
Recibir un mensaje de Pau Gasol personalizado cuesta 273 euros; y de Sergio García, 376. En 2020 la plataforma multiplicó por cuatro sus beneficios. Desembarcó en España el pasado mes de febrero.
El dinero llama a la fama. Para ilustrar esta vieja fórmula, Cameo es el mejor ejemplo. Se trata de la plataforma de moda que conecta a famosos con sus seguidores, pero con una dinámica muy distinta a Instagram o Twitter. Deportistas, actores, actrices, músicos, influencers, y algún político, envían vídeo-mensajes personalizados al fan que se lo solicite (previo encargo y previo pago).
El motivo inspirador de este regalo online va desde felicitaciones, aniversarios y saludos hasta ánimos por una enfermedad. Este es el negocio. Las emociones. El fan pone el dinero y la estrella pone la fama. Cameo, como facilitador, pone sus normas y se lleva el 25% de los ingresos. La aplicación, activa en países como EEUU, Reino Unido, Australia o Colombia, llegó a España el pasado mes de febrero.
¿Cuánto cuesta que Pau Gasol o el golfista Sergio García nos envíen un vídeo con un "hola" personalizado? El precio por su tiempo y dedicación lo fijan ellos. Encontrar la tarifa ideal supone un ejercicio de autoanálisis para el personaje famoso. Las tarifas van de 10 euros (e incluso menos) hasta los 18.800, que solicita el ex boxeador Mike Tyson por sus producciones promocionales dirigidas a empresas. El vídeo más caro de la historia de Cameo, de 14.100 euros, lo protagonizó el también boxeador Floyd Mayweather Jr. Que Gasol nos remita por streaming un saludo grabado se cotiza a 273 euros. El de Sergio García, a 376 euros (si el encargo lo hace una empresa, sube a 2.632). Es el mercado de la oferta y de la demanda. Algunos famosos, como Gasol, destinan parte de lo recaudado a organizaciones benéficas o fundaciones.
Cuenta con 50.000 estrellas
Steve Galanis fue el artífice de esta plataforma, que nació en 2016. Las redes sociales habían dinamizado el concepto de la fama y la democratizaron. A partir de entonces, cualquier influencer de éxito en Instagram podía rentabilizar su tirón social. Cameo, también se subió a ese carro. Esta app entró en el ránking de las 50 compañías más geniales de 2018, según publicó Time. Entonces llegó la pandemia de 2020. Actores, músicos y deportistas de élite se confinaban en casa como el resto del planeta. El marketplace se convirtió en una sencilla fuente de ingresos para famosos: a principios de la pandemia, el registro de VIPs se disparó en un 77%. El número de vídeos solicitados creció un 176%. En julio de 2020, el año uno de la pandemia, la compañía había multiplicado por siete su valor, con respecto a 2019. Los beneficios se multiplicaron por cuatro. Ese año la app proporcionó a sus usuarios 1,3 millones de "holas" grabados por celebridades y facturó más de 100 millones de dólares. Entre sus inversores, figuran Google, PayPal y Amazon.
No todo el mundo puede acceder a esta app. El primer filtro para registrarse en su catálogo es contar, al menos, con 20.000 seguidores en Instagram. El menú está ordenado por profesiones. Unas 50.000 celebridades se han dado de alta en esta plataforma. Los que más tirón tienen son actores y actrices, que se agrupan por géneros (comedia o drama). También hay categorías etiquetadas por los gigantes del streaming, como Netflix, Amazon Prime Video o Disney. Están los actores Elijah Wood, de El señor de los anillos; Joaquín de Almeida; o Robert R. Shafer, de The Office. El deporte tiene mucho peso. Reúne varias disciplinas (fútbol, fútbol americano, tenis, baloncesto, boxeo…). Y la música, que aparece clasificada por estilos (encontramos desde José Manuel Soto o Juan Peña hasta el cantante de Bon Jovi y Marky Ramone de Los Ramones). En la foto inferior, el golfista español Sergio García.
¿Y los contenidos de esos vídeos? Los contenidos son libres, pero hay límites y hay que cumplirlos: nada de desnudos ni violencia. El famoso de turno se sitúa delante de una cámara y se graba. Habla, canta o baila y se dirige a su seguidor por su nombre de pila. Le dice lo que este quiere escuchar. El guión lo marca el fan y su héroe de la fama se ajusta a ese guión. Todo por encargo y previo pago. Al final, se invierten los papeles: el usuario se convierte en el director del famoso y este hace un cameo a su gusto. Otra opción que ha implementado la aplicación es poder hacer una videollamada al VIP y saludarle. El servicio, Cameo Calls, se denomina Meet&Greet. La duración de la conexión puede ser variable: de 3 a 10 minutos.
Los bonus emocionales
Esta red social basa su estrategia en monetizar la fama de las estrellas gracias a la admiración que despiertan en sus fans, dispuestos a pagar por unos minutos de gloria personalizada.
Cameo ha dividido a los gurús de la comunicación digital y a expertos en imagen pública: las voces más críticas apuntan que esta aplicación hace negocio con las emociones de los usuarios, que persiguen contactar con un famoso y pagarle por disponer dos minutos de su tiempo. También, que las celebridades, al grabar ese vídeo-saludo, pierden ese halo de misterio inalcanzable. Añaden, además, que el mensaje tiene esa factura casera no profesional que brinda una imagen de las estrellas un poco 'de andar por casa'. Este último argumento, pero dado la vuelta, es el que defienden los que aplauden la factura casera de los saludos. Dicen que la espontaneidad acerca al personaje. Y eso, la cercanía y la naturalidad, son bonus emocionales muy valiosos para las celebridades.