
La muerte este martes a los 89 años de Juan Bayén, 'Juanito', hasta hace poco propietario del bar Pinotxo del mercado de la Boquería de Barcelona, ha destapado el sufrimiento vivido por el que fue el alma del establecimiento más famoso del lugar, pero que en los últimos años vio empañada su emblemática sonrisa y buen humor por una disputa familiar.
Mientras su fallecimiento era lamentado por autoridades y compañeros de profesión, el Estudio Jurídico Enrique Moreno -por orden expresa, aseguran, de la viuda de Bayén- ha afirmado en un comunicado consultado por Europa Press que el antiguo propietario se ponía en contacto con sus abogados llorando para explicar la situación en el bar y se quejaba "amargamente del mal trato que recibía por parte de los familiares que estaban trabajando en su negocio".
"Lo cierto es que Pinotxo (como se refieren a Bayén) no tenía documentación alguna de su sociedad. Salvo unos borradores, no sabía nada de la marcha cotidiana de la gestión del bar a nivel administrativo y económico, se limitaba al cobro de la nómina", han añadido.
Los abogados han asegurado que "ni siquiera se atrevía a preguntar a sus sobrinos por la situación económica de la gestión de su negocio o del patrimonio inmobiliario, por miedo a su reacción".
También han explicado que él consideraba que su sobrino y familia no eran "los sucesores adecuados y decidió escuchar las ofertas que venía teniendo por el bar desde hacía años".
"Cuando Pinotxo nos dio vía libre para actuar, enviamos los primeros requerimientos, el 4 de octubre de 2022, para solicitar información de la sociedad. En ese momento, descubrimos que el Sr. Asín (su sobrino), había registrado la marca 'Pinotxo Bar' en noviembre de 2011 a su nombre y referenciando su domicilio particular como sede de la marca", han añadido, hecho que Bayén, aseguran, desconocía.
Además, han destacado que los letrados un día observaron cómo su sobrino y otros familiares "habían salido de la barra, negándose a trabajar y a atender al público, para presionar a Pinotxo a fin de que se fuera de su bar".
"Humillación pública"
"Si Pinotxo hubiera tenido alguna duda, que a esas alturas ya no la tenía, aquello fue el remate. Una humillación pública de aquella magnitud a la figura de nuestro cliente, el hombre que había puesto la Boqueria en el mundo, como le reconoce todo el mercado, debía salir por la puerta de atrás y humillado por su familia", lamentan los letrados.
Han asegurado que el sobrino de Bayén "pretende tener derechos que descansan en una legitimidad moral que ha mostrado no merecer", y han explicado que tuvo la oportunidad de adquirir las concesiones administrativas y licencias de su tío, ya que Bayén se las ofreció por un precio inferior al que finalmente se vendieron.
"En realidad, ha pretendido y pretende quedarse todos los activos de su tío vinculados al bar, pagando 36.000 euros y una renta vitalicia para Pinotxo de 1.353 euros. Parece obvio que Asín persigue beneficiarse de una hipotética venta posterior, quedándose toda la plusvalía que haya podido generar el negocio", añaden los letrados, que elaboraron esta comunicación hace meses pero paralizaron su distribución al deteriorarse la salud de Bayén.
Estrategia "perfectamente calculada"
Han incidido en que Asín tenía una estrategia "perfectamente calculada" para minimizar la figura de Bayén y que, hasta hace poco, lo podía manejar a su antojo, en sus palabras.
Los letrados han señalado que ya han tomado acciones legales para que el bar Pinotxo recupere su marca y "no dudarán" en emprender todas las acciones que sean precisas para defender sus derechos y preservar su legado.