"Sin libertad no hay nada". El filósofo Antonio Escohotado (Madrid, 1941) ha fallecido este domingo en Ibiza, arropado por su familia. Defensor a ultranza de la libertad individual, del "vive y deja vivir", se mudó a la isla en los años 70. Fue uno de los grandes protagonistas del despertar contracultural ibicenco.
Antonio Escohotado es hoy uno de los filósofos más reconocidos de la actualidad. Deja un legado de obras icónicas. Su mayor ensayo, Los Enemigos del Comercio, una historia moral de la propiedad analiza en tres tomos el éxito de la sociedad de consumo. Tras localizar el complejo que precipitó la idea del comercio como un mal infeccioso, pasa a describir sus altibajos desde la civilización grecorromana hasta el día de hoy. "No hay alternativa al comercio, la única alternativa es la violencia", comentaba Escohotado en una de sus últimas entrevistas.
Fundador de la discoteca Amnesia, el pensador jugó un papel protagonista en la revolución contracultural ibicenca
Fue traductor de pensadores como Hobbes, Newton o Jefferson. Practicó el bioensayo, probando, clasificando y describiendo los efectos físicos y subjetivos de más de treinta sustancias psicoactivas distintas para la redacción del manual de uso que, tras diversas ediciones y lanzarle a la opinión pública, acabaría por titularse Aprendiendo de las drogas.
Escohotado jugó un papel protagonista en el surgimiento de la isla de Ibiza como foco contracultural en la España del final del franquismo y el despertar democrático, al fundar la discoteca Amnesia (1976). Escohotado decidió pasar sus últimos días en la isla, rodeado de familia y amigos. Con el paso de los años evolucionó, de una mayor aplicación a lo abstracto en su juventud y primera madurez, hacia un interés creciente por los datos extraídos de la observación de la realidad más concreta, tomando la opción de "una ciencia observante, arrinconada hoy por su rama predictiva".
A partir de la militancia en la clandestinidad durante el franquismo, sus posiciones políticas han ido evolucionando hasta llegar a definirse a sí mismo como "un liberal demócrata", mientras que en su obra maduraba la idea de que "cualquier utopía política acaba siendo indiscernible de uno u otro proyecto eugenésico, eufemismo para empresas genocidas".
"El libro de mi vida"
Según Escohotado, con la tercera edad emprendió el esfuerzo "por pasar de original a sabio, y de ingenioso a ecuánime, concretado en componer Los enemigos del comercio, en su opinión "el libro de mi vida". En principio, dicho proyecto se limita a precisar quiénes, en qué contexto y con qué resultados "han sostenido que la propiedad privada es un robo y el comercio su instrumento". Sin embargo, supuso una investigación sin precedentes.
Ninguna historia del fenómeno comunista había añadido hasta entonces al debate ideológico el detalle de su contexto económico, la evolución de instituciones paralelas como el sindicato, la gran empresa, la propiedad defendida por derechos de autor o los distintos sistemas de seguridad social. Si en el primer volumen se analizaba su desarrollo hasta la Revolución francesa, y en el segundo volumen los hechos ocurridos hasta los primeros años del siglo xx, el tercero trata desde Lenin hasta los últimos movimientos populistas surgidos en el siglo XX en Latinoamérica y su reflejo en Europa en el XXI a través de partidos como Syriza en Grecia o Podemos en España.
Con su fallecimiento, se marcha el filósofo que se atrevió a analizar los dos grandes tabús del Siglo XX en Europa: las drogas y el comunismo. "El comunismo es una religión. La religión del no ser. Parece que hay sustancia, parece que hay naturaleza. Grave error. Es la nada. Y dentro de esto, si conseguimos robar y matar lo bastante, a lo mejor aparece algo", manifestaba en una de sus últimas entrevistas.
Escohotado dedicó los últimos años de su vida difundir las mentiras del comunismo. Calificaba a Marx como un "impostor". El economista Juan Ramón Rallo le entrevistó el mes pasado. Escohotado aconsejó a los jóvenes que "jamás infraestimen la potencia de su espíritu y siempre se exijan lo máximo y no pierdan el tiempo".
"Me gustaría ser recordado con esta frase: intenté ser valiente y descubrí cómo estudiar", terminó el filósofo. Escohotado forma ya parte de los filósofos imprescindibles del Siglo XX español. Descanse en Paz.