Uno de los principales retos del tejido empresarial tanto a nivel nacional como a nivel internacional es romper el techo de cristal al que se enfrentan las mujeres en su día a día. Pese a que el foco tiende a ponerse en las grandes multinacionales, las empresas más familiares no son ajenas a este problema. De hecho, según los datos del Observatorio IEF de 2021, las mujeres representan el 32% de los miembros de los consejos de administración de las empresas familiares y el 24% de sus puestos directivos.
Esta situación ha marcado la conversación de la tercera mesa de debate de la segunda edición del foro Liderazgo femenino organizado por elEconomista.es. El coloquio ha contado con la presencia de Ana María Enciso, directora de la Cátedra de Empresa Familiar; Natalia Campos, consejera delegada de Enplast; Verónica García, consejera delegada de Relais&Chateaux, Hotel Orfilia y Hotel Heritage; Eva Belinchon, consejera delegada de Grupo Maser; Sonia Moya Ruiz, accionista y abogada de Ric Energy y Patricia Balbás, directora general de bodegas Balbás.
Las directivas coinciden en que dentro de las empresa familiar se está produciendo un cambio en los planes de sucesión y que la mujer tiene cada vez un papel más protagonista. "Ha habido un cierto cambio en el posicionamiento de la mujer dentro de la empresa familiar. Siempre parecía que era el padre, el abuelo o los hermanos los que de forma natural iban a suceder y yo creo que ahora está en proceso de de cambio aunque es verdad que todavía no se ha logrado", ha explicado Ana María Enciso, directora de la Cátedra de Empresa Familiar.
Sobre las oportunidades de las mujeres dentro de las empresas familiares se ha pronunciado Natalia Campos, consejera delegada de Enplast. "Creo que la empresa familiar quizá tengas incluso más oportunidad que en otro tipo de empresas para para para alcanzar este objetivo lo único que lo que tienes que tener es interés, convencimiento y hacer un esfuerzo para lograrlo y así ha sido mi caso", ha apuntado la directiva.
Los estudios demuestran que las mujeres tienden a contratar más mujeres mientras que los hombres tienden a contratar más hombres. Pese a que se trata de una realidad basada en datos, las directivas coinciden en que cada vez más se mira las cualificaciones y no el género de una persona. "Los estudios han demostrado que las mujeres tienden a contratar más mujeres y los hombres tienden a contratar más hombres. Por supuesto que siempre hay que valorar para el puesto al mejor preparado independientemente de que sea hombre o mujer. No creo que haya que dar más oportunidad por ser mujer o por ser hombre. Pero sí es cierto que, por ejemplo, yo tengo contratada la única jefe de cocina que hay en un hotel de 5 estrellas de Madrid", ha apuntado Verónica García, consejera delegada de Relais&Chateaux.
A este respecto se ha pronunciado también Eva Belinchon, consejera delegada de Grupo Maser. "Cuando publicamos un puesto y queremos buscar un director financiero o un director de operaciones no especificamos en la oferta si buscamos un hombre o una mujer. yo soy mujer no contrato a mujeres por ser mujer, simplemente la persona que más se ajusta a lo que nosotros estamos buscando", ha añadido.
Pese a que las seis ocupan puestos de dirección y responsabilidad en la actualidad, reconocen que el camino hasta aquí no ha sido fácil y en muchas ocasiones han tenido que hacer frente a situaciones machistas. "Es cierto que en determinadas ocasiones sientes que tienes que realizar ese sobreesfuerzo de cara a ganar credibilidad con respecto del resto de los empleados", ha apuntado Sonia Moya Ruiz, accionista y abogada de Ric Energy.
Sobre estas situaciones de discriminación también se ha pronunciado la CEO de Grupo Maser: "Cando yo entré en la empresa e íbamos a las ferias siempre me tomaban como si fuera la azafata, me mandaban hasta que les pusiera un café". Una situación que reconoce que en la actualidad cada vez se produce menos porque la presencia de mujeres en los grupos industriales es cada vez mayor.
Una situación que también conoce Patricia Balbás, directora general de bodegas Balbás. "El sector de la viticultura históricamente siempre ha estado muy monopolizado por hombres. Al tratar con nuestros proveedores que sea una mujer joven la que tenga que mantener la negociación puede llegar a ser muy complicado en determinados puntos y se producen determinadas tensiones. Los CEOs de bodegas que son hombres los tienen más fácil con los viticultores", ha explicado.