Se puede triunfar sobre la encrucijada de cualquier índole vital; personal, económica, laboral... No obstante, es preciso andar "el camino". De ello sabe y mucho el cirujano y conferenciante Mario Alonso Puig. En esta entrevista en elEconomista.es, conversamos sobre cómo el dolor, si damos el primer paso hacia esa senda particular, se transformará en crecimiento, o sobre la gestión del cambio, no exenta de espinas, pero con merecidos frutos que irán cayendo en el ascenso de quien decide tomar su escalera. Entre medias, muchos más temas apasionantes: el cerebro y la mente como aliados hacia nuestra felicidad, los sorprendentes detalles del corazón humano, cómo reinventarse personal y profesionalmente, el edadismo, el salario emocional, la importancia del descanso nocturno, los ladrones de sueños, la neuroplasticidad, la citoarquitectura, el arte de mantener la calma, los liderazgos empresariales o los asombrosos réditos de la visualización. Sustentado todo en la ciencia. La voz honda y serena de Mario Alonso Puig empapa, gota a gota, nuestra atención y sus palabras son una suerte de brisa marina en tierra sin mar. La meta es Ítaca, pero conviene disfrutar por el camino; ya lo avisó Kavafis. Merece la alegría escuchar y leer a Mario.
Pregunta: ¿El cerebro nos ayuda a provocar cambios notables en la vida?
Respuesta: La interacción entre el cerebro y la mente es asunto de mucho debate por parte de la neurociencia desde hace muchos años. Algunos neurocientíficos consideran que la mente es un puro producto del cerebro. Es decir, que la mente se explica exclusivamente como una actividad del cerebro humano. Otros no lo ven así. Yo considero que la mente no se puede explicar sólo a partir del cerebro. Hoy ya sabemos que el corazón es un cerebro en sí mismo, con 40.000 neuronas. El tubo digestivo es el segundo cerebro y es capaz de procesar información e, incluso, de alterar el funcionamiento del cerebro; lo mismo que es capaz el corazón. El cerebro, cuando funciona de una manera adecuada, tiene un impacto enorme en la forma en la que pensamos, sentimos y actuamos. Eso repercute en los resultados que obtenemos. Cuando el cerebro no actúa de una forma adecuada, los resultados son muy pobres.
P: ¿De qué depende, entonces, el adecuado funcionamiento de ese cerebro?
R: De tres cosas. De cómo está nuestro cuerpo, en primer lugar. La microbiota, la población de bacterias, hongos, virus del tubo digestivo, afecta directamente al estado de ánimo de una persona. Lo que comes, el ejercicio o el descanso tienen un impacto en cómo decides. Por otra parte, los procesos mentales. La mente podría ser descrita, de forma aproximada, como una gran red de información. Cuando la mente está generando pensamientos constantemente negativos y catastrofistas, el cerebro activa determinadas áreas que producen deterioro en la salud y en los procesos de toma de decisiones y de aprendizaje. Y, luego, los estados de ánimo. Una persona con un propósito, una razón profunda por la que vivir, un sentido importante para mejorar el mundo tendrá activados distintos centros cerebrales.
P: ¿Existen matices entre bienestar y felicidad?
R: Sí, y hay que diferenciarlo muy bien. El bienestar tiene mucha más relación con lo que nos llega a través de los sentidos, dependiendo, en gran medida, de las circunstancias. La felicidad se parece, pero no es lo mismo. Ésta surge del interior. Por eso, hay personas que, en situaciones muy difíciles, mantienen un nivel de alegría, serenidad y confianza que a otras les desconcierta.
"Ante un situación interpersonal compleja, pregúntate cuál es el paso más pequeño que te atreves a dar"
P: Vivimos, precisamente, en tiempos transidos y convulsos para bastante gente. El último dato de la inflación alcanzó los dos dígitos (10,2%) o el elevado desempleo. Ello provoca ansiedad en muchas personas. ¿Hay un camino para combatir según qué laberintos vitales?
R: Salir de una situación de enfermedad, de una tesitura económica difícil o de una situación interpersonal compleja implica estar dispuesto a recorrer un camino. ¿Cuál es el paso más pequeño que me atrevo a dar? Y, como la mente juega un papel tan importante en el sufrimiento humano, basta con que una persona dé un pequeño paso para que se abran posibilidades. Los recursos afloran con actitud positiva, por eso hay que salir de la posición de víctima. Habrá que superar sensaciones de vergüenza, ser capaz de pedir ayuda, hacer trabajos de menor categoría socialmente, pero igual de dignos... Todo eso es el primer paso. Ortega y Gasset decía "yo soy yo y mis circunstancias". A veces, nos somos conscientes de que nuestra forma de pensar actúa por canales verdaderamente sorprendentes y suceden cosas alrededor que no sucederían sin esa forma de pensar. El gran psiquiatra Jung hablaba de la sincronicidad. Todos tenemos experiencia de que cuando nos ilusionamos por algo, aparecen nuevas oportunidades. Como decía el estoico Epícteto, "cuando yo cambio, todo cambia". No es un camino fácil ni recto, pero, al final, te lleva a salir de ahí.
