Victoria Torre, responsable de Oferta Digital de Self Bank, hay que enfocarse también en la formación del profesorado para que éstos puedan enseñar a los alumnos. No en vano, la falta de educación financiera tiene importantes consecuencias a nivel personal, pues los ciudadanos, ante la falta de información, toman peores decisiones sobre su economía familiar, lo que tiene un gran impacto en todos los aspectos de su vida.
¿Cómo cree que hubiera sido España si hubiésemos tenido educación financiera desde el colegio?
Posiblemente, muy diferente. Se están dando muchos pasos en este sentido, pero aún hay mucho por hacer. Muchos españoles fallan cuando se les pregunta por conceptos básicos, como qué es un tipo de interés compuesto, bruto y neto de su nómina, y otros conceptos básicos. Y muchas veces no se es consciente de que este desconocimiento puede tener implicaciones importantes en nuestra vida. No contar con la educación financiera adecuada nos impedirá entender adecuadamente cualquier transacción financiera o inversión que queramos acometer; no seremos libres para tomar las mejores medidas para nuestro dinero, perderemos oportunidades, en otros casos terminaremos con productos que no eran los adecuados para nosotros…
Puede resultar chocante, pero hay personas que no tienen del todo claro las diferencias entre una cuenta corriente y remunerada, o de una tarjeta de débito y crédito. Esto lleva a que algunos consumidores utilicen una tarjeta de crédito sin saber que tiene intereses, por ejemplo.
Y el número de personas con bajos niveles de conocimiento aumenta si nos referimos a conceptos propios de inversión (fondos de inversión, diversificación del riesgo, volatilidad...). Este aspecto es esencial y tiene distintas repercusiones: no entendemos la importancia de empezar a ahorrar lo antes posible para nuestra jubilación, no comprendemos lo que supone el efecto de la capitalización compuesta, permitimos que nuestro dinero pierda poder adquisitivo dejándolo en una cuenta sin remuneración...
"No contar con la educación financiera adecuada nos impedirá entender adecuadamente cualquier transacción financiera"
La educación financiera es muchas veces la base de una mayor salud económica y, por supuesto, ello influye en otros aspectos: bienestar personal, equilibrio familiar y mental...
¿Cómo podemos conseguir que las personas se tomen enserio la educación financiera y vean su importancia?
Lo primero de todo, entender que es un problema de todos y que cuanto antes se empiece a inculcar, mejor. Es como en cualquier otro campo: los grandes deportistas generalmente empiezan desde muy jóvenes, los esfuerzos para aprender un idioma no son ni mucho menos los mismos cuando se hacen con 3 años que con 50...
Pensemos que el niño que hoy no tiene nociones financieras estará peor preparado para enfrentarse a un montón de cosas:
- Para entender su primera nómina cuando empiece a trabajar.
- Ser capaz de analizar el nivel de endeudamiento que puede asumir en función de sus ingresos y expectativas. Comprender las implicaciones de usar una tarjeta de crédito.
- Para comparar alternativas en productos de inversión, evaluando correctamente los riesgos.
- A la hora de pedir una hipoteca.
- Entender el funcionamiento de las pensiones ya las expectativas que va a tener en función de su nivel salarial, años de cotización, etc.
- Ser capaz de hacer una planificación de gastos en función de sus ingresos y con objetivos de ahorro determinados.
Solo si se tienen los conocimientos adecuados estaremos preparados para tomar buenas decisiones financieras. Y esto ayudaría a vivir mejor.
La implicación en la educación debería ser común: en los gobiernos con programas educativos, en casa, materias específicas en los colegios...
Ya hay iniciativas interesantes, como el programa Tus finanzas, tu futuro de la Asociación Española de Banca, dirigido a alumnos de 13 a 15 años, en la que se intenta inculcar a los alumnos la importancia de tomar decisiones financieras de forma prudente y acertada. Aprenden a hacer un presupuesto equilibrado, toman consciencia de la importancia del ahorro y aprenden a planificar sus finanzas, de cara a los posibles imprevistos que puedan surgir. Así mismo, trabajan el concepto de banca digital y ciberseguridad, algunas de las modalidades de fraude financiero cibernético más comunes con el fin de promover su detección y prevención...
También en esta línea va la iniciativa de Fundación Inspiring Girls, que ha puesto en marcha un Club Financiero, también orientado a que adolescentes y jóvenes aprendan a gestionar sus propias finanzas, el funcionamiento del mercado financiero y las nuevas tendencias de forma sencilla.
Y creemos que, en este punto, son claves dos herramientas: la tecnología y el juego, que en ocasiones, además, irán de la mano. Los más jóvenes aprenden casi todo a través de la tecnología, por lo que la educación financiera también tendría que ir en esa línea. Y si podemos aprender jugando, mucho mejor. Podemos pensar en juegos clásicos, como el Monopoly, en el que se manejan conceptos como el concepto de compra, la entrega de dinero…
"Los más jóvenes aprenden casi todo a través de la tecnología, por lo que la educación financiera también tendría que ir en esa línea"
En casa también podemos implicarnos en la educación financiera de distintas maneras. Por ejemplo, vinculando la paga a una serie de tareas domésticas, que sean de su responsabilidad: guardar sus juguetes, ordenar la ropa, poner el lavavajillas... Desde muy pequeños, los niños deben ser capaces de entender que el dinero no parece por arte de magia, sino que se gana a través del trabajo, las inversiones y le emprendimiento.
