
Enterrar a los muertos se está convirtiendo en una tarea cada vez más complicada. Al coste económico hay que sumarle otra variante, como es la del escaso espacio que tienen las grandes ciudades para ampliar sus cementerios. Para contrarrestar esto, varias empresas ya han puesto el foco en un nuevo tipo de entierro basado en el compostaje humano.
En este sentido, Nueva York se ha convertido en el sexto estado de los Estados Unidos que aprueba este nuevo entierro ecológico. De esta manera, se une así a Washington, Colorado, Oregon, Vermont y California, además de Suecia, que aprobaron hace un par de años esta nueva práctica funeraria.
También conocido como reducción orgánica natural, esta técnica es un proceso que convierte tu cuerpo en abono. El proceso consiste en introducir el cadáver en un recipiente cerrado junto con materiales como virutas de madera, hierba de paja y alfalfa y, durante los próximos 30 días, las bacterias descomponen el cuerpo y otros materiales orgánicos.
Al final del proceso, todo lo que queda es tierra (en el caso de los huesos, se muelen y se devuelven al suelo). Tras reposar de seis a ocho semanas, los familiares reciben dicho abono, que pueden usar para plantar árboles o vegetales bajo un fuerte simbolismo, ya que esa tierra dará lugar a una nueva vida que puede alcanzar la vida eterna, puesto que muchos árboles alcanzan más de 1.000 años.
El precio del compostaje puede alcanzar los 7.000 dólares, según Recompose, una de las empresas encargadas de ofrecer este tipo de entierro. Esto puede llegar a ser comparable al precio de uno tradicional, que puede tener un coste medio de 7.900 dólares o 7.000 dólares por cremación, según la encuesta de 2021 de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias.
Un entierro más ecológico
Según la compañía, el proceso permite ahorrar más de una tonelada de carbono, en comparación con las cremaciones o los entierros tradicionales, más contaminantes que el compostaje. En el caso del primero, afecta a la atmósfera; en el segundo, los ataúdes de madera consumen millones de árboles al año.
La fundadora de Recompose, Katrina Spade, señaló que "cuando muera, a este planeta, que me ha protegido y apoyado toda mi vida, ¿no debería devolverle lo que me queda? Es lógico y también hermoso".
Por otra parte, esta nueva técnica ya ha encontrado su primer detractor, como es la iglesia católica de Nueva York, que afirma que no se puede tratar a los cuerpos humanos como si fuesen "residuos domésticos".