"La sensación de impotencia y desesperanza evitan que se formen nuevas neuronas"
P: Continuando con temática laboral, otro problema actual es el edadismo. ¿Hay futuro para esa persona de 50 años o más que se queda en desempleo? ¿Se puede emprender en cualquier momento de la vida, más allá de la edad?
R: Es una pregunta de una enorme importancia y de una extraordinaria actualidad. Cuando hablamos del talento senior, una persona de 50, 60 o 70 años, jamás podemos hablar de una persona acabada profesionalmente. Puede aportar mucho a la sociedad por su enorme experiencia. Si ella cree que está acabada, lo estará. No porque tenga que estarlo, sino porque lo cree. No cabe la menor duda de que cualquier persona senior puede reinventarse. Está absolutamente avalado por la neurociencia; concretamente por su padre Don Santiago Ramón y Cajal. Lo dijo textualmente, sin distinción de mayores o jóvenes, "todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro". Hoy se sabe que la neuroplasticidad, la formación de nuevas neuronas, nuevos circuitos, es un proceso que dura toda la vida. Para producir esa neuroplasticidad hace falta ilusión, serenidad y confianza. La sensación de impotencia y desesperanza evitan que se formen nuevas neuronas.
P: Puede resultar paradójico, ¿pero para alcanzar el crecimiento hay que partir del dolor?
R: Cuando una persona empieza a caminar también empieza a crecer. Pero el caminar debe llevar a la persona fuera de su zona de confort. Desterrar los pensamientos limitantes y disfuncionales como los "no puedo hacer esto o no seré capaz de adecuarme a las nuevas tecnologías..."
"Podemos hallar nuestra mejor versión a cualquier edad, pero la magia ocurre fuera de la zona de confort; la neuroplasticidad dura toda una vida"
P: ¿Hallar nuestra mejor versión no va ligado a una etapa concreta, verdad?
R: Exacto. Podemos hallarla en cualquier momento y situación vital, pero parte de una disposición abierta, interesada y curiosa de un mundo que conoces a uno que no conoces. Toda la magia ocurre fuera de la zona de confort y de los paradigmas rígidos con los que nos miramos.
P: Esto guarda relación con los cambios empresariales que ha conllevado la pandemia. Se pondera más el 'salario emocional', los liderazgos en lugar de las autoridades, el teletrabajo o la flexibilidad cotizan al alza...
R: La transformación hoy en las empresas es indispensable en un mundo con semejante nivel de disrupción, volatilidad, incertidumbre y ambigüedad. No bastan muchas veces simples cambios, sino aspirar a transformaciones relevantes para nuevas exigencias, desafíos y mercados. Para que la transformación en la empresa tenga lugar es esencial que haya un liderazgo profundamente humanista. Hay que contar con lo mejor de las personas. Por eso, es muy importante cuidar la parte emocional; no para sustituir la parte económica, sino para complementarla. Una persona que experimenta que sólo se le paga una cantidad a fin de mes no va a dar lo mejor de sí misma. Pero si esa persona siente que se cree en ella, dará su mejor versión. El teletrabajo, como todo en la vida, tiene un dimensión positiva y negativa. Hay muchas reuniones que no requieren de soportar atascos, por ejemplo, cuando se pueden hacer online. Ahora bien, todo aquello que requiera trabajo en equipo, poner en marcha nuevos proyectos o desplegar la creatividad, hoy por hoy, se consigue mejor de forma presencial. Por eso, creo que tenemos que ir a un modelo absolutamente mixto. Con el trabajo online el sedentarismo se ha multiplicado. Seamos sensatos para combinar ambas cosas.
P: ¿Es innegociable el correcto descanso nocturno?
