
Telefónica avanza a paso firme en su transformación en una compañía puramente tecnológica, aupada por la oferta de servicios de mayor valor añadido y la satisfacción de los clientes.
Pieza clave de esa transformación tiene que ver con la apuesta por el valor: Telefónica entiende la tecnología como una herramienta incomparable para unir a las personas -y por extensión, conectar a las empresas y a la sociedad-. Todo apunta a que la apuesta está dando frutos.
Así, en la presentación de resultados correspondientes al año 2018, el presidente ejecutivo de Telefónica señalaba que más de la mitad de los ingresos de la firma provienen ya de la conectividad de banda ultra ancha y de servicios de valor añadido sobre la misma. De hecho, los ingresos digitales crecieron un 24% orgánico en dicho periodo.
El trabajo bien hecho
Los clientes de Telefónica, que totalizaron 356,2 millones de accesos en 2018, son cada vez más estables -se reduce la rotación-, contratan servicios de mayor valor añadido y están contentos con el servicio que reciben, al punto de que la compañía ha batido su récord histórico de satisfacción de clientes.Un buen ejemplo de esta estrategia es la alianza entre Movistar y Netflix, que echó a andar el pasado diciembre en España. En apenas dos meses, más de un tercio de los nuevos clientes de Movistar se han sumado a la compañía contratando Netflix en su paquete. Asimismo, un 35% de los clientes de Movistar con acceso a los productos que permiten ver Netflix han contratado esta opción.La principal derivada de todo lo anterior es el crecimiento de los ingresos, que acumulan seis años de ascenso orgánico; la mejora en la generación de caja y un aumento, también del beneficio neto en los últimos tres ejercicios, que alcanza los 3.331 millones de euros -un 6,4% más que en 2017-.
España, la matriz del grupo, supone el 26 por ciento de la facturación y ha registrado un crecimiento orgánico de ingresos anual por primera vez en 10 años. La alta rentabilidad del mercado brasileño -responsable del 21% de los ingresos- contribuye a explicar los buenos resultados de la compañía.
Al mismo tiempo, Telefónica ha seguido reduciendo su deuda neta: solo en 2018 se ha reducido en 2.445 millones de euros -a los que habría que sumar otros 1.400 millones si se tienen en cuenta las operaciones de desinversión de Telefónica Centroamérica y Antares realizadas en los dos primeros meses de 2019. Desde junio de 2016, la teleco se ha desprendido de cerca de 12.000 millones de deuda.
No en vano, la revista Fortune ha destacado recientemente a Telefónica como la operadora de telecomunicaciones europea -y la tercera del mundo- más valorada por los directivos por su reputación. Es la única española que aparece este año en este prestigioso ranking.
Pionera en sostenibilidad
Al mismo tiempo, Telefónica sigue afianzando sus credenciales sostenibles. El pasado enero se convirtió en la primera compañía de su sector en emitir un bono verde, por importe de 1.000 millones de euros y a un plazo de cinco años. Los fondos obtenidos irán destinados a incrementar la eficiencia energética de la empresa gracias al proceso de transformación del cobre hacia la fibra óptica en España, entre otras finalidades.
A nivel global, más del 50% de la electricidad que usa Telefónica procede de fuentes renovables. Además, ha estabilizado su consumo de energía a pesar de que el tráfico ha crecido un 107% en los tres últimos años, con lo que su eficiencia ha mejorado en más del 50%. Todo ello con dos ejercicios de antelación a lo establecido en sus objetivos.
La compañía ya es 100% renovable en Europa y Brasil, acercándose así a su objetivo de ser renovable en todos los países en 2030. Y ha disminuido sus emisiones de CO2 un 28 por ciento en tres años, con el compromiso de recortarlas un 30 por ciento a 2020 y un 50 por ciento a 2030, en línea con el Acuerdo de París de Naciones Unidas.
Los esfuerzos de Telefónica en materia de sostenibilidad han recibido por quinto año consecutivo el refrendo de la organización de referencia CDP, que la ha incluido en la Lista A de las empresas líderes en gestión del cambio climático.
Foco en la innovación
Fiel a su vocación tecnológica, Telefónica impulsa la innovación en diversos ámbitos. Destaca su implicación en el internet de las cosas (IdC), que le ha valido el reconocimiento por quinto año consecutivo de ser líder en el Cuadrante Mágico de Servicios M2M Gestionados de Gartner a nivel mundial. La compañía encabeza en España el mercado de IdC; en 2018 incorporó 317.000 líneas activas, lo que supone un crecimiento interanual del 16%. Solo en el último cuatrimestre del año pasado se alcanzaron 106.000 nuevas líneas activas, para acabar 2018 con un total de 2.333.000.
Destaca asimismo la aceleradora Wayra, su hub de innovación abierta, y la plataforma Open Future, que conecta a emprendedores tecnológicos con una visión disruptiva. Se trata de una red global formada por más de 50 espacios -21 en España- de innovación con presencia en nueve países.
En febrero de 2018, Telefónica lanzó al mercado Aura, un asistente digital con inteligencia artificial incorporada llamado a transformar la forma en que los clientes se relacionan y gestionan su vida digital con la compañía, a través de la aplicación móvil Movistar+. Aura en Movistar+ facilita interactuar con los contenidos con la posibilidad de realizar búsquedas por género, actor, título, etc., así como cambiar de canal o lanzar contenidos a la TV. En sus primeros tres meses de andadura, más de 470.000 clientes lo habían utilizado, reportando un alto grado de satisfacción, según una evaluación interna de la Telefónica.
La movilidad urbana inteligente es otro de los ámbitos en los que Telefónica se ha implicado. En el marco del Mobile World Congress, celebrado en Barcelona a finales de febrero, la teleco participó en un proyecto de coche conectado y conducción asistida. Con la colaboración, entre otros, de SEAT, Ericsson y Qualcomm Technologies, el principal objetivo es incrementar la seguridad en la carretera.