A Fondo

Dividendos, una opción no siempre idónea para el conservador

  • Con los tipos al 0%, las compañías de dividendo cobran atractivo...
  • ... pero pueden no ser la mejor opción para los inversores cautos

En un escenario de tipos cero, el reto de arañar rentabilidad se complica. El cliente tradicional de depósitos, que hace ocho años se embolsaba fácilmente un 4% anual con ellos, ve ahora cómo los rendimientos de estos productos superan por muy poco -si lo hacen- el 0%. Descartados los depósitos, la segunda opción para esos inversores que buscan rentas periódicas son los bonos, pero con tipos de interés en el entorno del 0% y la facilidad de depósito en el -0,4% esta tarea también se complica.

Por este motivo, en los últimos meses está cobrando fuerza lo que varios expertos coinciden en tildar de "moda" de las carteras de dividendos, en la que Sergio Míguez, director de relaciones institucionales de Efpa, incluso encuentra rasgos de "burbuja". "Me refiero a una burbuja desde el punto de vista del marketing, ya que se intenta atraer al cliente con el caramelo de la alta rentabilidad por dividendo, algo que se ha hecho de forma recurrente en escenarios de mercado bajistas... y eso me preocupa", comenta.  

"El primer análisis que hay que realizar es el del perfil del inversor", reflexiona J. J. Fernández, socio de Attitude Gestión. ¿Estaba en depósitos y ahora quiere dar el salto a la renta variable? ¿O ya estaba en bolsa y ahora busca compañías de dividendo? "No puedes saltar de un perfil muy conservador a una cartera de este tipo", comenta. 

Ignacio Perea, director de inversiones de Tressis, defiende que las carteras de dividendos pueden ser una buena opción, pero no todas. "Es cierto que la primera alternativa a los depósitos y a los bonos serían las grandes empresas con cierta sostenibilidad en el dividendo y en el payout -porcentaje del beneficio neto destinado a retribuir-. Porque creo que en contextos de inflación razonable, en el entorno del 2%, esa inflación no la cubres con un bono, mientras que los dividendos, cuando son de compañías con un negocio sostenible y que crecen, sí permiten cubrirte, especialmente los de sectores regulados tipo utilities", señala, una idea con la que coincide Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep Finance. 

Este tipo de inversión cuenta con el empuje que le dan las caídas bursátiles de los últimos meses, tal y como explica Ignacio Rambaud, director de marketing de Fidelity en España: "Las bajas valoraciones de las acciones que pagan dividendos sugieren un equilibrio atractivo entre riesgo y recompensa y aportarán un margen de seguridad a los inversores; esa es una de las razones por las que las estrategias orientadas al dividendo suelen destacar en entornos de mercado más complejos", afirma.  

Un 41% de la rentabilidad  

Según un reciente estudio de Allianz Global Investors, el Dividend Report 2019, los dividendos suponen alrededor del 41% del rendimiento total de las acciones europeas desde el año 1973. El mismo estudio concluye que, en un entorno político incierto, "los dividendos continuarán aportando estabilidad a los inversores este año" y destaca que "las acciones con altos dividendos parecen comportarse de una manera menos volátil que las de empresas con pagos más bajos". Por otro lado, las caídas de los últimos meses han dejado a compañías "de dividendos, bien financiadas y con potencial de crecimiento cotizando con descuento", señalan desde la entidad, desde donde también destacan el sector energético europeo. 

El concepto al que más aluden los expertos es el de sostenibilidad. Santiago Daniel, responsable de producto de inversión en Deutsche Bank España, comenta que lo importante es "qué compañía estás comprando, que tenga un negocio sostenible y con crecimiento" y en que además es preciso fijarse en cómo se comporta el pago de dividendos a lo largo del ciclo económico. "En mi opinión, es mejor tener una cartera bien diversificada con compañías de dividendo y de crecimiento, un buen mix", añade. Tampoco cree que la respuesta a la dificultad para encontrar rentabilidad sea necesariamente la retribución al accionista. "Para un conservador que quiera meter en cartera algo de renta variable yo no me centraría sólo en compañías de alto dividendo porque, aunque sean buenas empresas, ya hemos visto en el pasado que pueden hacerlo mal". En estas ideas coincide Julio López, socio de Attitude Gestión, que comenta que nada tiene que ver "una utility con un plan de negocio donde ves claramente los números a 10 años, con un banco o una petrolera que se han estado endeudando para retribuir, algo que no tiene ningún sentido".  

¿Vía acciones o vía fondos?  

Victoria Torre, responsable de desarrollo de contenidos de Self Bank, explica que, para invertir en dividendos, "a priori es más eficiente, desde un punto de vista fiscal, tener un fondo de acumulación" que reinvierta esa retribución en el patrimonio del propio fondo, ya que "el efecto de la capitalización compuesta juega a favor"; pero añade que, en el entorno actual, de búsqueda de rentas, muchos clientes se han decantado por los de distribución, que reparten los dividendos entre sus partícipes. "La ventaja de los fondos es su mayor diversificación, evitando el riesgo de tener solo unas pocas acciones", apunta. 

Torre añade que en Self Bank la opción de invertir por dividendo "es una estrategia que nos gusta y que tenemos muy en cuenta"; y es apta, en su opinión, "para cualquier tipo de inversor y cualquier entorno de mercado, pero especialmente en el actual puede tener mucho sentido". Además, "la bolsa española es considerada una de las más generosas en lo que a reparto de dividendos se refiere, gracias en buena medida al sector energía", remata. 

Una de las grandes preguntas es precisamente si decantarse por una cartera nacional o internacional, teniendo en cuenta el problema de la "doble imposición" cuando se elige lo segundo, ya que el inversor en dividendos extranjeros paga impuestos por ellos en el país de origen y también en España -esto lleva, en muchos casos, a optar por una cartera exclusivamente nacional-. 

Cuidado con el largo plazo

El inversor que opte por valores españoles y que tenga vocación de permanencia debe saber cribar, y le interesa tomar conciencia de que las vacas sagradas del dividendo no siempre son las que ofrecen los mejores pagos. Compañías que históricamente han formado parte de las carteras de muchos españoles ofrecen unas rentabilidades escasas a quienes entraron en ellas hace una década. A inicios de 2009, los analistas estimaban rendimientos de entre el 7 y el 9% para valores como Telefónica, Santander o BBVA; pero, tras los recortes en sus políticas retributivas -y teniendo en cuenta la cotización media de 2009, ya que hablamos del inversor que ha permanecido en el valor 10 años- sus rentabilidades actuales caen hasta el 3% en el caso de Telefónica, y quedan por debajo del 4% en los casos de BBVA y Santander (ver gráfico).  

Por el contrario, quien compró Cie Automotive o Ence en 2009, que por entonces no se situaban entre las cotizadas más atractivas por dividendos, verá cómo los pagos con cargo a 2019 permiten embolsarse rentabilidades de doble dígito. "En muchas ocasiones es más importante el ritmo al que ha crecido el dividendo que el propio dividendo", reflexionan desde Wyatt Investment Research. Unos pagos crecientes, agregan, son una señal de que la acción "es saludable y está comprometida con sus inversores", y también indica que podrían llegar más aumentos de los pagos.

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