R: Es de una importancia tan sobresaliente que si lo conociésemos bien, seríamos mucho más cuidadosos. Durante el sueño, se activa todo un sistema de excepcional complejidad para recuperar todo el desgaste que el organismo ha experimentado en vigilia. Quiero contar para tus lectores que la evolución tiene una enorme sabiduría y pide que se garanticen tres cosas: la reproducción, la nutrición y la vigilancia. Durante el sueño no pueden realizarse ninguna de estas tres funciones y, sin embargo, el sueño ha de mantenerse, con lo cual nos da una idea de la importancia que tiene. La ansiedad, resultante, en muchas ocasiones, de una reducción del periodo de sueño, minora además la actividad de la región anterior del cerebro que es la que precisamente nos tiene que mantener atentos durante el tiempo de vigilia. Si además entramos en otras dimensiones médicas, el sueño adecuado reduce la posibilidad de padecer cáncer, patología cardiovascular o Alzheimer. En el sueño se activa un sistema linfático, descubierto en el 2015 en EEUU, propio del cerebro, que se llama sistema glinfático, que elimina proteínas con tendencia a acumularse en enfermedades neurodegenerativas. El mínimo que necesitamos dormir cada día es de siete horas, siendo lo adecuado ocho.
P: El concepto conductor de esta entrevista es el camino para lograr el crecimiento y, por ahí, la serenidad se antoja imprescindible. ¿Por qué es tan trascendental el arte de mantener la calma?
R: La serenidad nos permite claridad mental para tomar buenas decisiones y aprender. Tiene mucho que ver con la confianza en sí mismo y en nuestras posibilidades. Si vas en barco por un mar bravío es fundamental tu confianza en el barco porque va a determinar, en gran medida, no que te marees o no, puesto que eso depende del oleaje, sino tu nivel de ansiedad. Si crees que el barco no es suficientemente bueno, estarás horrorizado porque crees que te vas a hundir. Es vital, por eso, cuidar la autoestima. Actualmente, he desarrollado el curso Conecta con tu mejor versión y fortalece la autoestima. En los momentos más difíciles vas a consultar si tienes un barco lo suficientemente sólido; siguiendo esta metáfora. Y si lo tienes pero no lo crees desarrollarás ansiedad. Las personas con autoestima sólida, ante los desafíos, sienten la confianza de que saldrán adelante.
"Cuando más te fijes en el problema, más difícil te será resolverlo; por sorprendente que parezca"
P: Al hilo, y para arribar a buen puerto, conviene sacudirnos de esos 'ladrones de sueños'...
R: De las cosas más importantes que hay en función superior del cerebro es la atención. El foco siempre hay que ponerlo en lograr lo que quieres no en evitar lo que temes. La atención tiene tal poder en el ser humano que donde yo la lleve también voy. Si estoy enfocado en la meta, mi capacidad mental para desplegar mi creatividad y hallar recursos aumenta. Que nadie te robe el foco. Cuando más te fijes en el problema, más difícil te será resolverlo; por sorprendente que parezca.
P: En el mundo de la bolsa, en las finanzas personales y, por supuesto, en el día a día de nuestra vida, tomamos muchas decisiones y, a veces, nos guiamos por la intuición. ¿Tiene ésta base científica?
R: Por supuesto que sí. Tenemos un hemisferio izquierdo y un hemisferio derecho en el cerebro. El izquierdo es la sede de la autoconsciencia, de darme cuenta de que me doy cuenta de que tengo, por ejemplo, una silla delante. En el derecho no está la autoconsciencia, pero sí tiene consciencia de lo que sucede. La manera en la que te hace llegar la información el hemisferio derecho al hemisferio izquierdo es a través de la intuición, ya que el hemisferio derecho no maneja el lenguaje. Te lo hace sentir y ese sentimiento es la intuición. He escrito un libro en el que se habla de todo esto, Resetea tu mente y descubre de lo que eres capaz.
P: Hemos hablado de quienes sufren y, a la vez, de la neuroplasticidad. Algunas personas practican la imaginación como una suerte de anticipación de resultados. ¿La visualización aumenta la posibilidad de que lo que queremos se plasme en la realidad?
R: Sin duda. Una de las personas más relevantes a nivel mundial en visualización es Álvaro Pascual-Leone, un neurólogo de origen valenciano que vive en Boston, ciudad en la que yo ejercí de cirujano. Pascual-Leone ha mostrado clarísimamente cómo la visualización, imaginarte las cosas, produce cambios detectables con tecnologías actuales en la citoarquitectura del cerebro. Es indudable que la visualización es un camino extraordinario para hacer que el cerebro viva situaciones que no ha vivido, de tal manera que genere el tipo de circuitos necesarios para hacer frente a esas situaciones cuando llegan. No sólo la han practicado deportistas de alto nivel; yo personalmente lo he practicado y he comprobado los resultados sorprendentes. En cirugías muy complicadas, visualicé cómo iba resolviendo y luego, soy testigo de cómo mis manos se movían como si ya hubiesen estado allí. La visualización te da una familiaridad de algo frente a lo que todavía no has enfrentado. Y te da una confianza superior a si fuese lugar completamente incierto. Esto se debe a que se activan genes, se movilizan procesos bioquímicos, hay formación de nuevos circuitos. Por supuesto que la visualización es efectiva.