
Tristán de Acuña, uno de los territorios de ultramar del Reino Unido, es la isla habitada más inaccesible del mundo. Este pequeño territorio lleno de peculiaridades está situado en el Atlántico Sur y cuenta con 245 habitantes, de los cuales 133 son mujeres y 112 hombres.
Para llegar hasta Tristán de Acuña es necesario volar hasta Ciudad del Cabo (Sudáfrica) para después tener que coger un velero que nos lleve durante 18 días. Sin duda toda una aventura, ya que en ese intervalo de tiempo es muy posible la aparición de la niebla.
La población cuenta con un moderno hospital y una modesta escuela, ambos con un médico y un profesor, respectivamente, que están en la isla con contratos temporales desde el Reino Unido. También hay una cafetería, un salón para eventos sociales, una oficina de correos y un pub.
Y, ¿cómo se entretienen en una isla tan pequeña? Tristán de Acuña cuenta con una superficie de 99 km2, casi una quinta parte menos de la de Andorra. Pese a ello, sus habitantes pasan buena parte de su tiempo haciendo barbacoas, tocando instrumentos y cantando. "La mayoría de la gente prefiere pasar su tiempo libre frente a las pantallas", dice uno de sus habitantes a BBC.
Los ingresos de la isla, aproximadamente un 70%, se basan principalmente en la venta y exportación de langostas. Por desgracia, el bloqueo en Sudáfrica provocó que los barcos que transportaban mercancías no pudieran salir de los muelles de Ciudad del Cabo.
"La cadena de suministro, que es frágil en el mejor de los casos, se vio gravemente afectada", dice uno de sus habitantes. "No es raro que esto suceda, pero quién sabe cuándo volverán a llegar los alimentos frescos con la situación actual", comentan desde la isla. Como contraposición, la gran noticia es que el Covid nunca ha llegado a Tristán de Acuña desde que comenzó la pandemia.