Frente al boom inmobiliario y las ingentes inversiones en obra civil, España afronta ahora una etapa en la que las inversiones en infraestructuras sostenibles, con los Fondos Next Generation como palanca de desarrollo, serán la prioridad.
En 2006 España se hallaba aún en pleno boom inmobiliario y con unos niveles de inversión en obra civil sin parangón en Europa, gracias en buena parte a las ayudas recibidas desde la Unión Europea. A raíz de la crisis financiera de 2008, la situación cambió drásticamente y aquellos volúmenes nunca se han recuperado. Ahora, quince años después, la llegada de los Fondos Next Generation abre una oportunidad para impulsar la actividad de construcción, aunque de una manera bien distinta a la de la primera década del presente siglo. La movilidad sostenible y la lucha contra el cambio climático imperan en las iniciativas que acogerá el Plan de Recuperación y Resiliencia.
La pandemia de Covid-19 frenó en 2020 el crecimiento de las licitaciones y contrataciones en el segmento de las infraestructuras, si bien este año se han ido recuperando o incluso superando los niveles anteriores. Así, hasta octubre, según los datos recabados por la Asociacion de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan), la licitiación pública alcanzó los 19.210 millones de euros, lo que representa un 85,6% más que en el mismo periodo de 2020 y un 24,3% más que en 2019. Sobresale el papel de la Administración General del Estado, con un alza del 178% con respecto al año pasado y del 18% con respecto a hace dos. Mientras, los entes locales aumentaron el importe de los concursos un 58,2% y un 49%, respectivamente, y las Comunidades Autónomas un 63,8% y 7%.
Al ritmo acumulado hasta octubre, la previsión es que 2021 cierre con un volumen de licitación pública sustancialmente superior incluso al que había en 2019. En concreto, en los 10 primeros meses del año salieron concursos públicos por un importe de 19.280 millones de euros, un 24,3% por encima del nivel que se acumuló en el mismo periodo hace dos años.
Referencias internacionales
Con la crisis financiera, las constructoras españolas impulsaron su internacionalización hasta convertirse en referencias globales. Un posicionamiento que les permite afrontar el futuro con optimismo. Su actividad seguirá sustentada en el exterior, gracias a los macroplanes de inversión en infraestructuras en regiones como Norteamérica, Latinoamérica y Australia. En España los Fondos Next Generation, con una dotación directa de 70.000 millones de euros, se presentan como una oportunidad para relanzar la actividad con el foco en segmentos como la energía, el agua, el tratamiento de residuos, la movilidad sostenible o las ciudades inteligentes.