Emmanuel Macron y Jean-Luc Mélenchon empataban ayer en la primera vuelta de las legislativas francesas con el 25,2% de los votos, mientras que Marine Le Pen lograba un 18,9%. Así, la foto fija del paisaje político francés arroja muchas dudas, si bien el bloque de centro-derecha se hace con la mayoría de la Asamblea Nacional (57,8%).
Pero ahora queda por saber si los Republicanos le prestarán sus votos a Macron y si Le Pen está dispuesta a ceder posiciones ante el presidente de la Republica, en el caso de que el fuerte bloque de izquierdas pilotado por Mélenchon sea capaz de arañar a Macron la mayoría absoluta (289 representantes), y forzarle así a un gobierno de cohabitación.
Al cierre de las urnas, los datos de escrutinio arrojaban estos porcentajes: Ensemble (25,2%), Nupes (25,2%), Reagrupamiento Nacional (18,9%), Los Republicanos (13,7%), Diversas izquierdas (4,1%).
La participación más baja
Con una altísima tasa de abstención, 53% -especialmente entre jóvenes y clases populares-, el paulatino descenso electoral de Marine Le Pen -respecto a las presidenciales- al frente de la Agrupación Nacional; con los Republicanos de derechas sin capacidad de remontar y, los índices de popularidad de Macron a la baja, la sorpresa del domingo galo ha sido sin duda el resurgimiento de la vieja izquierda gala que, esta vez ha conseguido el mismo resultado que el ganador a las elecciones a la República Francesa.
Lo cierto es que las previsiones y encuestas ya hablaban desde el inicio de la campaña de un posible duro varapalo para el presidente Macron, en el caso de no poder renovar la mayoría absoluta en el Parlamento, y quedarse con una mayoría relativa.
Con un antimacronismo en alza, las diferentes formaciones de la izquierda francesa, aglutinadas por Jean-Luc Mélenchon en una sola candidatura, bajo el nombre de Nueva Unión Popular Ecologista y Social (conocida como Nupes), aspiran a convertirse hoy en el principal grupo opositor y arrebatar la mayoría a Macron en la Asamblea Nacional, algo que podría elevar al líder de Francia Insumisa en primer ministro. Esa eventualidad generaría una convivencia entre presidente y jefe de Gobierno de distinto signo político.
Así, y en el caso de que la tendencia en las urnas camine a la popular 'cohabitación' (con un partido en Matignon de signo distinto al Elysée), Macron y sus aliados de centro se verán obligados en la segunda vuelta a unir fuerzas para sacar adelante sus proyectos y regulaciones, ya sea mediante la formación de una coalición de gobierno o recabando los votos necesarios en cada ocasión.
Este complicado escenario, el segundo, requiere un mayor compromiso de las partes para sacar adelante la agenda de gobierno, ya que formar una coalición podría implicar dejar algunas carteras en manos de partidos rivales en aras de la cooperación. Y a la postre, cualquier crisis de la Asamblea puede acabar con la convocatoria de otras nuevas elecciones.
Hay que recordar que la fórmula política de la cohabitación se ha dado en otras tres ocasiones en la V República francesa, la última de ellas entre 1997 y 2002, y a priori la reducción de los mandatos presidenciales de siete a cinco años complica que vuelva a ocurrir.
En cualquier caso, a una semana de la segunda vuelta, cualquiera de los caminos es complicado de discernir. Todo dependerá de la fuerza de los posibles partidos aliados, y de la capacidad de arrastre del fenómeno antiElíseo.
Frente antiElíseo
Con las leyes actuales sobre la mesa, el Elíseo y la Asamblea Nacional se renuevan prácticamente a la vez, con apenas unas semanas de diferencia, por lo que la tendencia política apenas debería cambiar. Sin embargo, en esta ocasión los partidos opositores intentan hacer un frente anti Macron, tanto a la izquierda como a la derecha del espectro político del presidente.
Por su parte, Mélenchon, que ha logrado unir a la izquierda por tan solo sexta vez en un siglo, trabaja así para sacar adelante un frente antiMacron, una estrategia también seguida por Le Pen, que tiene la vista puesta no sólo en la ultraderecha sino también en los "patriotas" de grupos moderados como Los Republicanos.
A la virulenta batalla entre los candidatos de la mayoría presidencial y la Nupes -agrupación de las formaciones de izquierdas La France Insumise, los Europeos Ecologistas, el Partido Socialista Francés el Partido Comunista-, también se suman las críticas desde el seno del actual Gobierno. Fue el propio exministro de Sanidad y ahora encargado de las relaciones con el Parlamento, Oliver Véran, quien criticó el programa de Francia Insumisa y recordó que el país ha atravesado una fuerte crisis, "con los chalecos amarillos", además de una pandemia y una guerra en Ucrania.