El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha sido noticia por poner fin al autogobierno que Disney tenía sobre los terrenos en los que se ubica Disney World en Orlando, en el Distrito de Mejora de Reedy Creek, renombrado la zona y poniéndola bajo control estatal.
El Senado de Florida votó el viernes a favor de poner fin al control de Disney World sobre su el que hasta ahora era un distrito fiscal especial.
El proyecto de ley da a DeSantis el poder de elegir a la junta de supervisores del distrito, y recuperar parte de su control. Sin embargo, mantendrá separados los procedimientos operativos clave de esta peculiar zona, como la capacidad del distrito 'Disney' para recaudar impuestos y emitir bonos para construir y mantener la infraestructura que sirve al Walt Disney World Resort.
La iniciativa de DeSantis ha sido impulsada por el político republicano con tintes electoralistas en respuesta a la adaptación de las películas que la compañía de algunos de sus clásicos.
Pero, ¿por qué Disney tiene ese estatus en esa zona en concreto?
Los orígenes de Disney World
En 1965, Walt Disney empezó a comprar terrenos para un nuevo parque temático en Florida. El éxito de Disneylandia, su primer parque en California, y la subsiguiente proliferación de negocios de mala muerte a su alrededor hicieron que Disney se diera cuenta del potencial de un segundo parque en la costa este y avivaron su deseo de controlar una mayor extensión de terreno. Consiguió su deseo en Florida Central, que a mediados de los 60 apenas estaba urbanizada y consistía principalmente en pantanos y campos de naranjos.
Disney, con la ayuda de abogados que ignoraban quién era su cliente y de empresas fantasma, pudo adquirir los 27.000 acres que conforman Disney World por solo 5 millones de dólares, una ganga incluso en 1965. Una vez asegurados los terrenos, comenzó la campaña por el control total de la zona.
Con el tiempo, Disney solicitó a la legislatura de Florida un distrito especial que permitiera a la corporación controlar el alcantarillado, las carreteras, los permisos de construcción y muchas otras facetas del control municipal de la zona. Lo consiguieron, y en 1967 se creó el Distrito de Mejora de Reedy Creek.
Este distrito, incluidos los dos municipios que lo componen, Bay Lake y Lake Buena Vista, otorgan a la corporación un nivel de control sin precedentes. Solo los terratenientes del distrito pueden votar sobre su gobernanza, lo que da a Disney la sartén por el mango en la toma de decisiones.
Los poderes otorgados son de gran alcance: por ejemplo, Disney puede expedir sus propias licencias de bebidas alcohólicas. En gran medida, no utilizan las infraestructuras de los condados circundantes, sino que construyen sus propios servicios de agua, bomberos, transporte y emergencias.
Disney World es el resultado de conceder a una empresa el control total de un territorio tan grande como San Francisco. Esta situación ha funcionado muy bien para la empresa, que obtiene del parque el 14% de sus ingresos anuales, que ascienden a 2.000 millones de dólares. El parque ha convertido Florida Central y Orlando en una potencia económica y un destino turístico. También es una enorme fuente de empleo para los habitantes de la zona, con 62.000 empleados solo en el parque.
Es más difícil cuantificar qué más ha hecho el parque, tanto en términos de impacto ambiental como de pérdida de impuestos para los condados circundantes y el estado. Pero la historia es, sin duda, un fascinante vistazo a lo bueno y lo malo que puede hacer una multinacional que se anexiona un terreno lo bastante grande como para albergar una gran ciudad.