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Cuando la gestión por fin triunfa en los petrodólares: por qué el Manchester City no es el PSG

  • Una de las claves de este Manchester City reside en su estabilidad deportiva
  • Algo de lo que no puede presumir el Paris Saint Germain
Pep Guardiola conversa en 2018 con el Jeque Mansour. Foto: Getty

Con total merecimiento, el Manchester City se ha proclamado por primera vez en su historia campeón de la  Champions League tras superar en la final disputada en el Estadio Olímpico Atatürk de Estambul al Inter de Milan por 1-0. De esta manera, el cuadro skyblue se coloca en lo más alto del fútbol mundial quince años después de la entrada de Emiratos Árabes Unidos en la Premier League por medio de Su Alteza el Jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan, vicepresidente, viceprimer ministro y ministro de la Corte Presidencial de Emiratos.

La entrada del Jeque Mansour corresponde a 2008. Por aquel entonces, el Manchester City destacaba por su inestabilidad deportiva, caracterizada por ser un equipo ascensor. El gran rival de los citizens siempre ha sido el Manchester United, y en ese momento Sir Alex Ferguson ya les bautizó como "aquellos vecinos ruidosos con los que no puedes hacer nada". Hasta ese momento, el City solo tenía en sus vitrinas dos ligas inglesas (36/37 y 67/68), una Recopa (69-70) y cuatro copas FA. Varios años después, la situación ha cambiado radicalmente.

Antes de llegar a la cima del éxito, el City tuvo que picar piedra, aunque tardó poco tiempo (cuatro años: de 2008 a 2012) en proclamarse campeón de la Premier League. Ese fue el verdadero punto de inflexión del club y del Jeque Mansour. A partir de ahí, el equipo inglés tomó otra dimensión gracias a City Football Group, uno de los conglomerados futbolísticos más importantes del mundo y que también tiene en propiedad al New York City (Estados Unidos), Melbourne City (Australia), Yokohama F. Marinos (Japón), Montevideo City Torque (Uruguay), Girona FC (España), Sichuan Jiuniu (China), Mumbai City FC (India), Lommel SK (Bélgica), Troyes AC (Francia) y el Club Bolívar (Bolivia).

Aunque otra de las directrices más destacadas por parte de Khaldoon Al Mubarak, presidente del Manchester City, a través de su propietario, Su Alteza el Jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan, fue la toma de decisiones en el ámbito deportivo. En este sentido, la incorporación de dos piezas fundamentales, Ferrán Soriano, como CEO, y Txiki Beguiristáin, como director deportivo, fue todo un acierto. Ambos terminaron su etapa en el FC Barcelona y desde el City pensaron que estas dos figuras podrían imitar su gestión en el equipo culé. A estos dos nombres, que llegaron en verano de 2012, se les unió cuatro años más tarde Pep Guardiola, el entrenador que está llevando al club al nivel más alto del fútbol actual. 

Una inversión récord

Desde la llegada de Mansour, el City es, con diferencia, el club que más dinero invierte en incorporaciones. Desde la 2008-2009, con Robinho como primer gran fichaje, lleva gastados la friolera de 2.145 millones de euros (una media de 143 millones por año), mientras que por el contrario mantienen un ingreso de tan solo 825 millones de euros, logrando un balance negativo de 1.320 millones. En cambio, desde la llegada de Pep Guardiola en 2016, el cuadro inglés lleva invertidos 1.238 millones de euros (una media de 176 millones por año), por un gasto de 573 millones (balance negativo de 665 millones). Curiosamente, la única temporada en la que el ingreso ha superado al gasto ha sido esta 2022-2023, con una inversión de 150 millones en fichajes y unos ingresos de 162 millones por ventas.

Por su parte, desde París, el otro gran club-Estado, la situación es bastante diferente. Siendo un club que no para de gastar, es cierto que su desembolso en fichajes es mucho menor que el del City, aunque sus ingresos por ventas son menores. Desde la llegada de Nasser Al-Khelaifi en octubre de 2011, el PSG ha invertido 1.521 millones de euros en fichajes, por los 504 millones que ha ingresado en ventas. En ese mismo periodo de tiempo, el club inglés elevó su gasto en fichajes en 1.764 millones de euros, por los 766 millones de las ventas. Al final, el balance de cada uno en estos años (11-12 a 22-23) es parecido: el City con un balance negativo de 998 millones; y el PSG, con otro de 1.017 millones.

Estabilidad, la gran diferencia entre City y PSG

Un proyecto estable. Esa es la gran diferencia entre Manchester City y Paris Saint Germain. Mientras uno, el City, lleva con el mismo CEO y director deportivo desde hace más de 10 años, y con el mismo entrenador (actualmente uno de los mejores del mundo) desde hace siete temporadas; el otro, el PSG, no para de dar bandazos año tras año. Personas como Leonardo (en dos ocasiones), Antero Henrique o Patrick Kluivert, entre otros, han pasado por la dirección deportiva parisina, además de los cinco entrenadores (serán seis con Galtier tras la finalización de esta temporada), como Ancelotti, Blanc, Emery, Tuchel y Pochettino. 

Durante todos estos años, el PSG ha seguido ofreciendo estabilidad a jugadores que no lo merecen, e inestabilidad a su dirección deportiva, demostrando una falta de visión alarmante. En cuanto a títulos, ambos llevan cosechando trofeos nacionales año tras año, pero en Europa es donde se les exigía en relación a lo invertido en materia de fichajes. Y el único que ha sabido priorizar la gestión a los petrodólares ha sido el Manchester City, pese a quien le pese. Más tarde de lo esperado, pero hay que recordar que este club venía de ser un equipo ascensor. "Todo es parte de un proceso que comenzó hace una década".

El Jeque Mansour compró el club al exprimer ministro de Tailandia, Thaksin Shinawatra, por 250 millones de euros. Quince años después, el Manchester City ha levantado seis Premier League, una Champions League, dos FA Cup, seis Copas de la Liga y tres Supercopas de Inglaterra, dejando al club inglés como el sexto con mayor valor, con 4.250 millones de euros. Tan solo tiene por delante a Bayern, Liverpool, Barcelona y Real Madrid.

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