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Los empresarios catalanes se renuevan ante la "decadencia"

  • Patronales y organizaciones empresariales votan entre junio y julio a sus nuevos líderes institucionales
Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball. Luís Moreno
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Las principales instituciones empresariales del territorio elegirán a sus líderes este verano. Tras la fuga de sedes y el golpe de la pandemia, reactivar la economía es la misión encomendada en una Cataluña que parece cada vez más dependiente de Madrid. El fenómeno parece complicado de revertir.

Cataluña somete a escrutinio a la mayor parte de su representación empresarial en un mes. Patronales e instituciones económicas se someten a elecciones a comienzos de verano con un mantra que persigue a la comunidad desde la fuga de sedes sociales de 2017: el de la decadencia. De momento es más un lamento comparativo con el auge de Madrid y la pérdida de influencia que un dato real a la que los grandes dirigentes del territorio parecen haberse resignado.

La región creció un 5,8% en 2021 tras el coronavirus y aunque desde 2017 Madrid la adelantó en el PIB no abandonó la senda del crecimiento. Sin embargo, empresarios y oposición no dudaron en lamentar el estancamiento de la economía y la pérdida de peso en los principales despachos en los últimos años. Los empresarios pusieron a los políticos en el foco y las críticas al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, por su política fiscal o la negativa a ampliar el Aeropuerto de Barcelona-El Prat y a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, por las limitaciones a actividades como el turismo, se suceden en los últimos años. Son muchos los que esperan un cambio que, como pronto, se produciría en las elecciones municipales de 2023. Para las autonómicas hay que esperar a 2025.

Antes llegó el turno de los empresarios. Las patronales Foment del Treball y Cecot, el Círculo de Economía y Barcelona Global tenían fijados sus comicios entre el 27 de junio y el 18 de julio. Y salvo en el Círculo, donde un candidato continuista es el favorito, no se vislumbran muchos cambios al frente de las organizaciones.

De hecho, no hubo elecciones ni en Cecot –patronal adscrita a Foment- ni en Barcelona Global. Cecot escogió al empresario metalúrgico Xavier Panés como nuevo presidente tras 17 años de mandato de Antoni Abad. Mientras, la institución barcelonesa eligió a Maite Barrera, presidenta de la consultora Bluecap para los próximos dos años. Ni hizo falta acudir a las urnas.

Tampoco se atisba alternativa para Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball. La patronal avanzó sus comicios, previstos para el otoño, al 18 de julio. El exdiputado de CiU no tiene a día de hoy una oposición organizada en la entidad y el temor a que el independentismo trate de formar una candidatura paralela perdió fuerza después de la derrota de Eines de País (avalada por la ANC) en Pimec.

Más miga tiene el enfrentamiento entre Jaume Guardiola, delfín de Javier Faus, y Rosa Cañadas en el Círculo de Economía. Con la cita a las urnas fijada para ell 12 de julio, serán las primeras elecciones de la organización. Y la falta de costumbre ensucio un procedimiento que la candidata alternativa denunció por estar, a su juicio, plagado de dificultades. En las quinielas el exconsejero delegado de Banco Sabadell parte como favorito después de triplicar los avales de su rival.

Y hasta 2023 no deberían producirse los comicios de la Cámara de Barcelona que preside Mónica Roca. No obstante, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) anuló a finales de junio las votaciones en las que Jaume Canadell, predecesor de la actual dirigente, se hizo con la victoria.

Qué hacer con la decadencia

Visto el panorama, los encargados de reactivar el estancamiento económico serán prácticamente los mismos empresarios o sus herederos. Y desde hace aproximadamente un año algo se mueve en el seno de las organizaciones. El catalizador: la ampliación del Aeropuerto de El Prat, que de momento no salió a adelante tanto por la negativa de la Generalitat como por las diferencias en del Gobierno español.

Sin embargo, las instituciones no dan por perdida la inversión de 1.700 millones de Aena. El año pasado, con la expansión todavía sobre la mesa, dirigentes de todas las afinidades políticas se reunieron en la escuela de negocios Esade para tratar de impulsar una obra que no salió.

Y aunque el abandono de la candidatura a los Juegos Olímpicos Barcelona-Pirineos de 2030 fue un varapalo, victorias como la Copa América de Vela para 2024, la reactivación turística y la renovación del Mobile World Congress llenaron de confianza al lobby empresarial para revertir la atonía.

La asignatura pendiente es el retorno de sedes de las compañías que se marcharon en otoño de 2017 tras el referéndum. Ninguna volvió. Y no parece que ninguna esté por la labor de volver a pesar de los esfuerzos de Foment del Treball por conseguirlo. "Siendo sincero, si hubiese conseguido que las sedes volvieran no me hubiera vuelto a presentar", admitió Sánchez Llibre el día que hizo oficial la convocatoria de elecciones.

El dirigente aseguró que la operación retorno será uno de los puntales del nuevo mandato, aunque también lo era del anterior y no tuvo éxito. "No lo hemos logrado hasta el momento, es cierto, pero tengo ganes e ilusión, sé que no será fácil, pero no creo que sea una misión imposible", zanjó.

Pero más allá de las compañías catalanas que se fueron existe otro fenómeno: la desaparición de la empresa familiar. En el último lustro, empresas como Cirsa (Manuel Lao), Pronovias (Alberto Palatchi), Codorníu (familia Raventós), Miquel Alimentació (familia Miquel) y Pastas Gallo (familia Espona) pasaron de estar controladas por dirigentes vinculados al territorio a ser propiedad de fondos de inversión.

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