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Los niños saben distinguir buenas y malas excusas, así que los padres deben pensarlas bien

  • Un estudio con niños de 3 a 5 años muestra que entienden el ayudar a otros
  • No distinguen que alguien que falta a su promesa no es "un buen amigo"
  • Todos los retoños entendieron que incumplir lo prometido está mal
Foto: iStock.
Madrid

En el caso de que se le comente a un hijo que ese día se volverá del trabajo con una de sus golosinas favoritas, pero tras una jornada complicada se llegue a casa sin ella, entonces la persona seguramente se vea buscando rápidamente una excusa para contentar a su hijo. Un estudio de la Universidad de Duke, publicado en el periódico Cognitive Development, indica que la excusa que se de al niño marcará el nivel de empatía del progenitor.

De acuerdo con esta investigación, los retoños de 3 a 5 años de edad pueden distinguir qué excusas son merecedoras de obtener un perdón, y cuáles otras no. Por ejemplo, las más egoístas son por norma peor recibidas que aquellas que impliquen ayudar a otros.

Un ejemplo es, cuando el niño pregunta por qué no le se le trajo el dulce, decir rotundamente: "Porque no" (en un claro ejercicio de falta de empatía). Mientras que si se le explica que se tuvo que ayudar a un compañero a terminar una cosa que él solo no podría, entonces es probable que el hijo sea más comprensivo.

La moralidad en la niñez

En un curioso experimento con marionetas, los investigadores mostraron a 64 niños de entre 3 y 5 años una serie de vídeos, donde las marionetas les prometían mostrarles juguetes, se iban un momento de escena, y volvían con las manos vacías. Entonces, existían tres respuestas posibles para contentar a los pequeños espectadores: "Tuve que ayudar a un amigo a hacer los deberes", "Quería ver la televisión" y finalmente la tercera posibilidad consistía en no dar ninguna excusa. Se demostró que los niños suelen valorar más el hecho de priorizar a otros antes que a uno mismo.

"En trabajos anteriores se ha sugerido que, en algunos casos, los niños pequeños escogerán cualquier motivo para ser mejores, antes que no dar ninguna razón. En este en concreto, hemos mostrado que prestan atención al fondo", explicaba a Science Daily Leon Li, uno de los autores del texto. Añade que cierta moralidad se puede establecer desde una edad temprana.

La capacidad interpretativa

"La moralidad es un punto en común que tenemos con los demás, con expectativas mutuas sobre cómo comportarnos y sobre qué se consideran buenas justificaciones. Estamos demostrando que los niños más pequeños se sintetizan con estos puntos comunes desde muy pronto", comenta.

Además, cabe añadir que los retoños no tuvieron una visión más peyorativa de las marionetas que dieron las peores excusas, explicando que igualmente les gustaban, o que quedarían con ellas para jugar. "Normalmente si alguien rompe una promesa y te da una razón pobre, esto quiere decir que ese alguien no es un buen amigo. Pero los niños con esas edades todavía no son capaces de hacer esa interpretación", decía Li.

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