¿A qué cree que se debe que la educación financiera no sea obligatoria en el colegio?
Para empezar, porque no se le ha dado importancia desde otros ámbitos. En España estamos muy por detrás que otros países en educación financiera; y, para que un profesor pueda enseñar finanzas a niños, lo primero que sería necesario es que tuviera los conocimientos.
Y, por otro lado, tiene que ver con la configuración de nuestro sistema educativo, que en muchos aspectos no se ha modernizado. No hay grandes cambios en los últimos años ni en las materias que se imparten ni en la manera de impartirlas. Contamos con un tipo de enseñanza más teórica que práctica, y a pesar de tener una jornada escolar más larga que otros países, se dedica un número de horas muy inferior a los contenidos financieros en comparación con otros países.
Hoy por hoy no existe una educación financiera como tal. En el bachillerato se estudian algunas asignaturas de economía general y economía de la empresa, que podrían ser útiles para aquellos que vayan a decantarse por estas ramas en sus estudios universitarios. Pero el problema es que estas asignaturas se enfocan desde un punto de vista teórico, lo cual hace que solo interesen a un número muy reducido de alumnos.
Nos olvidamos de que la economía nos afecta a todos, hay que encontrar la fórmula para que los alumnos entiendan que esto también va con ellos. Eso solo puedo hacerse desde un plano más práctico, enfocado a las finanzas personales que todos vamos a tener que afrontar a lo largo de nuestra vida. Es necesario que se trate de una educación financiera con aplicación práctica en la vida real: todos tenemos que hacer cosas como abrir una cuenta, usar una tarjeta, pedir un préstamo... Esto es interesante para todos, calcular la elasticidad del precio de los bienes, no.
En otros países, la educación financiera se trabaja desde edades tempranas. Al igual que se trata de otras materias en el colegio, también debería reservarse un capítulo a la educación financiera. Empezar a manejar desde niños conceptos como gasto, ahorro, inversión, presupuesto... sería de gran utilidad en el futuro.
Sería importante que se incorporara un apartado en los colegios para tratar de conceptos financieros, siempre adaptados a la edad de los niños. Si desde pequeños adquirimos los conceptos, el resto será mucho más fácil: nos costará menos leer sobre finanzas, ir entendiendo conceptos más complejos, nos acostumbraremos a adoptar hábitos de ahorro e inversión...
"Nos olvidamos de que la economía nos afecta a todos, hay que encontrar la fórmula para que los alumnos entiendan que esto también va con ellos"
Pero para ello, sería necesario que también los docentes contaran con la suficiente formación para poder transmitir adecuadamente los conceptos, por lo que esta sería también una tarea a abordar.
¿Qué desventaja frente a otros países con mayor educación financiera cree que tienen los ciudadanos españoles?
Si la comparamos con otros países europeos, la verdad es que la comparativa no sale muy bien, especialmente en algunos aspectos.
El último informe PISA realizado sobre conocimientos financieros en el que se evaluaron a niños de entre 13 y 15 años, sitúa a España en la décima posición de los 15 países de la OCDE analizados, según indica el informe de PwC.
Contar con una menor educación financiera tiene repercusiones prácticas. Hay diversos análisis que indican cómo los países con mejor formación financiera, como Países Bajos, Reino Unido o Suecia, tuvieron repercusiones más leves frente a la Gran Recesión del 2008.
Pero no es solo una cuestión económica. Es que la falta de educación financiera puede terminar repercutiendo en otros ámbitos de nuestra vida; si tenemos problemas financieros, nuestras preocupaciones aumentarán y nuestra estabilidad emocional y familiar se verá resentida. Y, a la larga, tendrá un impacto en nuestra salud (estrés, ansiedad, depresión...).
La diferencia entre los países con más y menos cultura financiera se aprecia en muchos aspectos:
- La manera de endeudarse, por ejemplo. Podríamos hacer un test sencillo, y preguntar a ciudadanos con hipoteca si es preferible, cuando hacen amortizaciones parciales, reducir cuota o años.
"Si tenemos problemas financieros, nuestras preocupaciones aumentarán y nuestra estabilidad emocional y familiar se verá resentida"
- Productos de ahorro/inversión. Los países con menor cultura financiera suelen tener mayor peso en depósitos o cuentas remuneradas. No entienden el efecto negativo de la inflación ni se ven capaces de buscar otras alternativas para rentabilizar sus ahorros, porque no entienden de finanzas. Conceptos como el riesgo, la diversificación... son grandes desconocidos para muchos.
- Preparación para la jubilación.