
La inversión en I+D en España presenta una brecha que viene de lejos y tiene unas consecuencias claras: menor productividad, menos patentes, deficiencias en la educación -sobre todo universitaria- y la fuga de cerebros que buscan oportunidades allende nuestras fronteras.
Un reciente estudio publicado por Fedea nos cuenta -con datos de 2019- que la carencia de inversión en I+D está presente en todos los sectores, pero las empresas privadas son las que más se alejan de la media europea.
Es cierto que los datos de Eurostat nos demuestran que la inversión en I+D en nuestro país va in crescendo en los últimos años, pero no nos acercamos, ni de lejos, al 2,2% del Producto Interior Bruto (PIB) de la media europea, ya que el año pasado se aproximó al 1,47% del PIB.
Desde Fedea explican en su informe que el gasto está repartido de manera poco equitativa entre los sectores público y privado.
Según rezan los datos de Eurostat, el sector público español aporta el 0,21% del PIB a la investigación, frente al 0,28% de media de la zona euro. Por otro lado, la educación superior hace una aportación del 0,33% del PIB, frente al 0,46% de la zona euro y, finalmente, llega la gran brecha del sector privado. En el informe de Fedea explican que la inversión en I+D de las empresas privadas españolas supuso en 2019 solamente el 0,7% del PIB, muy por debajo de la media de la zona euro, que está en el 1,48%.
La inversión en I+D de PharmaMar se incrementó un 21% en el tercer trimestre de 2021, hasta los 47,4 millones de euros
Es evidente que hay una brecha con respecto a Europa, aunque hay empresas que sí consideran que la apuesta por la I+D es el futuro. En concreto, estas buenas prácticas están dentro del ADN de la farmacéutica PharmaMar, que ha subido su inversión un 21% durante el tercer trimestre del año, pasando de los 39,1 millones de euros a septiembre de 2020 a los 47,4 millones de euros de inversión neta en septiembre de este mismo año.
Atendiendo a los resultados de la farmacéutica, vemos que en el tercer trimestre de 2021 su Resultado Bruto de Explotación (ebitda) fue de 143,4 millones de euros, lo que supone una inversión del 0,03% de su ebitda en I+D, convirtiéndose así en una de las empresas de España que más contribuye a cerrar la horquilla.
En el desglose del gasto, vemos que la mayoría se lo lleva la oncología (40,1 millones). Una inversión que les ha llevado a tener tres compuestos antitumorales en el mercado, en más de 80 países y a convertirse en la primera empresa española en conseguir la aprobación acelerada de la FDA (Autoridad Sanitaria de Estados Unidos) para el tratamiento del cáncer de pulmón en segunda línea en más de 20 años.
Pero lo destacable es el incremento en I+D de Sylentis, empresa del grupo PharmaMar dedicada al desarrollo de compuestos basados en la tecnología de RNAi, del 245,7%, con 6,2 millones en septiembre de este año, y con la que ha puesto en marcha un estudio en Fase III en el que evalúa la eficacia y seguridad de tivanisirán en los signos y síntomas del ojo seco asociada al Síndrome de Sjögren con 200 pacientes de 30 hospitales de Estados Unidos.
En materia de diagnóstico el incremento fue de un 144,4% con respecto al tercer trimestre del 2020, pasando de los 0,5 millones a los 1,1 millones. A través de su empresa Genomica, dedicada a temas de diagnosis, desarrollaron al inicio de la pandemia, en marzo de 2020, un test de diagnóstico SARS-Cov-2, con una sensibilidad de más del 95% y una especificidad por encima del 99,7%. Validado por el Instituto de Salud Carlos III, se convirtió en la primera compañía de biotecnología española en obtener el marcado CE para sus kits de diagnóstico del coronavirus.
Estos ejemplos demuestran que la inversión privada en I+D proporciona grandes resultados.