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La bienal Ciudad y Ciencia denuncia la contaminación a través del flamenco

  • Madrid se suma al evento nacido en Barcelona en 2019, que se celebra desde hoy al domingo
  • Potencia el vínculo con el arte y la naturaleza para divulgar y concienciar
  • La cita aglutina 120 actividades durante seis días repartidas en 25 ubicaciones
Trayectoria de una bandada de pájaros junto a un árbol. Foto: Xavi Bou.

Cuando un árbol comienza a sufrir la sequía, mucho antes de que los efectos sean visibles, emite un sonido a modo de golpes sordos, cual palmadas o toque de castañuelas. Es un sonido producido por las burbujas de aire que, en condiciones de escasez de agua, se forman en los vasos conductores de las plantas, un fenómeno llamado embolismo, similar al de los humanos.

Las burbujas formadas taponan los conductos e impiden la subida del agua de las raíces a las hojas, lo que puede causar la muerte del árbol. Mediante este sonido, la comunidad científica puede estudiar la mortalidad de los árboles, el estado de los bosques y cómo les afecta el cambio climático.

Ahora, además, un grupo transdisciplinario entre la ciencia, el flamenco y las artes visuales ha escuchado lo que los árboles dicen sobre las condiciones climáticas alteradas por el ser humano. Tomando el flamenco como lenguaje común, ha realizado una serie de conexiones humano-árbol en esta situación de cambio global y lo han transformado en una instalación y una sesión de diálogo dentro de la tercera edición de la Bienal Ciudad y Ciencia, que se celebrará en Barcelona y Madrid desde hoy hasta el domingo.

Será la primera vez que la capital participará de esta iniciativa nacida en Barcelona en 2019, plasmando en la práctica el acuerdo de cocapitalidad cultural y científica rubricado en 2021. Por parte de Madrid, el anfitrión principal es el Círculo de Bellas Artes, y es que arte y ciencia tienen muchos puntos en común, según destacan los organizadores de la bienal, que en la Ciudad Condal está capitaneada por el Ayuntamiento. Hasta tal punto, ejemplifican, que el CERN, que acoge en Suiza el mayor acelerador de partículas del mundo, tiene un departamento especializado en arte.

La bienal huye de las conferencias magistrales y apuesta por instalaciones artísticas, conversaciones, talleres y visitas guiadas con las que descubrir que la ciencia está presente en la vida diaria y con las que divulgar y también concienciar sobre retos como el cambio climático, el envejecimiento de la población y la robotización, sin olvidar la estética de la ciencia.

Así, también ha servido de inspiración artística el gusano acuático denominado planaria, descubierto hace muchos años por unos norteamericanos en una fuente de la montaña de Montjuïc de Barcelona y que se subdivide en individuos genéticamente idénticos, por lo que actualmente lo estudian en todo el planeta.

Pero todavía hay más ejemplos de la naturaleza sorprendentes, como el de una bacteria que produce electricidad mientras descontamina el suelo, y que protagoniza otra instalación artística que tiene a una sinuosa lámpara como estrella.

Hasta se puede construir una cúpula autoportante con el método que ideó Leonardo Da Vinci

Por otro lado, el vuelo de las aves se torna obra de arte en las fotografías y conversaciones sobre la conducta de las bandadas de estorninos o la serie Ornitographies, y también se puede pasear a través de la ciencia ciudadana en El Raval, o recorriendo en Madrid el Museo de Ciencias Naturales, el Jardín Botánico, la Residencia de Estudiantes o el Campus Central del CSIC, entre otros.

Y para que los participantes en la bienal vivan la ciencia en primera persona, en múltiples talleres para grandes y pequeños se pueden ver motores policombustibles, saber cómo funciona el cerebro cuando aprende un nuevo idioma o descubrir si todas las personas perciben los sonidos de la misma manera. Hasta se puede construir una cúpula autoportante con el método que ideó Leonardo Da Vinci. Además, Madrid también acogerá una feria científica y un ciclo de cine inspirado en la naturaleza.

La oferta es muy amplia, con 120 actividades (73 en Barcelona y 47 en Madrid) repartidas en 25 espacios (22 en la capital catalana y tres en la estatal) durante seis días y tanto en horario diurno como nocturno.

Participarán en su programa 260 personas para que otros miles puedan disfrutarlo. La intención es atraer a más de 10.000 personas, y el presupuesto para este 2023 es de 790.200 euros, frente a los 858.000 de 2021 y los 412.200 de 2019.

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