
"Aquí en La Laguna tenemos un recurso natural justo frente a nosotros. Tenemos que aprovecharlo", confiesa un habitante de Tenerife al hablar de los captadores de niebla, que consisten en unas láminas de malla plástica que se colocan en el camino del viento con el objetivo de recolectar la mayor cantidad de agua posible. A medida que el viento sopla, las partículas de agua que contiene la niebla se acumulan en estas redes y caen en unos contenedores. Este invento, nacido en Sudáfrica a principios del siglo XX, no solucionará todos los problemas del agua, pero sí puede resultar muy útil a pequeña escala.
Uno de los lugares que más está aprovechando esta tecnología es España. Concretamente en las Islas Canarias. Allí, dependen del agua subterránea, "aunque siempre escasea", cuenta María Victoria Marzol, climatóloga jubilada de la Universidad de La Laguna en Tenerife. "El agua de niebla por sí sola no puede suplir esto, pero puede ser útil para la reforestación, como en el caso de incendios forestales. Pero para las zonas rurales, donde el consumo de agua es mucho menor, la recolección de niebla es más que útil. Puede ser la solución a los problemas de agua", señala para The Christian Science Monitor.
Una de las grandes ventajas de esta recolección de niebla es que resulta bastante económica. Además de un diseño que no requiere complicadas obras de instalación, es una operación de bajo consumo de energía, cuyas redes pueden integrarse mejor en los entornos naturales que las turbinas eólicas o los paneles solares. Y su mantenimiento es bastante simple, ya que consiste en retirar las plantas demasiado crecidas y limpiar los filtros. "La recolección de niebla no consume energía y no afecta a ningún otro recurso natural", indica Ricardo Gil, arquitecto técnico en Tenerife que dirige la empresa Nieblagua.
Otra de las grandes preguntas está relacionada con la calidad del agua. Tal y como cuenta Nieblagua en su página web, es "excepcional y no toca suelo, por lo que no absorbe ningún mineral del subsuelo". También es un agua totalmente ecológica, puesto que no llega a usar ningún residuo que afecte al medio ambiente. Además, los captadores de niebla pueden usarse en aquellas zonas donde no existe suministro de agua o no cuente con la suficiente cantidad y calidad. Hasta el momento, esta compañía ha instalado estos sistemas en La Laguna, El Hierro, Gran Canaria, Las Mercedes (Tenerife) y Santander.
Por el momento, los usos que se le pueden dar a esta tecnología son: agrícolas, forestales (repoblaciones, depósitos contra incendios), ganadería (suministro de agua en los meses más secos) y consumo humano (suministro para consumo corriente en zonas aisladas y mejora de la calidad del agua existente, mediante mezclas con el agua de niebla). Con todo esto, se puede calcular una media de producción anual de entre 11.000 a 20.000 litros, según Nieblagua.
Para las regiones sedientas y machacadas por la sequía, esta tecnología puede llegar a significar la diferencia entre la supervivencia y la desertificación, especialmente cuando se instalan múltiples captadores en un área determinada. El objetivo número uno es lograr adelantarse al clima y anticipar las necesidades del agua y suelo antes de que se conviertan en un problema, aunque también hay que tener en cuenta otros factores, como por ejemplo las limitaciones para funcionar, ya que tiene que haber suficiente viento para empujar las gotas a través de las redes, pero tampoco demasiado como para derribar toda la estructura.