
Esta actividad supone una inversión de cerca de 700 millones de euros en los centros de investigación y hospitales de toda España. Para poder alcanzarla se necesita una regulación favorable y priorizar la financiación de las innovaciones terapéuticas.
España se ha consolidado como uno de los primeros países europeos donde la industria farmacéutica realiza la investigación de sus nuevos medicamentos. Esta actividad supone una inversión de cerca de 700 millones de euros en los centros de investigación y hospitales de toda España.
Con una regulación favorable al desarrollo de ensayos clínicos y la priorización a la hora de financiar las novedades terapéuticas, España podría situarse, según los expertos, como el principal polo europeo y aspirar a ser el primer país del mundo en la realización de los ensayos para probar la eficacia de los nuevos medicamentos. Y es que actualmente uno de cada tres ensayos realizados en Europa cuentan ya con participación española, después de que España se convirtiese en el primer país europeo en incorporar a su legislación el nuevo Reglamento comunitario sobre ensayos clínicos.
La industria farmacéutica batió su récord de inversión en I+D en 2017 al desembolsar 1.150 millones de euros, el 21 por ciento de toda la investigación industrial en España. Del esfuerzo inversor de la industria, cerca de 700 millones se destina cada año a poner en marcha ensayos clínicos de nuevas moléculas, que se desarrollan en colaboración con hospitales y centros tanto públicos como privados. Y de esos ensayos, el 52 por cientos son ya en fases tempranas, que son las que presentan mayor complejidad.Este esfuerzo ha permitido reducir de 154 a 124 días el plazo para poner en marcha un nuevo ensayo clínico o reducir el plazo de reclutamiento del primer paciente en 25 días, hasta situarlo en 39 días de media en 2018.
España es un país atractivo para el desarrollo de proyectos de investigación biofarmacéutica por varias razones: la calidad de su sistema sanitario, el prestigio y reconocimiento de sus investigadores, una infraestructura científica y logística muy avanzada, el compromiso activo de los pacientes, la experiencia y capacidad de su industria farmacéutica y una legislación pionera en Europa.
En los últimos cuatro años, los hospitales españoles alojaron la realización de 259 ensayos clínicos llevados a cabo por la industria farmacéutica en el área de la oncohematología, con unas 1.700 participaciones de centros, y se beneficiaron más de 4.000 pacientes. En este grupo, se incluyen los estudios referidos a cáncer hematológico, cáncer de la sangre, leucemias y linfomas, mieloma múltiple, neoplasia hematológica y tejido linfático.
Ya existen compañías farmacéuticas que han puesto en marcha en España equipos especializados en desarrollar investigaciones clínicas exclusivamente en fases tempranas, que trabajan de forma coordinada con las unidades especializadas en estas fases ubicadas en los hospitales públicos y privados del sistema sanitario. En concreto, ya hay 37 de estas unidades en hospitales españoles.
Los fondos destinados por la filantropía a la investigación oncológica han aumentado un 178 por ciento y los que vienen de fondos europeos un 46 por ciento. En total, desde el año 2007, España ha destinado fondos públicos a investigar el cáncer, teniendo en cuenta todas las fuentes de financiación, 1.555 millones de euros, siendo el año 2017 el que más fondos tuvo con 140,3 millones de euros.
Los ahorros para los hospitales también son destacables. Por ejemplo, el Hospital Vall d'Hebron, de Barcelona, acogió 889 ensayos de fármacos de 2014 a 2016, con la participación de 2.879 pacientes. El coste evitado fue de 20,3 millones de euros, lo que supone 9.137 euros de media por paciente.