
Cada año desde 1974, en España el último domingo del mes de marzo el reloj se adelanta una hora y luego se vuelve a retrasar a finales de octubre. Con cada nuevo cambio de hora, se incrementan las demandas para poner fin a esta práctica. En 2018, la Comisión Europea presentó una propuesta de directiva para abolir a los saltos horarios de verano e invierno. Un año después, esa propuesta fue revisada por el Parlamento Europeo, órgano que votó a favor de eliminar esta práctica a partir de 2021, cosa que aún no ha sucedido. Donde sí lo hicieron fue en EEUU. Ocurrió en la década de 1970 y el experimento duró diez meses.
En enero de 1974, el presidente Richard Nixon estableció el horario de verano permanente, en un intento por maximizar las horas de luz en plena crisis nacional de gas. En un primer momento, la iniciativa contó con el apoyo del 79% de la población. Este porcentaje pronto se redujo hasta apenas superar el 40% debido a la prolongada oscuridad en las primeras horas de la mañana de invierno, momento en el que los niños tenían que ir al colegio y los estadounidenses salían de sus casas para ir a trabajar. Según recoge The Smithsonian, ocho estudiantes murieron en accidentes de tráfico en Washington en las semanas siguientes al cambio. Incidentes similares llevaron a algunas escuelas de la capital de EEUU y sus suburbios a retrasar las clases hasta que saliera el sol.
El apoyo al experimento del presidente Nixon volvió a aumentar con la llegada del verano. Aun así, ante la perspectiva de otro invierno como el anterior y visto que la iniciativa apenas ayudaba a ahorrar energía, e incluso podía haber provocado un aumento del consumo de gasolina, el presidente Gerald Ford firmó en octubre de ese mismo año una ley para poner fin al horario de verano permanente dos años antes de los previsto.
Al igual que en suelo europeo, la cuestión del cambio de hora vuelve a ser noticia en EEUU. A mediados de marzo, el Senado aprobó por unanimidad una ley para instaurar el horario de verano de manera indefinida. El próximo paso para el proyecto de ley "Sunshine Protection Act" es su votación en la Cámara de Representantes, donde no están claras sus posibilidades de aprobación. En caso de ser aprobado y firmado por el presidente Joe Biden, el cambio entraría en vigor en noviembre de 2023, según publica The New York Times.
El cambio de hora es una cuestión que mantiene dividida a la población de EEUU casi 50 años después del experimento de Nixon. Según datos del Centro de Investigación de Asuntos Públicos de Associated Press-NORC, el 70% de los encuestados está a favor de poner fin a la práctica de cambiar los relojes. Por su parte, aproximadamente el 40% aboga por mantener el horario estándar (o de invierno) todo el año, mientras que el 30% prefiere seguir con el horario de verano.
No será el último cambio de hora en España
En 2018, el 84% de los ciudadanos europeos consultados en una encuesta no vinculante se mostró a favor de terminar con el cambio de hora. Una postura también apoyada por la Comisión y el Parlamento Europeo. Sin embargo, casi cuatro años después, los Estados no se han puesto de acuerdo para tomar una decisión al respecto.
En el caso de España, este fin de semana toca cambiar la hora. En la noche del sábado 26 al domingo 27, a las 02.00 hora peninsular habrá que adelantar el reloj una hora, hasta las 03.00 horas.
No parece que vaya a ser el último ajuste horario que haya que realizar en España. Esta misma semana, el Ministerio de Presidencia ha publicado en el BOE el calendario de inicio y fin del horario de verano desde 2022 hasta 2026. La publicación de este calendario coincide con el plazo oficioso que se habían dado las instituciones comunitarias para resolver el "fin" del cambio de hora, lo que hace pensar que el debate ha llegado a un punto muerto, al menos de momento.