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El negocio del canguro, en entredicho ante las políticas de caza en Australia

  • La industria del canguro está valorada en 123 millones de euros
Grupo de canguros. Foto: Alamy

La imagen colectiva que se nos viene a la mente cuando pensamos en Australia son los canguros y los koalas. Unos animales muy característicos de Oceanía. Actualmente, preocupa el aumento de la población del kangaroo, como se llama en inglés, ya que en una década han crecido un 24% hasta los 42,7 millones, según los últimos datos del Gobierno de la Commonwealth.

El Gobierno lleva años incrementando las cuotas de caza de esta especie. De hecho, los cazadores con licencia reciben una remuneración por cada kilo de canguro, que luego se procesan para obtener carne, piel y cueros que se exportan a unos 70 países. Esta industria está valorada en 200 millones de dólares australianos (123 millones de euros) al año, según la Asociación de la Industria del Canguro de Australia (KIAA).

Este año hay una cuota de cerca de cinco millones en los cinco estados del país. Hasta ahora, según datos oficiales, solo se ha logrado eliminar el 4%. Tanto el ejecutivo como los expertos señalan que esta acción es necesaria para proteger el territorio, en concreto otras especies autóctonas y para que los animales no mueran de hambre en épocas de sequía. Las reacciones no han tardado en surgir y los animalistas critican que detrás de estas "crueles medidas" hay "intereses comerciales".

Tienda con productos hechos con canguro. Foto: Alamy

Jim Radford, ecologista paisajista y biólogo conservacionista del Centro de Investigación de Paisajes Futuros de la Universidad La Trobe de Melbourne, afirma: "Creo que desde la distancia no se entienden las sutilezas de este asunto". "Si no existe una industria del cuero y la carne de canguro, se seguirá matando a los canguros. Los terratenientes seguirán matando canguros y el resultado será peor para el bienestar animal que si se hiciera de forma regulada y controlada", explica.

Desde el organismo Australian Capital Territory (ACT) plantean la alternativa de utilizar la vacuna inmuno contraceptiva, desarrollado por los estadounidenses para controlar la fauna. De hecho, ya se ha aplicado en 60 canguros hembras, a las que se anestesió, después se les monitoriza hasta que se pasa el efecto y vuelven a la reserva. Esta vacuna no supone la reducción del sacrificio de la especie, no la elimina por completo.

"Donde hay una población relativamente pequeña pero contenida, los procedimientos de esterilización son factibles, pero son muy costosos. Y realmente no van a funcionar a gran escala", dice el ecologista Radford.

Las marcas se desmarcarcan

Desde hace varios años, la piel de canguro ha sido el material preferido por los fabricantes de botas de fútbol de gama alta, debido a su flexibilidad y resistencia. Sin embargo, durante los últimos meses, la empresa deportiva estadounidense Nike y su rival alemana Puma anunciaron que iban a eliminar progresivamente la piel de canguro, o k-leather, en favor de alternativas sintéticas.

En 2021, se presentó un proyecto de ley en la Cámara de Representantes de Estados Unidos para prohibir las importaciones de canguros, pero no llegó a aprobarse. Actualmente, algunos estados norteamericanos están planteando aplicar esta medida. Ante esta situación, el Gobierno australiano envió a EEUU el mes pasado a altos funcionarios con el fin de convencerles de las normas de sostenibilidad y bienestar animal del sector. De momento, no se han conocido reacciones de estas reuniones.

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